Pablo Vidarte es un empresario e inventor español que a sus 23 años es CEO del proyecto Bioo, con el que se genera electricidad a partir de plantas. Su carrera profesional comenzó a los 12 años, cuando programaba videojuegos, y a los 14 años fundó su primera empresa. Pablo Vidarte es también el director general de la empresa tecnológica Arkyne. El empresario, conocido internacionalmente, ha desarrollado diversos proyectos, como un piano que suena gracias a plantas, en un futuro jardín botánico. Es considerado por la revista Forbes como uno de los jóvenes con más futuro de Europa.

¿Cómo llegó a ser la persona que es ahora?

Me crié en Sevilla, donde ya creé varios proyectos. Uno de ellos tenía que ver con motores de combustión externa, los denominados Stirling. Este es un proyecto que comencé y estaba en línea con otro que estaba desarrollando la NASA.

Eso mientras estaba en el Bachillerato.

Sí (ríe), porque después de Bachillerato ya me fui corriendo a Barcelona. El proyecto llegó a tal punto que el embajador de la Singularity University en España, la universidad de Google y la NASA, me llevó a la primera cumbre que se hacía en Europa de esta institución, en Budapest. A partir de ahí, y una vez acabada la Secundaria, directamente me fui a Barcelona para seguir con el tema de las ingenierías.

¿Cómo fue el paso por la Universidad?

Aguanté muy poco, sobre todo porque desde el minuto cero me puse a montar una empresa de biotecnología. ¿Por qué biotecnología? Pues porque en ese momento cuadró. La primera empresa la creé a los 16 años.

¿Cómo es empezar una empresa a los 16?

¿Por qué no hacerlo? Hay gente que se pone a pintar (ríe).

O a escribir, como usted también hizo.

Sí. O a hacer cine. Yo tenía un grupo de cortos. Mi principal idea antes de irme a Barcelona era mudarme a Vancouver a estudiar cine. Es como una banda de música, que también tenía una.

Es curioso ver a un genio o artista tan multidisciplinar. Usted ha hecho hasta videojuegos.

Sí, una de las primeras empresas que abrí era de videojuegos. De hecho, la empresa actual, Bioo, su nombre oficial registrado es Arkyne Technologies porque la empresa original que comenzamos mis compañeros y yo era Arkyne Games, donde hacíamos juegos para móviles. En clase estaba muchas veces en la última fila programando.

¿Era complicado para los profesores? ¿Y para los alumnos?

Era el alumno más fácil: "No le tengas en cuenta, que es el más tranquilo". Y con amigos tuve mucha suerte porque me junté con gente parecida a mí. Claro que había algunos pseudoamigos que se reían de mí repitiendo: "Proyecto millonario", para decir que estaba flipado. Pero bueno, mira, ahora estamos haciendo proyectos flipados.

¿De dónde surge Bioo?

En una noche, entre todo este tumulto de ideas me levanté como a las tres de la mañana porque había tenido un sueño muy raro. De él, básicamente extraje la pregunta: "¿Se puede tratar la hoja de una planta como un panel solar?". La respuesta rápida era que no. Después de estudiármelo unos días se lo comenté a mis compañeros en la universidad. Hicimos un prototipo que aprovecha las sustancias orgánicas que expelen de forma natural las plantas después de la fotosíntesis para romperlas con microorganismos. Al hacerlo, básicamente separas los átomos y liberas electrones. Todo esto pasó entre 2014 y 2015.

¿Cree que el futuro pasa por juntar lo orgánico con lo mecánico?

Por supuesto que pasa por la biotecnología. Por ella viviremos cambios que no podemos ni imaginarnos. El futuro más inmediato pasa por la biotecnología y esta revolución no tiene límites. Es juntar el mundo natural, que ha tenido un desarrollo tan absurdo que con solo ver el genoma humano ya parece brutal, con la tecnología. ¿Qué mejor lugar para mostrar estos avances que un jardín botánico?

Impulsa el movimiento Trascentista. ¿En qué consiste?

De esto tengo un libro publicado: Una nueva Tierra. Aquel que vivió mil vidas. Ahora están empezando a haber cambios biotecnológicos como comentaba antes ya en laboratorios, algunos incluso se aplican ya en personas. Sobre todo hay un cambio que consiste en alargarnos la vida. En la naturaleza hay animales que son inmortales en un estado de plenitud. Este movimiento busca eso en las personas.

¿Esto no podría ocasionar problemas, relacionados por ejemplo con la sobrepoblación?

Todo cambio siempre ha dado miedo, igual que todavía hay gente a la que le da miedo volar o tener un dispositivo que emita radiación. Al final se convierte en lo lógico; ¿quién no tendría en su mano un móvil, que contiene más información que la que había en la Biblioteca de Alejandría? Es el desarrollo natural.