No es -o, más bien, será- un tren ni un avión, pero tiene cosas de ambos medios de transporte. El magnate norteamericano de origen sudafricano Elon Musk lanzó hace unos años el concepto Hyperloop, un sistema consistente en vehículos que levitan en tubos con condiciones cercanas al vacío y que alcanzan grandes velocidades con reducido coste energético. Pensado tanto para pasajeros como para mercancías, el proyecto es, tal y como lo describió el fundador de Tesla, una idea abierta a su desarrollo.

Lo que puede parecer una visión propia de la literatura y el cine de ciencia ficción ya ha empezado a tomar forma. Equipos de universidades de todo el mundo y también empresas han emprendido la búsqueda de las soluciones tecnológicas para que este tren volador -con el que, por ejemplo, se podría viajar desde Madrid a París en una hora- se convierta en realidad en un plazo de tiempo razonablemente corto.

Para estimular el desarrollo de tecnología, Musk creó la Hyperloop Competition, que cada año reta a grupos de estudiantes universitarios de diferentes puntos del planeta a diseñar y probar los prototipos de la cápsula destinada a albergar a pasajeros y mercancías. Entre esos equipos solo hay uno español, el de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), que cuenta con un canario en sus filas. El tinerfeño Fernando Galtier Rancel acumula tres participaciones consecutivas, culminada cada una de ellas con el viaje a California junto a sus compañeros para mostrar y poner a prueba sus desarrollos.

El trabajo que llevan a cabo los integrantes del equipo -37 en la última edición- lleva casi un año entero y es tan exigente (o más) como el que realizan en sus clases. "Se aprende más un año en el equipo que en toda la carrera. Es más parecido a una empresa real y te enfrentas a problemas que no están en los libros", explica Galtier Rancel, que en este año ha ejercido como uno de los líderes del grupo en tareas como la gestión de recursos, las relaciones externas y la búsqueda de patrocinios. Los alumnos toman parte en todas las fases del proceso, incluido el ensamblaje de las piezas de la cápsula, de la que se encargan enteramente ellos, y la construcción, en la que intervienen con la colaboración de empresas externas.

La participación de los estudiantes de la UPV en las sucesivas ediciones de la Hyperloop Competition -una de diseño técnico de ideas y tres de elaboración de prototipos- ha evolucionado hasta obtener cápsulas cada vez mejores, más compactas, veloces y seguras. El equipo se ha clasificado las tres veces entre los diez mejores del certamen y, en la última estancia en tierras californianas -el pasado julio-, recibió uno de los premios a la innovación. Cabe suponer que los resultados en la próxima edición de la competición -en la que el tinerfeño también estará involucrado- irán aún mejor, dado que los alumnos disponen ahora de una pista de pruebas -la primera en España-, que han instalado en el circuito Ricardo Tormo de Cheste de Moto GP, en la Comunidad Valenciana, y que les permitirá acudir todavía más rodados al encuentro celebrado en las instalaciones de Elon Musk.

La competición en sí es "distinta de lo que se puede imaginar desde fuera", advierte Galtier Rancel. No se trata, puntualiza, de "carreras de unos prototipos contra otros". La seguridad es, por el contrario, el elemento primordial. De hecho, nueve de las once pruebas se dirigen a comprobar que los vehículos son seguros, que son capaces de funcionar en condiciones de vacío y de frenar a tiempo en cuanto se detecta un fallo. Hasta que todo esto no está certificado, no corren.

Las pruebas se desarrollan en un tubo de 1,2 kilómetros de longitud que Musk ha construido en las inmediaciones de la sede de su empresa en Los Angeles y que se prepara para que esté en condiciones de muy baja presión. En estos ensayos la cápsula aún no levita, sino que va sobre un raíl. De lo que se trata es de que se mueva a gran velocidad y de que demuestre su capacidad de acelerar y frenar con seguridad dentro del tubo. El ganador en la última edición resultó un equipo de la Universidad Técnica de Múnich que alcanzó los 482 kilómetros por hora.

Al mismo tiempo que los jóvenes talentos universitarios avanzan en las soluciones que posibiliten la materialización del Hyperloop, empresas norteamericanas y europeas trabajan por su cuenta para lograrlo. Una de ellas está en España -Zeleros- y ha surgido, precisamente, de alumnos de la UPV. Otro multimillonario como Elon Musk, el británico Richard Branson, fundador de Virgin Records y con una actividad cada vez más diversificada que incluye el negocio de las aerolíneas, se ha introducido en la compañía Hyperloop One, ahora rebautizada como Virgin Hyperloop One, y pretende tener su papel en la futura revolución del transporte.

Pero ¿cuándo fructificarán todos esos esfuerzos? Es difícil saberlo, no tanto por la evolución tecnológica como por el coste económico que comporta y, sobre todo, por los elevados estándares de seguridad que habrá que cumplir. "Ya hay tecnología probada por empresas y equipos de estudiantes, pero no se trata solo de eso, sino de cuándo los gobiernos consideren que se puede instalar y cuándo efectivamente se instale", dice Galtier Rancel, quien aventura que en unos cinco años podría ser técnicamente viable poner en marcha el Hyperloop, aunque probablemente no ocurra hasta una fecha más lejana, "quince, veinte, veinticinco años... quién sabe".

En Europa, además, será necesario unificar criterios para evitar "errores pasados". El componente del equipo de la UPV se refiere a los problemas con los diferentes anchos de vía en diferentes países europeos, que en cierto modo podrían repetirse si cada una de las empresas o grupos que trata de desarrollar el Hyperloop lo hace a su manera, con distintos diámetros de tubo. Siguiendo con la comparación con el transporte ferroviario, "los vehículos pueden ser diferentes, pero la vía tiene que ser la misma". De hecho, ya hay un acuerdo entre varias empresas y la Comisión Europea para fijar un único ancho, de forma que pueda ejecutarse una red global.

Hay, no obstante, países que parecen dispuestos contar lo antes posible con este medio de transporte revolucionario. Es el caso de India y de algunas naciones árabes, que "están apostando fuerte". Puede, entonces, que no haya que esperar demasiado para que, en alguna parte del mundo, el tren volador pase de ser un concepto en la cabeza de un visionario a una realidad.

Las claves

  • ¿Qué? Hyperloop es un concepto descrito por Elon Musk, el fundador de Tesla, que se refiere a un futuro proyecto de transporte de pasajeros y mercancías que combina las características de un avión y un tren.
  • ¿Cómo? El sistema consiste en cápsulas que se desplazan levitando por el interior de tubos en condiciones de muy baja presión.
  • ¿Cuánto? La idea es que Hyperloop alcance los mil kilómetros por hora, lo que le permitiría, por ejemplo, conectar Madrid y París en apenas una hora.
  • ¿Quiénes? Equipos de estudiantes universitarios de todo el mundo y empresas norteamericanas y europeas desarrollan por su cuenta la tecnología necesaria para poner en marcha el proyecto.
  • ¿Cuándo? Aunque el desarrollo tecnológico está muy avanzado, los requisitos de seguridad pueden retrasar unos años la materialización de Hyperloop, al menos en Europa.