Casi 35 años de trayectoria empresarial en el mundo de la alimentación están a punto de llegar a su fin en las Islas. Paybo -Panificadora Canaria Paybo S.L.- echa el cierre. La empresa ha entrado en concurso voluntario de acreedores y ya se encuentra en fase de liquidación, lo que aboca a sus 70 trabajadores al paro y compromete la actividad de los empleos indirectos que genera.

Los administradores de la sociedad -cuyo inminente cierre fue adelantado ayer por Radio Club Tenerife- ya han sido reemplazados por el administrador concursal Víctor Sanz Delgado Yumar. El cometido de este profesional es buscar una disolución "lo más ordenada posible" de la sociedad y -explica el economista y abogado- "evitar más daños de los que ya provoca de por sí el cierre de Paybo".

La fase de liquidación fue acordada por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Santa Cruz de Tenerife en un auto fechado el 25 de julio. En él también se nombra al administrador concursal y se le encomienda la elaboración de un plan que determine los "bienes y derechos" de los que pueda disponer la entidad para afrontar el pago de sus deudas. Estos recursos deberán contemplar, "siempre que sea factible" -reza el auto judicial-, la enajenación -venta- del "conjunto de los establecimientos, explotaciones y cualesquiera otras unidades productivas de bienes y servicios del concursado o de algunos de ellos".

"Con los recursos que haya debemos satisfacer a las empresas o personas a las que debamos dinero, teniendo en cuenta que la Ley Concursal establece una serie de prioridades", resume Víctor Sanz Delgado Yumar. Entre esas prioridades figura, como "crédito privilegiado", la plantilla de la sociedad, pero también las administraciones -Seguridad Social o Hacienda- que pudieran ser acreedoras de Paybo, puntualiza el administrador. Se trata, pues, de "estudiar bien a quién y cuánto se debe" y con qué recursos hacer frente a esas obligaciones. El auto judicial dispone, en este sentido, que se llamará a los acreedores para que comuniquen la existencia de sus créditos.

Las deudas acumuladas

Para la determinación y obtención de los fondos con los que satisfacer las deudas contraídas, la empresa -ahora regida por el administrador designado por el Juzgado- tendrá que intentar cobrar las cantidades que sus clientes pudieran tener pendientes de pago, así como vender sus propiedades, como inmuebles o maquinaria, y a través de esas operaciones conseguir liquidez.

Entre los perjudicados por la situación se encuentran, además de los empleados de la firma, los puestos de trabajo indirectos y las entidades a las que Paybo suministra sus productos, que "puede que tengan compromisos que se vean afectados por el cierre", detalla Sanz Delgado Yumar.

Los trabajadores tuvieron conocimiento de que su empresa se halla en proceso de liquidación en los primeros días de agosto. "Nuestro papel es luchar por los derechos de todos los compañeros. Esperamos que todo el mundo salga de la mejor manera posible, minimizando daños", señalaron fuentes del comité de empresa, en el que Intersindical Canaria (UC) ostenta la mayoría. El objetivo, apuntaron, es que la plantilla termine cobrando algo -"todo, si es posible"- de los sueldos no devengados

Intentos frustrados

Las tentativas de inyectar liquidez en la empresa y reestructurar su actividad no han dado resultado. Tampoco fructificó, en 2014, el intento de despedir a la totalidad de la plantilla mediante la tramitación de un expediente de regulación de empleo (ERE) que fue declarado nulo por la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) -tras la demanda interpuesta por la Consejería de Empleo, Industria y Comercio del Gobierno regional-, al entender que incurría en fraude de ley.

Paybo nació en 1985 como una empresa de capital 100% canario. En su página web reivindica su condición de "pionera" en el Archipiélago en la elaboración de panes precocinados, que se unen a su oferta de pan tradicional, pan de molde y pan artesanal.