España cuenta con 11 reservas marinas de interés pesquero, cuyo objetivo principal es la regeneración de las especies, la preservación de la biodiversidad y la explotación sostenible, como ha publicado el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Ocho de ellas se encuentran en la zona del mediterráneo (Masía Blanca, Islas Columbretes, Isla de Tabarca, Cabo de Palos-Islas Hormigas, Cabo Tiñoso, Cabo de Gata, Isla de Alborán y Levante de Mallorca Cala Rajada) y tres en las Islas Canarias (La Graciosa e Islotes del norte de Lanzarote, Isla de la Palma y Punta de la Restinga-Mar de las Calmas, en El Hierro).

Las reservas marinas pesqueras han dado lugar a espacios en los que la gente aprovecha para practicar buceo o realizar fotografías submarinas. También en los que se han hallado restos arqueológicos. La primera reserva marina fue la de Isla de Tabarca (Alicante) en 1986, hace ya 33 años, como recuerda el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

En un contexto como el actual de cambio climático, añade que cuidar y proteger estas zonas se ha convertido en un tema esencial para las administraciones autonómicas. El buceo de recreo en estas áreas se ha regulado para tener una experiencia de calidad y compatibilizar la conservación de los espacios marinos con la actividad y disfrute de los buceadores.

Algunas reservas albergan bienes de interés cultural pertenecientes al patrimonio arqueológico. En ocasiones, han sido los propios buceadores los que han avistado este tipo de bienes en sus rutinas de buceo habitual.

Con el objetivo de difundir este tipo de zonas pero sin olvidar la concienciación del medio ambiente a la población, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha elaborado un folleto para difundir las condiciones que se deben respetar a la hora de realizar buceo recreativo de manera responsable.