La posibilidad de vivir de alquiler por 500 euros o menos en las capitales canarias se restringe cada vez más. La mayor plataforma inmobiliaria del mercado, Idealista, solo cuenta con 30 viviendas en Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria que se arriendan por, como máximo, medio millar de euros, unos precios que hasta hace solo unos años no eran tan difíciles de encontrar y que suponían un alivio en una región en la que se pagan los segundos salarios más bajos del país.

En el otro extremo de estas pocas casas en las que aún se puede vivir por menos de 500 euros al mes se sitúan otras que rozan o superan los 2.000. No se trata de chalés o casas unifamiliares -que también las hay, y alcanzan o sobrepasan esa cifra-, sino de pisos, como uno por 1.650 euros (cuatro habitaciones) en la calle del Pilar de Santa Cruz, otro por 1.800 (también cuatro habitaciones) en la zona de Las Mimosas de la capital tinerfeña, un ático de tres habitaciones en Triana (Las Palmas de Gran Canaria) por 2.700 o un piso también de tres en Ciudad Jardín, igualmente en la ciudad grancanaria, por 2.050.

El problema va más allá del desembolso económico que familias o ciudadanos se ven obligados a realizar. La escasez de oferta explica que sea doblemente complicado acceder a una vivienda en alquiler. Los datos de Idealista -que cambian de hora en hora- apuntaban ayer a que en la capital tinerfeña había solo 233 pisos y casas para arrendar, a los que se sumaban 62 habitaciones para compartir. La oferta de Las Palmas de Gran Canaria suponía más del triple que la de Santa Cruz, 902 viviendas, aunque tampoco es tan cuantiosa como lo era hace unos años.

La idea del observatorio

La inexistencia de un censo o registro oficial de vivienda hace prácticamente imposible conocer con precisión la realidad del parque inmobiliario destinado al alquiler, tanto en Canarias como en el conjunto del país. La Dirección General de Vivienda del Gobierno regional anunció durante la pasada legislatura su intención de promover un observatorio del sector, pero el proyecto no ha llegado a concretarse y queda por saber si será asumido por el nuevo ejecutivo. La ausencia de fuentes oficiales incluso ha llevado al Banco de España a recurrir a los datos de Idealista para trazar la evolución de los precios del mercado de alquiler durante los últimos cinco años, del que se desprende que en las capitales canarias han aumentado un 40%.

El portal inmobiliario ofrece 1.562 viviendas en arrendamiento en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y 1.974 en la de Las Palmas. Por islas, Gran Canaria lidera el mercado con 1.749 ofertas, en tanto que a Tenerife le corresponden 1.510. La diferencia entre ambas islas estriba en que en la occidental la mayor parte de las viviendas en alquiler se encuentran en el sur -Adeje y Arona, sobre todo-, más que en la capital, mientras que en Gran Canaria es la capital la que concentra la mayoría de la oferta. Resulta llamativo el escaso número de viviendas que Idealista alquila en Lanzarote (82) y Fuerteventura (143), islas en las que empieza a producirse un importante déficit de residencias, tanto para la población que trabaja en la primera industria del Archipiélago, el turismo, como en otras actividades, caso de la enseñanza o la sanidad. En La Palma la oferta es de 27 viviendas, en La Gomera de 14 y en El Hierro de 11.

Claro está que, pese a su relevancia, Idealista no es el único canal a través del que se venden o alquilan casas en Canarias, pero llama la atención las cifras de viviendas en alquiler que ofrece en el conjunto de la Comunidad Autónoma -algo más de 3.500 a día de ayer- con la que presenta el alquiler vacacional. Según el último informe sobre esta actividad de la Consejería de Turismo del Gobierno autonómico, relativo al año 2018, en el Archipiélago hay 32.832 inmuebles dedicados al alquiler turístico y publicados en las plataformas de intermediación -Airbnb, principalmente-, 1.157 más que en el ejercicio anterior. Tenerife, con 12.696 viviendas, lidera el sector, con Gran Canaria en segundo lugar (7.465), seguida a corta distancia por Lanzarote (6.222) y después por Fuerteventura (3.742).

El alquiler vacacional es uno de los factores que han contribuido a que la oferta de larga estancia se haya estrechado, según el delegado en Canarias de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (APEI), Isidro Martín. Sin embargo, Martín sostiene que algo está empezando a cambiar. "Algunas viviendas están volviendo de nuevo al mercado de larga temporada", afirma. La lenta constatación de que el alquiler turístico "no siempre es negocio" explica este retorno de algunos inmuebles al arrendamiento residencial. "Depende de las zonas. En las turísticas funciona muy bien, pero en Santa Cruz, por ejemplo, cuesta un poco más".

Las incomodidades

A ello se suman las incomodidades -"desajustes", en palabras de Martín- que sufren los propietarios que gestionan por su cuenta las viviendas vacacionales, obligados a atender al cliente que llega en domingo o en las horas de la madrugada. La creciente exigencia de Hacienda con esta actividad -que el delegado de APEI aplaude- también incentiva el regreso al mercado tradicional.

La ampliación hasta cinco años de los contratos de alquiler constituye otro factor que impulsa que algunos propietarios hayan decidido retirarse del mercado de alquiler residencial de larga duración para destinar sus inmuebles al arrendamiento por temporadas o al alquiler vacacional, según la percepción del representante de la asociación de expertos inmobiliarios.

Las socimis y los fondos, motivo de incertidumbre

El delegado en Canarias de la Asociación Profesional de Expertos Inmobiliarios (APEI), Isidro Martín, advierte de la influencia que pueda tener en el mercado inmobiliario de alquiler la introducción de "grandes empresas" -fundamentalmente socimis y fondos- que estén en condiciones de "marcar las pautas y los precios". Este tipo de empresas son "cada vez más tenedoras de vivienda", como ya se ha comprobado en otras comunidades autónomas, avisa Martín, receloso sobre el riesgo de que la actividad de estos instrumentos pueda generar una "ola" que eleve aún más los precios del mercado en las Islas.

La dificultad de regular los precios

Aunque en otros países europeos -con Portugal como el ejemplo más cercano geográfica y cronológicamente- se ha tratado de poner límites a las subidas de precios del alquiler, España no se ha atrevido todavía a intentarlo. El delegado de APEI destaca la dificultad de adoptar este tipo de medidas, pero sí propone, para iniciar el debate, la elaboración de "una especie de baremo" -similar al empleado para los certificados de eficiencia energética- que permita "estandarizar" las viviendas en función de algunas de sus características.