La Seguridad Social estaría en estos momentos en equilibrio económico, o con cierto superávit, en lugar de arrastrar 17.000 millones de déficit, si sus cuentas no cargasen con cuestiones que no le corresponden y que deberían pagarse a través de los Presupuestos Generales del Estado.

Este es el análisis que el presidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), José Luis Escrivá, ha adelantado hoy en una conferencia sobre la gestión de las financias públicas, a poco más de una semana de que este organismo presente su informe sobre la sostenibilidad de la Seguridad Social.

Escrivá ha precisado que la AIReF tiene previsto publicar antes de Navidad ese informe con sus consideraciones sobre el futuro de la Seguridad Social, en cuanto integre los comentarios que el Gobierno de Pedro Sánchez ha hecho al borrador inicial que ya le ha remitido.

Sin embargo, sí ha adelantado algunas de sus opiniones, que parten de su convencimiento de que la Seguridad Social está cargando con algunos gastos o con algunos recortes de ingresos decididos en el plano político que no le corresponden de manera natural.

El presidente la AIReF ha señalado que España tiene un nivel de cotizaciones sociales que puede considerarse medio/alto en su contexto europeo, de algo más de 30 puntos, pero con una particularidad con respecto al resto de países: siete de esos puntos se dedican a pagar las prestaciones por desempleo, más del doble del país que le sigue en ese tipo de esfuerzo, que dedica tres puntos.

Escrivá ha remarcado que con cargo a esos recursos no solo se pagan las prestaciones por desempleo contributivas, sino también el paro de larga duración y las no contributivas, cuya configuración es "discrecional" y debería abonarse "con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, no con las cotizaciones sociales".

Solo con trasladar todo ese gasto no contributivo a los Presupuestos, ha remarcado, la Seguridad Social obtendría 11.000 millones de euros adicionales. Y si el Presupuesto del Estado también cargara con el coste de las bonificaciones en las cotizaciones que van aprobando los diferentes Gobiernos y con las bajas de maternidad y paternidad, la situación de la Seguridad Social sería en este momento de equilibrio o ligero superávit.

Ello, ha precisado, no significa que ese déficit de 17.000 millones desaparezca, sino que se traslada a las cuentas del Estado, porque se trata de políticas que corresponde pagar a los Presupuestos Generales, no a las cotizaciones sociales.

En cuanto al futuro de la Seguridad Social, Escrivá ha reconocido que este organismo puede tener tensiones a medio plazo, cuando se jubile la generación del llamado "baby boom".

Sin embargo, desde su punto de vista, bastaría para absorber esas tensiones con conseguir que la edad real de jubilación pase de los 62,5 años actuales a los 65 que marca la ley con carácter general.