El grupo DIA zozobra estos días en bolsa después de meses navegando por aguas revueltas, inmerso en una tormenta en la que se entremezclan la caída de sus ventas, la crisis argentina, el elevado peso de inversores bajistas en su capital y un riesgo inminente de OPA.

Presa de la volatilidad en el parqué, la compañía sufrió su mayor correctivo -de una proporción poco habitual en el IBEX 35- el pasado lunes 15 al hundirse la acción más de un 42 % en una única sesión, inmediatamente después de notificar al mercado el empeoramiento de sus previsiones para 2018.

La cadena de supermercados siguió en caída libre durante la semana -con una bajada acumulada del 53 %- y cotiza ahora a 0,88 euros por acción, mínimo histórico desde que saliera a bolsa -en 2011- y vale cinco veces menos que hace apenas un año.

"La rebaja de su previsión de beneficios nos ha pillado bastante desprevenidos pese a que cuando divulgó las cifras del segundo trimestre ya se veía que iba a ser un ejercicio complicado", admite en declaraciones la analista de Renta 4 Ana Gómez Fernández.

Los responsables de DIA calculan ahora que su Ebitda ajustado cerrará 2018 en torno a los 350-400 millones de euros, entre un 30 y un 40 % inferior al de 2017, y dejan en suspenso el reparto de dividendos para 2019.

Desde Renta 4 analizan con sorpresa estos datos y hablan de una "rebaja considerable" del Ebitda, ya que en el primer semestre se situó en 226 millones de euros, por lo que extrapolando los resultados debería rondar al cierre de 2018 los 450 millones.

Además, las últimas estimaciones no incluyen el impacto que tendrá en sus cuentas la aplicación de una nueva normativa contable, cambio al que está obligado por tener actividad en Argentina, considerada una economía "hiperinflacionaria".

La crisis en este país -la cadena también está presente en España, Portugal y Brasil- por la elevada inflación y la depreciación de su moneda es otro motivo de preocupación, ya que representa el 17 % de sus ventas brutas y el 12,5 % de sus casi 7.400 tiendas (cerca de un 60 % son franquicias).

La compañía es desde hace casi dos años la firma del IBEX 35 más presionada por los bajistas, inversores que apuestan por la caída del valor -actualmente representan en torno a un 17 % de su capital- y finalmente parecen no haber errado en su pronóstico.

La rebaja de sus estimaciones para el ejercicio actual está vinculada sobre todo a la caída de ventas: en España la cadena DIA ha perdido más de un punto de cuota de mercado en los últimos doce meses y ya se sitúa en el 7,8 %, aunque mantiene la tercera posición por detrás de Mercadona (25,2 %) y Carrefour (8,2 %).

En el mercado se espera ahora con expectación la presentación del nuevo plan estratégico de DIA. Fuentes internas apuntan que se está trabajando en el proyecto y se prevé que sea presentado este otoño.

De hecho, el empeoramiento de las previsiones es resultado de un proceso de revisión de la situación del grupo a instancias del nuevo consejero delegado, Antonio Coto, quien en agosto sucedió a Ricardo Currás tras el cese de éste.

Tras informar de la rebaja de las estimaciones, la compañía reveló que apartaba al que hasta ahora era su director financiero, Amando Sánchez, quien ha sido suspendido de sus funciones.

En paralelo, el magnate ruso Mijaíl Fridman ha ganado peso en la compañía y ya cuenta con tres miembros de su confianza en el Consejo de Administración.

Fridman controla el 29 % de los títulos, a un sólo punto de estar obligado legalmente a presentar una OPA, que varios analistas prevén para 2019.

También esta semana, otros dos accionistas de referencia -Goldman Sachs y Norges Bank- elevaron su peso en el capital, mientras la agencia Moody''s y Standard & Poor''s decidían rebajar la calificación de su deuda a nivel de "bono basura".

Fuentes sindicales hablan de "inquietud" entre los trabajadores del grupo, a la espera de conocer más datos sobre los cambios que prepara la nueva dirección.