Avanza el año y las cifras se resisten a certificar el desplome del turismo en Canarias. Es cierto que las entradas de clientes extranjeros en hoteles y apartamentos siguen descendiendo, sobre todo a causa del mal comportamiento del mercado alemán, pero el empuje de los visitantes nacionales amortigua la caída y permite mantener un cierto equilibrio, al que contribuye también que, pese a los malos pronósticos desde que ronda la amenaza del brexit, los británicos han experimentado un retroceso muy leve.

Eso sí, las relativamente buenas noticias no impiden que el panorama esté marcado por la incertidumbre: una salida abrupta del Reino Unido de la Unión Europea puede suponer un golpe muy duro para los empresarios turísticos del archipiélago, máxime en un contexto en el que otros mercados importantes para el destino -Francia, los nórdicos, Holanda- han sufrido significativos repliegues.

Los establecimientos alojativos de las islas recibieron entre enero y julio a 8.036.224 turistas, 112.943 menos que en el mismo periodo de 2018, un descenso del 1,4%. La disminución de la clientela internacional fue de 313.031 personas (-4,8%), con lo que cayó hasta 6.206.281, en tanto que la española se incrementó en 200.088 (+12,3%), hasta alcanzar las 1.829.943. De hecho, los visitantes nacionales -entre los que se incluyen los canarios que hacen turismo dentro en su tierra- se convirtieron en julio en el principal mercado de las islas, por encima de los ingleses, un dato que no es nuevo -sobre todo en verano, la tradicional temporada baja- pero tampoco excesivamente frecuente- Ocurrió por última vez en agosto del año pasado y, antes, en el mismo mes de 2015.

El Instituto Canario de Estadística (Istac) publicó ayer la Encuesta de Alojamiento Turístico correspondiente al mes de julio, cuyos resultados corroboran el derrumbe de uno de los principales mercados de la región, el alemán. Los germanos han vuelto a mirar a los reactivados destinos del Mediterráneo -en especial, Turquía- y pasan por una situación de estancamiento económico que ya roza la recesión, lo que hace augurar malas perspectivas para Canarias en su intención de volverlos a atraer. La quiebra de la aerolínea Germania ha influido también en esta situación, que numéricamente se traduce en la pérdida, durante los primeros siete meses del año, de 201.264 clientes alemanes en los establecimientos hoteleros y extrahoteleros del archipiélago, una cifra ligeramente superior a la de españoles recuperados. En términos porcentuales, la caída es del 14,3%.

En el resurgir del turismo nacional tiene mucho ver el protagonizado por los propios canarios. Un total de 947.394 residentes se alojaron entre enero y julio en hoteles y apartamentos de Canarias, 129.345 más que en el mismo periodo del año pasado, a tenor de los datos del Istac. La mejora de la situación económica -también en el origen del aumento de las llegadas desde la Península, Baleares y Ceuta y Melilla- se ha sumado al descuento del 75% a los residentes en sus desplazamientos aéreos y marítimos entre islas para impulsar el mercado turístico interno.

Nacionales, por su auge, y británicos, por su práctico mantenimiento -un descenso de apenas el 0,6% en relación a los primeros siete meses de 2018-, aportan las buenas noticias al negocio turístico. El problema es que estas se acaban ahí. Al batacazo de los alemanes se unen los retrocesos que, en mayor o menor medida, registran mercados relevantes para el archipiélago.

Salvo los daneses, los visitantes que proceden de los países nórdicos reducen su presencia respecto a hace un año. De Finlandia han llegado 5.762 menos -una disminución del 4,6%-, mientras que la bajada de suecos ha sido de 16.104 personas -un 5,1% menos- y la de noruegos se ha situado en 6.011 (-3,1%). La clientela formada por los residentes en Dinamarca, por su parte, ha crecido un 0,8% (1.339 turistas más).

Más profunda aún ha sido la caída experimentada por los visitantes franceses, cuya afluencia se ha recortado un 9,1% (30.091 personas menos). Tampoco es despreciable la registrada por el turismo holandés, que pierde 28.423 clientes (un 9,4% menos que entre enero y julio del pasado ejercicio).

Diferencias insulares

La importancia de cada uno de estos mercados incide en la diferente evolución que ha vivido cada una de las islas. Las caída más apreciable se produce en Fuerteventura, cuyos establecimientos han recibido 113.498 turistas menos, una bajada del 9,7%. En menor proporción retrocede Lanzarote, con 19.884 clientes menos, un decrecimiento del 1,3%.

En el lado contrario vuelve a destacar la fortaleza que muestra Tenerife, que en lo que va de 2019 gana 31.532 visitantes alojados, un ascenso del 1,1%. También mejora Gran Canaria, con 9.670 clientes más (+0,4%). Por su parte, las islas verdes coinciden en una merma de la cantidad de turistas que eligieron sus hoteles y apartamentos: La Palma pierde 18.624 (-11%); La Gomera, 1.063 (-1%); y El Hierro, 1.076 (-8,8%).

Bajan las pernoctaciones

Los establecimientos hoteleros y extrahoteleros de Canarias registraron 9,3 millones de pernoctaciones en julio de 2019, lo que supone una disminución del 5,2% respecto a las contabilizadas en el mismo periodo del 2018. Las pernoctaciones de los extranjeros disminuyeron un 7,6%, mientras que las de los residentes en España aumentaron un 5,6%, según la Encuesta de Alojamiento Turístico del Istac. Las noches pasadas en los hoteles y apartamentos de las islas entre enero y julio de 2019 ascendieron a 58.671.765, un 4% menos que en el mismo periodo del pasado año. Los clientes foráneos acumularon en estos siete meses 58.671.765 pernoctaciones, un 5,8% menos que en 2018. En cuanto a los nacionales, pasaron 7.623.893 noches en establecimientos alojativos de las islas, un incremento del 10,5%.

Menos ingresos

La tasa de ocupación por habitaciones o apartamentos se cifró en julio en el 73,94%. La tarifa media por habitación mensual (ADR) se situó en 83,5 euros por día. El ingreso por habitación disponible (RevPAR), fue de 61,74 euros diarios, levemente inferior al registrado en julio de 2018 (62,76). Los ingresos totales percibidos en el total de establecimientos hoteleros se situaron en 322 millones de euros, lo que supone una disminución del 2,1% respecto a julio del año pasado.