"Somos una cooperativa y no retribuimos el capital. Estamos aquí porque creemos que somos una herramienta potente para el desarrollo sostenible de Canarias, sin perder de vista nuestros valores". El director general de Cajasiete, Manuel del Castillo, destacó ayer, durante la presentación de los resultados anuales, los orígenes de la entidad financiera y su carácter de sociedad cooperativa de crédito con más de 50.000 socios.

En su condición de cooperativa, Cajasiete ha participado en el proceso de elaboración y consulta del proyecto de ley destinado a regular y potenciar este tipo de empresas, que finalmente no ha sido aprobado en esta legislatura. "Hemos estado ahí desde el inicio. Es una pena que se haya quedado", lamentó Carlos Delgado, director de Estrategia de la entidad, quien confió en que el gobierno que salga de las elecciones "retome" esta iniciativa y promueva su aprobación por el Parlamento autonómico. Delgado recordó que Cajasiete apoya y financia una Cátedra de Economía Social y Cooperativa que desarrolla la Universidad de La Laguna (ULL) y que tiene como objetivo investigar e impulsar este "modelo distinto" de gestionar una empresa.

El año 2018 fue un buen ejercicio para Cajasiete. La única entidad financiera canaria -como subrayan sus directivos- mejoró todos sus indicadores, aumentó el volumen de crédito concedido y fortaleció la solidez de su negocio con una ratio de solvencia muy superior a la media del sector. Además, y pese a que todos los análisis detectan que el ritmo de crecimiento económico se ha desacelerado, la cooperativa de crédito no lo ha notado.

Así lo aseguró ayer su director general, Manuel del Castillo, durante la presentación de los resultados anuales. "En lo que vemos diariamente -constató- no se está reflejando ese parón o esa minoración de la velocidad". No obstante, Del Castillo recurrió a un dicho de su cosecha -"hoy la nueva crisis está más cerca que ayer"- para advertir de que los ciclos económicos abocan a periodos de dificultad, aunque confió en que se trate solo de una "ralentización".

Desde que se inició la crisis y durante la recuperación posterior, Cajasiete ha mostrado una tendencia opuesta a la de la generalidad de las entidades financieras, creciendo en empleo, oficinas y cifras de negocio. La plantilla de la empresa está constituida por 370 personas, al tiempo que su cifra de socios alcanza ya los 52.271, la mayor parte de los cuales son personas físicas, aunque también entre ellos hay empresas y algunas cooperativas.

El director general de Cajasiete, Manuel del Castillo, atribuyó a la filosofía de prudencia que guía a la entidad los buenos resultados obtenidos en los últimos ejercicios y, en concreto, en 2018. La ratio de solvencia -un 15,57%, más de dos puntos por encima de la de 2017 y 4,2 puntos superior a la media de la banca- responde, destacó el directivo, a la costumbre de "almacenar recursos propios para cuando vengan mal dadas". "Todo se capitaliza y va a cimentar el futuro de nuestra sociedad", añadió Del Castillo, que destacó la "salud" de la que goza Cajasiete, a la que auguró un porvenir "largo y venturoso". La fidelidad a unos "valores" y el rechazo a embarcarse en "proyectos faraónicos" han contribuido, apuntó, a que la entidad se haya mantenido al alza, sin comprometer su red de oficinas ni sus puestos de trabajo, en un entorno de dificultades para el sector.

Según su director general, otro factor que sustenta el buen desempeño de Cajasiete es la política de proximidad que desarrolla. "Conocer al cliente hace que las ratios de dudosidad minoren, y eso nos hace más eficientes", argumentó Del Castillo, que confesó que eso le ha costado alguna discusión con el Banco de España.

Los créditos a los clientes se incrementaron un 7,6% durante el año pasado y se situaron en 1.540 millones de euros. Aproximadamente la mitad de los créditos concedidos tuvieron a familias como destinatarios. De cada cien euros que se prestaron en el Archipiélago, 4,3 proceden de Cajasiete. En este aspecto también ha tenido la empresa un comportamiento distinto al que ha caracterizado a la mayoría de la banca: en los primeros años de la crisis mantuvo el crédito y en los últimos cinco lo ha elevado "con fuerza". En cuanto a los depósitos de clientes, aumentaron un 7,5%, hasta alcanzar los 2.054 millones.

Los resultados del ejercicio antes de impuestos ascendieron a 21,4 millones de euros. De ellos, 17,1 millones pasan a engrosar las reservas, con el objetivo de fortalecer los recursos propios y las perspectivas de crecimiento. La rentabilidad de la cooperativa de crédito canaria se encuentra por encima de la media del sector -10,71% frente a 7,4%-, mientras que sus índices de morosidad "evolucionan favorablemente": en 2016 la ratio rozaba el 10% y ahora se limita al 5,6%. Además, la cobertura de morosidad es del 68% -68 euros por cada 100 dudosos-, y ello sin contar con las garantías inmobiliarias de las que dispone la entidad.

Los resultados del ejercicio -que fueron ratificados en la tarde de ayer por la Asamblea General de Cajasiete- incluyen la contribución de la firma a la sociedad. Así, Del Castillo resaltó que la entidad generó el pasado año algo más de 68 millones de euros de valor económico, de los que 48,6 -el 71,5%- se distribuye en Canarias. Esta cantidad se desglosa en el pago a los proveedores (19,4 millones), gastos de personal (20,5), pagos de impuestos (6,9) y fondos aplicados a través del Fondo de Educación y Promoción (1,8).

"Desde el inicio" en la ley de cooperativas