Los fondos de inversión "oportunistas", calificativo que les otorga Miguel Vázquez, managing director de Hotels Colliers International Spain, comienzan a deshacer posiciones en el negocio turístico. También en Canarias, donde se concentra, por ejemplo, el 60% de la inversión que Blackstone tiene en España. Según los expertos, la salida será ordenada y dará paso a otros vehículos, como aseguradoras o fondos de pensiones, que no buscan altas rentabilidades en el corto plazo.

Los Apollo, Cerberus, Bank of America, Davidson Kempner o el mencionado Blackstone, entre otros, se marchan. "Han desplegado una inversión enorme, han comprado mucha deuda con garantía hotelera, se han hecho con hoteles, los han reposicionado y ahora están en fase de venta", explicó Vázquez durante el desayuno celebrado en la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) bajo el título Tendencias de inversión en el sector hotelero.

¿El movimiento encierra peligro? Los expertos opinan que no. Es más, destacan el salto que ha dado el segmento vacacional del negocio hotelero en toda España, Islas incluidas, en los últimos cuatro años. Si antes tenía difícil venta entre los inversores, por la supuesta alta volatilidad que encierra, los récords de llegadas de turistas les han convencido, también a los institucionales, de lo contrario. Hoy, a los hoteles del Archipiélago les sobran novios.

Para entender esta maniobra de retirada en ciernes que preparan los fondos amigos del riesgo es necesario remontarse al estallido de la crisis. El crack sorprendió excesivamente apalancados a no pocos empresarios del sector alojativo. Además, sin posibilidad de refinanciar deuda ante el parón crediticio de la banca.

Casi a la par se produjo el cierre de destinos competidores de Canarias y con él, la llegada masiva de turistas. La tormenta perfecta: un negocio en situación delicada, en casos, y que ofrecía una alta rentabilidad. El propio Vázquez señaló ayer que entre 2010 y 2018 la rentabilidad, medida en ingresos por habitación disponible (revpar), se disparó un 56%.

Comenzaron a aparecer las socimi (sociedades cotizadas anónimas de inversión en el mercado inmobiliario), interesadas en incorporar hoteles a sus carteras de activos. Hispania se hizo, por ejemplo, con buena parte de la planta que controlaba Grupo Dunas. Pero estos vehículos de inversión solo buscaban altas rentabilidades, siempre de dos dígitos y más cerca del 20% que del 10%. Lo lógico y así lo hicieron era cerrar contratos que mantuvieran en la gestión a quienes conocían el negocio.

Más tarde, Grupo Lopesan fue cerrando la venta a HI Partners de varios de los hoteles de IFA, en la que tiene el control; también quedando al cargo del día a día del negocio. Había apetito inversor y estas operaciones permitían obtener el capital suficiente para afrontar nuevos proyectos. Detrás vino Blackstone, que compró Hispania primero y HI Partners después. La estrategia era renovar la planta obsoleta, es decir, añadirle valor para ahora desprenderse de ella con esa alta rentabilidad que se busca.

"Todavía hay mucho valor que añadir a esa cartera", explicó Vázquez sobre los 400 millones de euros que todavía están previstos para "reposicionar" parte de la cartera de Hispania. Blackstone construye un gigante hotelero vacacional, que incluye próximas compras en Grecia, Portugal e Italia, para oponerlo a Pandox, Covivio y Accorinvest, todos centrados en el segmento urbano.

Cuando lo tenga, Vázquez estima que saldrá a bolsa o buscará inversores institucionales que quieran un producto renovado. Abundarán los candidatos.