La morosidad entre empresas -el pago de sus facturas con retraso- crece en la mayoría de las regiones españolas, y Canarias no es una excepción. Las firmas del Archipiélago son -tras las de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla- las que más tardan en abonar sus compromisos, casi 20 días por encima del plazo pactado. Pagar con puntualidad no es la regla, sino más bien la excepción: solo una de cada tres empresas canarias -el 33,7%, concretamente- lo hace.

La consultora Informa D&B, filial de la compañía de asesoramiento en crédito comercial Cesce, ha publicado un "macroestudio" -así lo describe- que analiza la situación de la morosidad empresarial al cierre de 2018 y constata que, tras seis años de descenso, las demoras en los pagos han empezado a repuntar desde finales de 2017. Los propios empresarios atribuyen esta tendencia al alza, entre otros factores, a la dificultad que encuentran para acceder a medios de financiación.

Los datos del estudio, correspondientes al último trimestre del pasado año, revelan que más de la mitad de los negocios de las Islas -el 53,3%- tardan hasta treinta días por encima del periodo establecido en pagar sus facturas. Las que se retrasan entre 31 y 60 días son el 5,2%, mientras que un 1,8% se demora entre 61 y 90 días, un 2,4% lo hace hasta 120 días y un 3,5% efectúa sus pagos por encima de ese último plazo.

En el extremo contrario se sitúa Aragón, la comunidad autónoma que exhibe una proporción más elevada de abonos puntuales, un 55%. Otras siete regiones presentan niveles de pagos dentro de plazo superiores a la mitad del total. Se trata de Cantabria, Castilla y León, Navarra, Asturias, La Rioja, País Vasco y Galicia.

En cuanto a la evolución de los retrasos medios, Canarias encabezó el incremento generalizado que se produjo en España entre el tercer y el cuarto trimestre de 2018. El aumento -de 1,1 días- lleva la demora en que incurren las empresas isleñas a la hora de hacer efectivas sus facturas hasta los 19,7 días sobre el plazo medio pactado para hacerlo, que es de 74,8 días. Eso supone que, como promedio, las firmas de Canarias tardan cerca de 95 días en pagar, más de seis por encima que las del conjunto de España (88,6), según el estudio de Informa D&B.

Esos 19,7 días de retraso que se registran en el Archipiélago suponen la demora más alta del todo el país -a excepción de las que se dan en Ceuta y Melilla - y casi tres días mayor que la de la siguiente autonomía en el ranking, Extremadura (16,7 días). En relación al mismo periodo de 2017, el mayor incremento se ha producido en Baleares -2,6 días más-, solo por detrás, de nuevo, de las ciudades autónomas.

En cuanto a las causas que explican la morosidad, un 38% de los empresarios encuestados la achaca a problemas financieros. Un 29% alega trabas u obstáculos administrativos, mientras que una considerable proporción de los consultados -un 23%- sostiene que las demoras son intencionadas. Cerca del 10% del total atribuye los retrasos a problemas relacionados con la actividad comercial.

Tras la administración, la hostelería es el sector que registra los mayores retrasos en el pago de sus facturas, 18,9 días de media. El dato, contenido en el estudio de Informa D&B sobre morosidad empresarial y referido al conjunto del país, contribuye a explicar por qué Canarias -donde las actividades hosteleras tienen un peso muy elevado sobre la economía- presenta la demora media más alta de todas las comunidades autónomas.

También la hostelería figura entre los sectores donde se ha producido un mayor incremento de la morosidad entre el último trimestre de 2017 y el mismo periodo de 2018. La subida que experimenta, de 2,5 días, solo es superada por la de las empresas dedicadas a la sanidad (3,5).

La industria es la otra cara de la moneda. Su retraso medio en el pago -10,9 días de media- es inferior en ocho días al del sector hostelero. El comercio, con 12,4 días, se sitúa como la segunda actividad con menos incidencia de la morosidad.

Si se atiende a las dimensiones de las empresas también se detectan diferencias. Así, las pequeñas empresas y las micropymes españolas pagaban con mayor puntualidad que las medianas y grandes: el 53% y el 46% de las primeras frente al 27% y 13% de las segundas. No obstante, el retraso medio se ha elevado en las empresas de todos los tamaños. Las pequeñas pagaban en el último trimestre de 2018 con una media de 11,1 días de retraso, las medianas lo hacían con 12,9, las microempresas se demoraban 14,7 días y las grandes eran las que más aplazaban el abono de sus facturas, 15,3 días.

El estudio de Informa D&B aprecia una brecha entre el norte y el sur del país en lo que a morosidad empresarial se refiere. Las comunidades más meridionales -además de Madrid- pagan con un retraso superior a la media nacional (13,3 días), mientras que las más septentrionales lo hacen por debajo de esa cifra.

La hostelería encabeza la morosidad