El mercado inmobiliario español lleva nueve años haciendo la digestión del exceso de vivienda que se ejecutó durante el boom de la construcción. Desde 2010, en el conjunto del país se compran más casas nuevas de las que se edifican. Canarias ha seguido una tendencia similar hasta que la rompió hace dos años. En 2018 vivió el segundo ejercicio consecutivo en el que creció la cifra de viviendas de nueva construcción que permanecen vacías, hasta situarse en 29.237, según los datos publicados ayer por el Ministerio de Fomento.

El stock de vivienda nueva asciende a 459.876 unidades en toda España, la cifra más baja desde 2007, justo en los momentos previos de la crisis y el estallido de la burbuja, cuando solo había 413.642 casas sin vender. Solo dos años después se alcanzó el máximo histórico -649.780- y en 2010 comenzó a reducirse, un proceso que todavía continúa, con la excepción de Canarias, que es la única región -junto a Ceuta y Melilla- donde en 2018 creció el excedente. Es cierto que este incremento es ligero -un 0,9% en relación al año anterior y un 1,1 a 2016-, pero también lo es que hay autonomías -como Baleares y País Vasco- en que la disminución respecto a 2018 sobrepasa el 10%. En el conjunto del país la mengua del excedente fue del 3,6%.

Las casi 30.000 casas que conforman el stock en el Archipiélago suponen el 2,8% del parque de viviendas de la Comunidad Autónoma. Solo La Rioja, con un 4,4%, y Castilla-La Mancha, con un 3,1%, presentan un peso mayor de los inmuebles nuevos vacíos sobre el total de las residencias. La media nacional, por su parte, es del 1,8%.

Más de la mitad del excedente de vivienda nueva que tiene Canarias se encuentra en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, 15.505, frente a las 13.732 que se registran de Las Palmas.

Comunidad Valenciana (86.137 viviendas), Cataluña (73.048) y Andalucía (69.327) acumulan casi la mitad del stock total nacional -el 49,7%, en concreto-, en tanto que Navarra, Cantabria y Extremadura figuran como las comunidades con menor porcentaje sobre el total nacional.

El Archipiélago ha rebajado en casi un tercio -un 30%- su volumen de nuevas viviendas sin vender desde los máximos contabilizados en 2010. Entonces había casi 42.000 unidades y a finales de 2018 la cifra se había reducido en 12.742.

Canarias ha digerido su excedente de vivienda con más lentitud que el conjunto de España, que lo ha recortado en algo más de un 33% en este periodo.