El optimismo se enseña, o al menos se transmite. Eso ha demostrado Emilio Duró, consultor y asesor de empresas y docente en universidades y escuelas de negocios, en las conferencias que imparte a lo largo y ancho del país. JH Asesores Financieros y Bancarios lo trae hoy a Santa Cruz de Tenerife, donde en el hotel Mencey (9:30 horas) expondrá su visión sobre la estrecha relación entre éxito y felicidad en la charla La resiliencia empresarial: no vale rendirse.

¿Nos podría avanzar algo sobre el contenido de la conferencia que impartirá en los JH Talks?

La conferencia abordará los nuevos requisitos que serán necesarios para tener éxito laboral en este futuro incierto y que agrupo en cuatro grandes apartados: actitud mental positiva, pasión por nuestro trabajo, trabajo duro y desarrollo de los conocimientos adecuados, todo ello complementado con una actitud de resiliencia frente a los retos que nos depara la vida.

Se ha reunido con un grupo de empresarios de la Isla. ¿Qué recomendaciones sobre motivación empresarial les ha dado?

No soy quién para dar consejos a nadie. Vivimos en un mundo cambiante marcado por dos grandes tendencias: un incremento constante en la esperanza de vida que hace que casi tripliquemos los años que vivían nuestros antepasados en el siglo pasado, unido a un enorme desarrollo tecnológico que no siempre ha venido acompañado del mismo desarrollo vital o de sentido de vida. En el mal llamado primer mundo tenemos más riquezas y comodidades que nunca, pero esto no ha venido aparejado de un aumento en la felicidad de las personas. En 1960 las depresiones empezaban con 29 años; hoy empiezan con 14. Y cada día tenemos más información que nos indica que están aumentando la depresión y la ansiedad. Está aumentando el distrés (estrés negativo). Todos tenemos familiares o conocemos a personas que están pasando por situaciones de depresión, ansiedad, tristeza... Hemos puesto años a la vida, pero no siempre vida a los años. Como dice el papa Francisco, "nunca se ha visto un féretro seguido de un camión de mudanzas". Por eso, el gran objetivo para el futuro será aprender a vivir y no solo sobrevivir. Nuestros antepasados tenían casi como único objetivo disponer del poder y los bienes necesarios que les permitiesen sobrevivir. Los últimos estudios nos indican que, viviendo casi cien años y en un futuro donde la mayor parte del trabajo lo harán las máquinas, el dinero y el poder no darán la felicidad. Necesitamos algo más.

¿Qué necesitamos?

Ser felices y tener ilusiones por las que vivir. Hoy sabemos que la mayoría de los fracasos en la vida se dan por causas emocionales y no materiales. Las personas felices y positivas rinden entre un 65% y un 100% más que el resto. Por ello, las empresas están invirtiendo en tener empleados satisfechos con su trabajo y su vida. Cuando tenemos una vida emocional feliz rendimos más. Durante la conferencia distinguiremos entre actitudes y aptitudes. Hasta hace poco casi solo importaba tener las aptitudes idóneas. Hoy, en un mundo cambiante donde los conocimientos se duplican cada dos años, será muy importante tener las actitudes correctas. Por eso hay personas con menos formación empresarial que logran muchos más éxitos que personas con más formación. Todos conocemos a personas que, hagan lo que hagan, nunca se quejan y son optimistas. Otras, haciendo el mismo trabajo, solo se quejan y ven la parte negativa de la vida. Esto implicará cambiar la formación que se imparte a nuestros hijos. Todo lo que pueda hacer una máquina lo hará mejor que nosotros. ¿Por qué no les enseñamos pasión, alegría, optimismo, ilusión, baile, música, gimnasia, deporte..., cosas en las que las máquinas son peores que nosotros? En un futuro próximo, el trabajo dejará de ser un castigo y solo haremos trabajos que nos apasionen. Eso será así siempre que el egoísmo humano no se cargue el planeta. Me preocupa enormemente si el cambio climático será reversible.

Dicen que el público recarga las pilas en las conferencias que imparte.

No soy nadie para decirlo. Sí es verdad que le pongo todo el corazón e intento ser coherente entre lo que digo, pienso y hago, aunque no siempre lo logro. Explico aquellas experiencias y respuestas que a mí me han servido. Imparto aquello que me hubiese gustado que me enseñasen a mí. Pero siempre digo que hay tantas realidades como personas que las observan.

¿Cuál es el objetivo de sus ponencias?

Hacer que brillen los ojos de los asistentes, haciendo trabajos que mejoren la vida de las personas y que saquen lo mejor de las personas que nos rodean. Hacer reflexionar a los asistentes sobre el sentido de la vida. Millones de años de evolución nos han conformado una estructura craneal en tres cerebros diferenciados: reptiliano, cuya misión es mantener la vida; límbico, que rige nuestras emociones; y racional, en el que residen los conocimientos. En el futuro tendremos el reto de llenar de contenido nuestra vida y de buscar el equilibrio entre los tres cuadrantes: el físico, el emocional, el intelectual. Pero necesitaremos también darle un sentido a nuestra existencia. Poca gente fracasa en la vida solo por causas técnicas y sí por causas emocionales. Se nos ha entrenado para resolver problemas técnicos, pero no sabemos cómo convivir con situaciones emocionales que nos desconciertan. Casi todos los que hemos pasado de los 50 años, en algún momento de nuestra existencia hemos vivido acontecimientos que nos hacen reflexionar sobre el sentido de la vida. Un día descubres que la vida cambia en un instante, un martes a las tres de la tarde, cuando menos lo esperas.

¿Cómo se definiría: empresario, motivador, analista o coach?

Soy padre, esposo, hijo, empresario, católico... y "muy normal", con días fantásticos y otros en los que no me levantaría de la cama.

Dicen que la felicidad depende de la actitud de las personas. ¿Qué opina?

Parece claro que las personas optimistas viven más, con mejor salud y más felices. Ser positivo es vivir el presente, el aquí y ahora, sabiendo que somos libres de elegir nuestra forma de pensar. No podemos controlar todos los aspectos de nuestra vida, pero sí elegir la respuesta que deseamos dar ante las distintas circunstancias a que nos enfrentamos. Nadie nos puede hacer enfadar sin nuestro consentimiento. Una persona negativa es la que ante los problemas y retos que nos depara la vida busca culpables, enfocando al pasado, que no se puede cambiar. No se siente responsable de su vida -tiene un foco de control externo- y cree que lo que le sucede no depende de él.

¿Para tener éxito tenemos que ser felices?

Uno de los objetivos más importantes del ser humano es ser feliz y hacer felices a los demás, tener serenidad y paz en la vida. No se puede tener éxito si no estamos satisfechos con nuestra vida

¿Por qué la gente tiene miedo a los cambios?

Nuestro pasado cavernícola nos hace sentir miedo -sin duda el mayor causante de la infelicidad-, lo que hace que no variemos nuestras costumbres (miedo al cambio), no intentemos luchar por alcanzar alguno de nuestros sueños (miedo al fracaso), comamos más de lo necesario y tengamos la necesidad de acumular para el futuro (miedo a la supervivencia) y hagamos lo que les gusta a los demás, aunque a nosotros nos desagrade, para no defraudarlos (miedo al rechazo). Con miedo no se puede lograr todo aquello de lo que seríamos capaces.

Muchos dicen que la vida es dura. ¿Es verdad o nos la complicamos?

Todos tenemos cruces con las que tenemos que cargar en la vida. Y para algunos esta cruz es enorme. Para sobrellevarlas, tenemos que fijarnos más en lo que tenemos y no en lo que nos falta. Tenemos que tener un sentido de vida. Lo importante no es cómo vivir, sino tener por qué vivir. Creo que el secreto está en vivir el presente y tratar de reducir las expectativas entre lo que esperamos de la vida y lo que la vida nos da.

Usted sigue activo y vital, siempre con alegría. ¿Cómo lo hace?

Es muy amable, pero tendría que verme en un mal día, y tengo muchos. Es muy fácil ser alegre con los extraños, pero guardamos el mal humor para nuestros seres queridos.