La cooperativa de crédito canaria Cajasiete ha conseguido aumentar su cifra de negocio, el número de oficinas y de empleados durante la crisis económica pese a la ralentización que apuntan algunos indicadores, gracias a que eludió participar de la burbuja inmobiliaria y a su cercanía a los clientes.

El director general de Cajasiete, Manuel del Castillo, quien ha presentado los resultados de la financiera de 2018, ha explicado así la buena evolución de los últimos tiempos, en los que en general las entidades bancarias están tendiendo más bien a reducir empleo y cerrar oficinas.

"No a todos nos ha ido igual desde la crisis de 2008, a nosotros nos ha ido bien por mantenernos fieles a nuestros valores, sin dejarnos llevar por cantos de sirena ni meternos en proyectos faraónicos que no controlamos, y por preservar el contacto directo y el conocimiento de nuestros clientes", ha explicado.

Del Castillo indicó que en Cajasiete están preocupados por algunos indicadores que apuntan a una ralentización económica, pero la entidad no ha percibido de momento ninguna minoración en la evolución del negocio.

Ante esas dudas sobre la economía, abogó por conseguir estabilidad y consenso en el ámbito político a todos los niveles, desde el municipal al nacional, pasando por el insular y el autonómico.

Cajasiete, integrada en el grupo Caja Rural, fue fundada en 1963 como una cooperativa de crédito, es la única entidad de crédito canaria y cuenta con 50.000 socios, 262.000 clientes, 370 empleados, 96 oficinas y 124 cajeros automáticos.

En 2018, los créditos a los clientes aumentaron un 7,6%, hasta los 1.540 millones de euros, y los depósitos de clientes subieron un 7,5%, por un total de 2.054 millones de euros.

La cuota de mercado en Canarias se sitúa en el 4,36% de los créditos y el 6,47% de los depósitos, en ambos casos en ascenso, subrayó Del Castillo.

Los resultados del ejercicio antes de impuestos han sido de 21,4 millones de euros, de los cuales 17,1 millones se destinan a incrementar las reservas para reforzar sus recursos propios.

Su ratio de eficiencia, que es la relación entre gastos y margen ordinario, se sitúa en el 50,7%, indicó el director general.

Los datos de la entidad indican que el valor económico creado por su actividad es de 68 millones de euros, de los cuales 19 millones van a pago a proveedores, 21 millones a gastos de personal, 7 millones a tributos pagados en Canarias y 3,2 millones al fondo de educación y promoción, mientras que el resto se retienen para capitalizar la entidad.

Su solvencia, definida por el ratio de capital nivel I, se sitúa en el 15,57%, situación muy holgada, por encima del legal exigido y uno de los mejores del sector financiero español, que está en torno al 11%, dijo el director general.

Esa buena solvencia es el resultado de la política de capitalización llevada a cabo en los últimos años, en los que ha dedicado el 80,16 % de los beneficios a reservas, agregó.

"Durante todo el periodo de crisis económica, hemos seguido invirtiendo en nuevas oficinas, hemos creado empleo de calidad y estable, hemos promovido y potenciado la igualdad entre hombres y mujeres, seguimos apoyando al sector primario mejorando las zonas rurales y el medio ambiente, y mantenemos un fuerte compromiso con los jóvenes y la formación", afirmó.

Pese a su política de no cerrar oficinas y mantener el empleo, la entidad destina "importantes recursos a la digitalización" y a los canales no presenciales, como la banca por internet, el móvil y los cajeros de última generación, pero sin perder el trato directo y personal con los socios y clientes, destacó el director general.

Cajasiete define su misión en "contribuir al desarrollo sostenible" y de ahí deriva su actividad social de aportaciones a la comunidad, con 4.940 contribuciones, explicó el director general.