La cifra de canarios que trabajan en domingo llega a su máximo histórico
La liberalización del comercio y el peso de los servicios convierten a las Islas en la región donde menos se libra el día tradicional de descanso Tres de cada diez hacen dos o más al mes

La hostelería es uno de los sectores en que el trabajo en fines de semana es más frecuente. / EL DÍA
Miguel Gómez | S/ C de Tenerife
Los ciclos tradicionales del trabajo y el descanso han cambiado de forma drástica. La flexibilización de los horarios en ciertos sectores -en particular el comercio- y las propias modificaciones de los hábitos de consumo han provocado que para millones de personas haya pasado a la historia el concepto del domingo como jornada dedicada a la familia y al ocio. En Canarias esta realidad está especialmente presente. No en vano, se trata de la comunidad autónoma en la que una mayor proporción de ocupados trabaja los domingos. Algo más de tres de cada diez -un 32,7%, en concreto- lo hacen, según la Encuesta de Población Activa (EPA) de 2018.
Los 293.200 canarios para los que el último día de la semana forma parte de su jornada laboral suponen la cifra más alta desde 2006, año en el que el Instituto Nacional de Estadística (INE) comenzó a incorporar a su sondeo datos sobre las condiciones de trabajo. Entonces había 183.600 personas en esta situación. Bien es cierto que hace doce años el volumen total de ocupados era inferior al actual -859.900 frente a 897.200-, pero también lo es que la diferencia en términos proporcionales resulta aún mayor, puesto que en esa fecha el peso de los que trabajaban en domingo sobre el total de ocupados era solo del 21,4%.
El trabajo en domingo no constituye una realidad ocasional para la gran mayoría de esos 293.200 canarios que contabiliza la estadística oficial. Así, son 264.500 -el 29,5% del total- los que trabajan dos o más al mes, mientras que 28.700 -el 3,2%- lo hacen uno solo. Descontando los 47.000 que no contestan cuando se les pregunta, la cifra de isleños para los que el domingo nunca es día laborable asciende a 557.000, el 62,1% del total de residentes en Canarias que tienen trabajo.
El Archipiélago encabeza con gran claridad la tabla autonómica de trabajo dominical. A su más del 32% de ocupados en esta situación le sigue el 26,9% de Baleares, otra comunidad cuya economía descansa de forma mayoritaria sobre el turismo. A continuación se sitúan Andalucía, con un 26,3%, y Aragón, con un 23,1%. En el otro extremo figuran Cataluña y Murcia, con valores de apenas el 18,4% y el 17%, respectivamente. La media nacional asciende al 22,2%, una proporción que, en términos absolutos, se traduce en casi 4,3 millones de personas que trabajan como mínimo un domingo al mes, de las que 3,3 millones lo hacen dos o más.
Desde los dos sindicatos mayoritarios -UGT y CCOO- se apunta a la importancia del sector servicios y de actividades como el turismo, la hostelería y el transporte y a la creciente liberalización de los horarios comerciales en las zonas turísticas como algunos de los factores que explican la progresiva extensión de la jornada laboral al fin de semana. Otros, advierten, están relacionados con la precariedad que se ha adueñado del mercado de trabajo. "Viene a ser un compendio de razones. Todo influye", señala Rosana Ojados, secretaria de Comercio de la Unión General de Trabajadores en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Por su parte, la secretaria de Acción Sindical de Comisiones Obreras, Esther Martín, llama la atención sobre el incremento de los datos durante los años de la crisis, en los que se aceleró el deterioro de las condiciones de trabajo.
Al margen de los motivos del fenómeno, lo que más preocupa a las organizaciones sindicales es lo que este oculta, "lo que se nos escapa", en palabras de Martín. Según la representante de CCOO la Inspección de Trabajo "no suele actuar los fines de semana", con lo que se acrecienta el riesgo de que queden sin controlar las horas extras no cotizadas o la falta de compensación por días de descanso de los domingos trabajados. "Los fines de semana son el momento en que más horas extraordinarias se hacen y en que se produce más fraude en la contratación", advierte.
Aunque la situación es distinta en cada uno de los sectores, en función de lo que recogen sus convenios colectivos, "la forma en que se intenta enfocar la apertura en domingos" busca que todos los días sean vistos como laborables, señala, por su parte, la secretaria provincial de Comercio de UGT. En el ámbito nacional, sostiene, el trabajo en festivos en las grandes superficies comerciales supone "un regalo" para la empresa y da lugar a unas posibilidades de conciliación con la vida familiar y personal que equivalen a "cero". El sindicato entiende que las facilidades que el convenio otorga a estos establecimientos no solo no favorece la creación de empleo, sino que contribuye a destruir puestos de trabajo en el pequeño comercio.
Los regímenes de apertura comercial corresponden a las comunidades autónomas y van desde la liberalización total de Madrid hasta los diez días que han establecido regiones como Canarias -el mínimo permitido-, aunque a ellos haya que sumar la mayor flexibilización de la que disfrutan las zonas declaradas como de gran afluencia turística, entre las que se encuentran parte de las dos capitales del Archipiélago.
La relación entre la paulatina transformación del domingo en un día de trabajo más y la precarización del mercado laboral se observa, añade UGT, en el hecho de que son las contrataciones a tiempo parcial, cada vez más numerosas, las que se derivan al fin de semana. "Son contratos que permiten esa adaptación", expone Ojados.
Las organizaciones sindicales coinciden en la escasa capacidad de la Inspección para actuar sobre las posibles irregularidades que pueden cometerse en domingo. "Hay un problema muy grave de sobrecarga de trabajo y acumulación de tareas", afirma la dirigente de UGT, que reclama a las administraciones que doten este servicio de los medios necesarios.