El Banco Central Europeo (BCE) ha intervenido la entidad financiera italiana Banca Carige, considerada el décimo banco del país, y ha nombrado tres administradores temporales tras el fracaso de su ampliación de capital y la posterior dimisión de la mayoría de sus directivos.

La entidad italiana -cuya intervención ha castigado a los bancos en las bolsas europeas- se centrará ahora en reforzar su situación patrimonial a través de la reducción de los créditos dudosos y de la búsqueda de una posible alianza.

Los tres administradores designados por el BCE -Fabio Innocenzi, Pietro Modiano y Raffaele Lener- deberán "adoptar todas las decisiones necesarias para su gestión operativa".

Además, se ha constituido un Comité de Vigilancia en el seno de la entidad, compuesto por tres miembros: Gian Luca Brancadoro, Andrea Guaccero e Alessandro Zanotti.

La medida se ha adoptado tras la dimisión de la mayoría de los miembros del Consejo de Administración después de la sonada junta de accionistas del pasado 22 de diciembre, cuando se rechazó una ampliación de capital por un importe de 400 millones de euros.

El accionista mayoritario, la familia Malacalza, con el 27,5 % de las acciones, bloqueó esta iniciativa y también la emisión de bonos subordinados de entre 320 y 400 millones.

Dos medidas -la ampliación y la emisión de bonos- con las que la antigua caja de ahorros genovesa pretendía fortalecer su posición, en un plan vigilado en todo momento desde Fráncfort.

Y es que el banco, que ya tuvo que lanzar una ampliación de 500 millones de euros a finales de 2017, recibió en julio una advertencia del BCE que, en su calidad de supervisor bancario, le pidió que atajara la situación de crisis en la que se encuentra.

En un comunicado, el BCE apunta que la dimisión de la mayoría de los directivos "ha hecho necesaria la institución de una administración extraordinaria que guiará la banca y estabilizará su gobernabilidad" para buscar "soluciones eficaces".

Esta medida "de intervención precoz" está dirigida a asegurar la continuidad de una sociedad en apuros e implica "la destitución de los órganos de administración y control" de la misma.

Los administradores deberán trabajar, con todos los poderes, para pilotar la deteriorada entidad genovesa y favorecer su saneamiento.

El objetivo, en primera instancia, será "dar mayor estabilidad y coherencia al gobierno de la sociedad para que sea aún más eficaz en su servicio gracias a sus propios trabajadores, depositantes, clientes y el territorio" en el que opera, según un comunicado.

La entidad ha garantizado en una nota su actividad corriente y ha descartado cualquier impacto en sus clientes o empleados.

La estrategia pasa asimismo por el reforzamiento patrimonial, el impulso comercial a través de la recuperación de las cuotas de mercado del negocio principal, la reducción de los créditos dudosos y la búsqueda de "posibles combinaciones empresariales".

Pero la primera acción será iniciar un análisis pormenorizado que permita comprender la situación actual y proseguir en las tareas de reforzamiento patrimonial del grupo bancario.

Carige ya había avanzado que este miércoles anunciaría posibles cambios en su esquema directivo y había solicitado al regulador bursátil italiano (Consob) que dispusiera la suspensión de su cotización en la Bolsa de Milán para evitar posibles estragos.

El regulador accedió y suspendió durante toda la jornada la negociación de los títulos del banco, que en los últimos días sufrieron el temor de los inversores, con pronunciadas caídas de hasta el 18 %.

Modiano, que conoce bien la entidad ya que fue su presidente hasta su dimisión, ha dicho que la medida adoptada por el BCE "simplificará y reforzará la gobernabilidad de Carige, así como la ejecución de la estrategia en un cuadro de sana y prudente gestión".

El anterior consejero delegado, Innocenzi, pronosticó que estas "ventajas en términos de estabilidad" acabarán traduciéndose en "beneficios" para sus clientes.

La designación de Modiano e Innocenzi no es casual, sino que, tal y como apunta el tercer administrador, el experto en derecho comercial Raffaele Lener, "indica la clara elección de dar una continuidad operativa" a la banca "dentro de la estrategia estipulada".