En diciembre de 2017, la cadena RIU registró ante la Dirección General de Costas del Gobierno central su proyecto de remodelación del hotel Oliva Beach, un emblemático establecimiento alojativo de la zona norte de Fuerteventura. Más de año y medio después -19 meses- no hay respuesta. La empresa advirtió de los graves problemas económicos que le acarreaba esta situación de prolongado silencio por parte de la Administración central. El miércoles ha convocado al comité de empresa para informar a los representantes de los trabajadores -371 empleados- del expediente de regulación de empleo (ERE) extintivo que va a presentar con carácter inmediato.

Los datos que maneja Geafond Número Uno Lanzarote SA, empresa del grupo RIU que gestiona el Oliva Beach, son demoledores. La caída de los ingresos en el último trimestre del pasado año fueron del 29% con respecto al mismo periodo de 2017. Al paso por la primera mitad de este año, las circunstancias no han mejorado; disminución del 49% entre enero y marzo, y del 24% en los tres meses siguientes.

Tenían previsto cerrarlo para iniciar las obras el 4 de noviembre de 2018. De hecho, el hotel no podía encontrarse en los catálogos de la última temporada invernal. Nadie esperaba que once meses resultaran insuficientes para que un proyecto que no incluye incremento del volumen edificado, ni traspasa las lindes del área sobre la que RIU tiene concesión aún durante 75 años, resultaran insuficientes.

El negativo escenario económico se ha enquistado ante la parálisis administrativa. Los rectores de la compañía no pueden tomar decisiones por la tramitación "absolutamente opaca" del expediente, según explicaron fuentes internas. Un par de reuniones con el secretario de Estado de Medio Ambiente se han saldado solo con palabras cordiales. Ahora bien, ni siquiera han servido dichos encuentros para saber quién o quiénes tramitan en primera persona los papeles.

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica, en el que residen las competencias en materia de Costas, tan solo se ha comunicado a la empresa que están pendientes de la elaboración de informes jurídicos, pero sin comprometer una fecha para liquidar el trámite. Es decir, RIU no está ante una denegación subsanable, sino ante un silencio que les mantiene paralizados.

Nadie en el sector ni en la isla de Fuerteventura duda de la necesidad de una rehabilitación que traiga al presente unas instalaciones que han quedado obsoletas. El hoy presidente del Cabildo, el socialista Blas Acosta, calificó en abril como "intolerable" la ausencia de una "respuesta positiva".

El mismo viernes, tras conocer la intención de la compañía de cerrar completa o parcialmente las instalaciones hasta poder acometer la rehabilitación, volvió a interesarse por el asunto. Contrasta el conocimiento que atesora sobre la importancia que tiene un varapalo de esta índole para la principal actividad económica del Archipiélago, que acarrea una intensa pérdida de puestos de trabajo, con la lentitud con que se maneja el proceso en Madrid.

En el momento en que Acosta se expresó en esos términos hacía solo dos días que la vicepresidenta en funciones del Gobierno de España, Carmen Calvo, también del PSOE como él, se comprometió a dar una respuesta en 30 días. Lo hizo en una reunión con la patronal turística de Las Palmas, directivos de RIU y representantes de la plantilla, y en vísperas de la campaña electoral para las generales del 28A. Hasta la fecha no ha habido ningún resultado.

Con las obras, el Oliva Beach ganaría una estrella y se colocaría, con cuatro, en una posición competitiva en el mercado. Ahora está fuera debido a esa inacción por parte de Costas. Además, RIU comunicó a los turoperadores su intención de cerrar el pasado noviembre, y no cumplir con los plazos previstos se ha convertido en un lastre que ha arrastrado hasta el momento a base de pérdidas.

Sirva como ejemplo que la ocupación del hotel en las últimas fechas navideñas se situó en el 40%, menos de la mitad de la alcanzada por sus competidores. Además, con un abaratamiento de las camas que sitúa los precios por debajo incluso del umbral de rentabilidad. No cumplir los plazos de cierre y reapertura ha colocado a los operadores turísticos en una posición dominante.

Débil para negociar

La capacidad de negociación de RIU se redujo notablemente en el caso del Oliva Beach. Le llegaban únicamente los clientes que los turoperadores no lograban colocar en otros establecimientos del norte de la isla.

El tercer punto del orden del día del encuentro en el que los directivos comunicarán pasado mañana a los representantes de los trabajadores los detalles del ERE es claro: "Disminución alarmante de tarifas medias por estancias del hotel. Dificultad en la comercialización con turoperadores", reza.

Adrián Fernández, presidente de la plataforma Salvar el Oliva Beach, trabajador del hotel y miembro del comité de empresa, prefirió ayer esperar a ver qué es lo que pone RIU sobre la mesa el miércoles antes de pronunciarse. Más allá de que pueda entenderse como una medida de presión por parte de la empresa, la plantilla comparte el hastío por la falta de diligencia en un trámite que ni tan siquiera tiene la dificultad de estar obligado a entrar en cuestiones urbanísticas.

Toda vez que la cadena cuente con la preceptiva autorización, tendrá que poner en conocimiento del Ayuntamiento de La Oliva el proyecto. Será esta corporación local la encargada de supervisar que se adapta al planeamiento o, en su caso, instar a variar aquellos aspectos que no se ajusten al plan de ordenación.

El silencio escuece más si cabe en una empresa que por la concesión de utilización del terreno en el que se alza el hotel paga cada año a Costas dos millones de euros (1.998.000 euros). Una suma que abona religiosamente y que en el actual escenario contribuye a incrementar notablemente el debe.

Todo esto sucede, además, en un momento en el que tomar posiciones se hace más necesario ante el ajuste que sufre el sector turístico. Al paso por el quinto mes del año, la caída media de las llegadas a las Islas era del 0,6%, pero en Fuerteventura alcanzaba el 8,8%.Solo atendiendo a los mercados extranjeros, la disminución en el Archipiélago canario era del 2,7%, y en el caso majorero, del 10,4%.

Los detalles

Oliva Beach 371 trabajadores La actual plantilla del RIU Oliva Beach la componen 371 trabajadores. Se trata de un establecimiento que se inauguró en 1997 y cuenta con 2.000 camas. Alcanza una tasa media de ocupación del 80%.

Rehabilitación 40 millones de euros El proyecto de rehabilitación del hotel supone una inversión cercana a los 40 millones de euros, según las cifras que maneja la propia empresa, que cuenta aún con otros 75 años de concesión de los terrenos que ocupa.

Presentación 19 meses La cadena hotelera presentó el proyecto en la Dirección General de Costas del Gobierno de España en diciembre de 2017 y pretendía iniciar los trabajos el 4 de noviembre del pasado año. Han pasado 19 meses sin obtener una respuesta. La empresa critica la tardanza toda vez que las obras no incluyen un incremento del volumen edificado.

Planes 50 empleos más La modernización del establecimiento le permitiría pasar de tres a cinco estrellas. Ese salto de categoría propiciaría la creación de 50 puestos de trabajo. El compromiso inicial pasaba por ejecutar un ERE temporal y que la totalidad de la plantilla estuviera reincorporada en marzo de 2020.

Pérdidas Tres trimestres Desde el último trimestre del pasado año, el Oliva Beach acumula resultados negativos en comparación con el ejercicio anterior; del 29% en ese tramo final de 2018, del 43% entre enero y marzo, y del 24% entre abril y junio. Tres trimestres consecutivos de caídas justifican un expediente de regulación.