Algo ha cambiado en el mercado laboral de Canarias en el último año. Las islas más orientales -Lanzarote y Fuerteventura-, que hasta hace poco encabezaban la creación de empleo y la reducción del paro, han cedido su liderazgo en favor de Tenerife y, en concreto, de su zona sur. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) referidos al primer trimestre de 2019 revelan que la comarca de Abona (integrada por los municipios de Arico, Fasnia, Granadilla, San Miguel y Vilaflor) presenta la menor tasa de paro de la región, un 16,86%, apenas dos puntos por encima de la media nacional -14,70%-, y también el mayor índice de empleo -personas que trabajan en relación al total de las que tienen edad para hacerlo-, un 52,81%, según la traslación de los resultados a las pequeñas áreas del Archipiélago realizada por el Instituto Canario de Estadística (Istac).

La mejora del desempleo ha sido casi general en las comarcas tinerfeñas. En relación al pasado diciembre, la tasa de paro solo ha ascendido en el área metropolitana -del 17,60% al 18%-, mientras que respecto al primer trimestre de 2018 lo ha hecho en tres: también en la zona formada por Santa Cruz, La Laguna, El Rosario y Tegueste, que en marzo del año pasado exhibía un 17,87%; Daute (Buenavista del Norte, El Tanque, Garachico y Los Silos), que ha pasado del 19,95% al 20,07%, y el Valle de Güímar (Arafo, Candelaria y Güímar), que ha elevado sus registros del 22,79% al 23,43% y se coloca como la que registra el paro más elevado de la Isla.

En el otro extremo se sitúa Gran Canaria, y en especial los municipios de sus vertientes norte y oeste. Más de 7,5 puntos porcentuales separan el índice de desempleo de la comarca de Abona y el del noroeste grancanario (Agaete, Gáldar, Moya y Santa María de Guía), donde asciende al 24,39%. En esta isla se da una situación casi opuesta a la que vive Tenerife: la evolución del paro ha sido negativa en todas sus comarcas, tanto desde el último trimestre de 2018 como desde marzo de ese mismo año. La zona centro-norte (Firgas, Teror, Valleseco, Vega de San Mateo y Valsequillo) es la que se anota una tasa más baja, un 20,09%. Aun así, es superior a la de todas las comarcas de Tenerife, con la única excepción del Valle de Güímar.

El descenso en la llegada de turistas y el enfriamiento del negocio hostelero -fenómenos que se comenzaron a apreciar con claridad en la recta final de 2018- explican el retroceso que han sufrido Lanzarote y Fuerteventura, que hasta los últimos momentos del año pasado presentaban las tasas de paro más reducidas de la región. Al mismo tiempo, el mejor comportamiento de la actividad turística en Tenerife ha permitido que, por el momento, se haya mantenido a salvo de la desaceleración del empleo. El brusco deterioro que han experimentado las islas orientales ha dejado, incluso, a Fuerteventura por encima de La Palma en tasa de paro. En todas las comarcas de los dos territorios orientales ha bajado la población ocupada en el último año.

las cifras

16,86% es la tasa de paro de la comarca de Abona, que supera en poco más de dos puntos la media nacional.

24,39% El noroeste de Gran Canaria se sitúa en el extremo contrario y es la comarca canaria con más paro.