Ya ha superado usted el año en el cargo. ¿Cuál es el balance?

El balance es muy positivo, tanto en lo personal como en lo profesional. En lo personal, mi propósito es ser feliz y tratar de hacer felices a los que me rodean, y tengo la sensación de estar cumpliéndolo. En lo estrictamente profesional, van cumpliéndose también los retos marcados al llegar. Tenía muy claro cuáles eran los pilares que quería afianzar en esta división territorial.

¿Cuáles?

El primero la transformación del modelo de relación con el cliente: el avance de BBVA Contigo, de la robotización? Hemos incrementado más de un 40% tanto los gestores como los clientes que se relacionan por medio de este canal. Y todo el mundo de la digitalización, que para nosotros es muy relevante y que aunque buena parte viene de Madrid hay de algún modo que aterrizarlo aquí. Ya el 62% de los clientes se relacionan con nosotros por la web o por la app, el 55% por la app, y el 45% de las ventas que hemos hecho en el primer cuatrimestre se cerró a través de estos canales. Todo sin olvidar el modelo de relación físico, con el ejemplo de esta oficina [la entrevista es en las dependencias de BBVA de la calle de La Marina de Santa Cruz de Tenerife], una oficina con la que ya son dos de este tipo en la Isla. Y vamos a abrir otra en Triana, en Gran Canaria, y al principio del año que viene, una más. El segundo pilar es hacer las cosas muy bien, cuidar todo lo que hacemos, especialmente desde dos ángulos: uno, la calidad del riesgo, esto es, mucho sentido común, no incitar al sobreendeudamiento de las familias; y dos, poner al cliente en el centro de todo. Fíjese que en el año que llevo aquí no hemos hecho ni una sola campaña comercial. En cualquier producto que vendamos debemos estar convencidos de que es bajo el conocimiento del cliente y de su conveniencia, si no, no se vende, no hay campañas. Y en tercer lugar, todo lo relacionado con la evolución de la clientela y su fidelización y satisfacción, y ahí tenemos datos llamativos. Pero es igualmente importante que todo esto lo veamos con luces largas, y esto significa cuidar mucho a nuestra gente, trabajar con valores, renunciar a objetivos cortoplacistas. La visión a largo plazo es la que da sostenibilidad. Un ejemplo es que queremos que todos nuestros productos tengan una alternativa sostenible, como puede ser el caso del crédito para el coche eléctrico.

¿Cuántos clientes se relacionan con el banco en las Islas de forma remota?

Tenemos 82 gestores en BBVA Contigo y más de 61.000 clientes relacionándose a través de canales remotos.

Y en lo cuantitativo, en lo estrictamente relacionado con el negocio, ¿cómo va la cosa?

El año ha sido muy importante. Tenemos algo más de un 13% de cuota de oficinas en la Comunidad Autónoma y, sin embargo, tenemos un 17% de cuotas de inversión y de pasivo, y en todo lo que mide el Banco de España, es decir, inversión, pasivo, fondos..., tenemos un 24%. En todo hemos crecido en este ejercicio. Y ocurre lo mismo en lo que no mide el Banco de España: hemos crecido en consumo, pymes, cuenta de resultados...

Por cierto, algo más personal. ¿Qué tal por Canarias? ¿Ya había estado antes de hacerse cargo de la dirección territorial de BBVA?

Solo de vacaciones.

¿Y?

¿Conoce esa sensación de cuando se entra en una tienda y se prueba un traje y le queda estupendo, y dice entonces eso de 'este es mi traje'? Pues esa es la sensación. El encaje ha sido perfecto, con la gente, su cercanía?

Habló antes de ese esfuerzo por evitar el sobreendeudamiento. Hay quienes alertan de que están volviéndose a cometer errores.

Pues es sencillo: lo que hay que hacer es no volver a cometerlos. No puedo responder, lógicamente, por lo que hacen los demás, pero por darle una cifra, le diré que estábamos facturando antes de la crisis 50 millones de euros al mes de crédito hipotecario, 30 millones al mes de consumo?, y ahora estamos facturando menos, aunque mucho más que en la crisis, sí. El gran riesgo, lo que nos llevó a aquella situación, fue el sobreendeudamiento, y eso hay que evitarlo, seguro. Pero mire, esto solo es sentido común, responsabilidad y visión de futuro. ¿Que por barrios puede estar cometiéndose algún error? Pues seguramente. Nosotros tratamos de no hacerlo.

¿Ha terminado el proceso de desapalancamiento de las familias? ¿Cómo está la demanda de crédito?

Es bastante estable, puntualmente incluso a la baja, pero de una forma muy en la línea de lo que las perspectivas económicas están imponiendo: mucha estabilidad, ligera desaceleración?

Liquidez sí hay.

Una cosa es la demanda de consumo o la demanda de inversión, y otra es el apalancamiento de las familias y de las empresas. Ha habido un proceso de desapalancamiento, pero sí, efectivamente, hay mucha liquidez. Hay consumo, hay inversión, pero la demanda de crédito no va al alza.

¿Seguro que se acabó ya la época de los bancos como inmobiliarias o pseudoinmobiliarias? No puede volverse a eso, ¿no?

Absolutamente.

¿Y en el caso concreto de las Islas?

Prácticamente toda la cartera inmobiliaria la tenemos traspasada. Tenemos muy pocas adjudicaciones, porque le damos mil vueltas a la situación antes de que algo termine de adjudicarse.

¿Cómo percibe la situación de las empresas en Canarias?

Los datos dispares que existen sobre la evolución del turismo están produciendo en algún momento expectativas que frenan la demanda de inversión. Tenemos una calidad del riesgo históricamente positiva en el mundo de pymes y empresas. Las tasas de entrada en mora, de inversión irregular y en definitiva las probabilidades que medimos de que se entre en mora son históricamente las mejores. No detectamos absolutamente ninguna alerta en este sentido.

Dice que el sector se esfuerza por ser más diligente. Pero han aparecido las Fintech.

Le digo sobre las Fintech lo mismo que le diría sobre cualquier otro agente del sector. La competencia es buena, pero siempre y cuando juguemos con las mismas reglas. La competencia te distingue, saca lo mejor del sector, beneficia al cliente? Pero insisto: siempre y cuando las reglas sean las mismas para todos.

¿Se notan ya las repercusiones del brexit, o más bien del casi brexit en que está inmersa Europa?

Es un riesgo que está ahí para las economías europea, española y canaria, y probablemente para esta última más por el apalancamiento en el turismo. ¿Qué estamos viendo hasta el momento? Pues la caída de la venta de viviendas a ingleses, pero es muy continuada, no exactamente de ahora. Ahora están ganando terreno los italianos. Y si hablamos de visitantes, pues esa pequeña caída de sobra conocida. Así que hay que esperar para ver el impacto. Pero si le digo que en la banca influirá en la medida que afectará a la sociedad, ni más ni menos.

¿Cuál es su opinión sobre el empresario canario? Suele achacársele falta de formación o conocimiento financiero.

En el Archipiélago hay un componente de empresa familiar superior a la media nacional, y eso condiciona, porque el management [la administración] y la propiedad se confunden, y esto puede influir. Pero hay que distinguir entre la gran empresa y la pyme, porque también hay aquí un mayor peso de las pymes. Lo cierto es que si vamos al nicho de la gran empresa, está tan profesionalizada como la de cualquier otro sitio, absolutamente, y tiene su estructura financiera perfectamente establecida. Otra cosa es que cuanto más abajo vamos, más se confunden la propiedad y el management, y si lo unes a la propiedad familiar, puede dar esa sensación. Pero es por la propia estructura del empresariado de la región.

La ministra Calviño (ahora en funciones) ha hablado recientemente de la posibilidad de imponer una tasa a la banca por cada reclamación de los clientes no contestada. Dice que puede ser un "potente" incentivo para que las reclamaciones se resuelvan satisfactoriamente. ¿Qué le parece?

Si esa ley se aprueba, habrá que cumplirla, no hay más. Y si no, habrá que seguir gestionando las reclamaciones como las gestionamos en estos momentos, que es básicamente mediante dos vías: la primera, intentando ante todo que no haya reclamaciones, lo que implica darle el mejor servicio al cliente; y la segunda, que cuando llegue una reclamación, se responda al cliente en tiempo y forma.