Malcolm X. La odisea de un predicador
Este año se cumple el primer centenario del nacimiento del activista por los derechos de los negros norteamericanos y el 60 aniversario de su asesinato

Instantánea llamada ‘Malcom X’ (1961) del fotógrafo Eve Arnold.
FRANCISCO R. PASTORIZA
Malcolm X fue como Sócrates. Nunca escribió ni una línea de su doctrina pero sus ideas se divulgaron por toda la comunidad negra gracias a sus discursos, brillantes y seductores, casi siempre improvisados. Los medios de comunicación hicieron el papel de Platón y de Aristóteles, recogiendo, grabando y divulgando el mensaje incluido en sus disertaciones y en las numerosas entrevistas que concedió a lo largo de su vida.
Cuando Malcolm X tenía seis años, su padre Earl Little, un luchador por los derechos de los trabajadores negros, seguidor del líder panafricanista Marcus Garvey, fue asesinado por el Ku Klux Klan, que ya había incendiado una vez la casa familiar. Tres de sus tíos también fueron asesinados, uno de ellos en un linchamiento. Tras la muerte de su padre, a Louise Norton, su madre, le quitaron la custodia de sus siete hijos y la ingresaron en un siquiátrico. Malcolm la sacó de allí 26 años después.
Malcolm Little, el futuro dirigente del movimiento por los derechos humanos, cambió su nombre por el de Malcolm X cuando entró a militar en la Nación del Islam. La X representaba los apellidos, desconocidos, de sus ancestros africanos. Nació en Omaha, Nebraska, el 19 de mayo de 1925, hace ahora cien años, y fue asesinado en Nueva York en febrero de 1965 antes de cumplir los 40. Educado en casas de acogida, se fugó de la última para irse a vivir a Boston con una de sus hermanas, a un barrio marcado por el racismo y la violencia, donde trabajó como limpiabotas y repartidor antes de relacionarse con la mafia de la ciudad. Sus actividades delictivas lo llevaron a la cárcel y cuando salió se trasladó a Nueva York, al barrio de Harlem, en el que campeaban el narcotráfico y el crimen organizado, con los que trapicheaba. A los 18 años volvió a Boston, donde había dejado a una novia medio blanca, que ya estaba casada, así que continuó en contacto con sus viejos amigos del crimen. Detenido por robo, entró de nuevo en la cárcel, donde conoció a John Elton Bembry, que le contagió la afición a leer y le cambió la vida. Uno de sus hermanos, Reginald, lo puso en contacto con Elijah Muhammad, líder de Nación del Islam, una organización de musulmanes negros. En 1952, al salir en libertad provisional quiso conocerlo personalmente, entró en la organización y se autoproclamó comunista. Fidel Castro, que se empeñó en conocerlo cuando viajó a Nueva York en 1960, quedó impresionado por su figura carismática. Trabajó intensamente como predicador de aquella organización e hizo una campaña de proselitismo que ganó miles de adeptos (fue él quien consiguió que Cassius Clay se uniera al movimiento y cambiara su nombre por Muhammad Ali). Se hizo famoso con sus intervenciones en la radio y la televisión y se casó con Betty Shabazz, también de Nación del Islam, con quien tuvo seis hijas.
Malcolm X fue radicalizando gradualmente su ideología hasta llegar a posiciones inasumibles por Nación del Islam. Defensor de un racismo a la contra, creía que la raza negra era superior a la blanca, criticó la marcha sobre Washington de 1963 por moderada, se manifestó en contra de los movimientos antiviolencia tipo Gandhi, por los que apostaba Martin Luther King, se alegró por los asesinatos de John F. Kennedy y del héroe nacionalista del Congo Patrice Lumumba, y sus discursos se contaminaron de intolerancia y negacionismo (afirmaba que Alá era negro y que los blancos eran diablos creados por un científico afroamericano llamado Yakub que se había equivocado de fórmula). Promovía la creación de un estado al sur de la Unión poblado únicamente por ciudadanos de raza negra, donde se prepararía el retorno a África de todos los negros de los Estados Unidos. Esta deriva hacia el radicalismo provocó su expulsión de Nación del Islam en 1965, aunque Malcolm X sostuvo que fue él quien abandonó la formación a causa del comportamiento de Elijah Muha-mmad, a quien acusaba de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio (en efecto, había tenido hijos ilegítimos con seis de sus secretarias), algo condenado por la organización pero que Muha-mmad justificaba como una manera de seguir el ejemplo de los profetas precursores. Malcolm X fundó entonces la Muslim Mosque Inc. para luchar por un nacionalismo negro y peregrinó a La Meca, donde fue tratado como un huésped de honor. Después viajó por varios países de África y de Europa, una experiencia que moderó algunos de sus planteamientos y pasó a considerar el islamismo por encima del nacionalismo y la negritud. Cambió nuevamente su nombre por el de El-Haijj Malik El-Shabazz, en consonancia con los nuevos planteamientos de su confesión musulmana.
Después de abandonar Nación del Islam dio charlas por las universidades y para organizaciones políticas radicales, manteniendo una fuerte competencia crítica con su antigua organización y con su líder. Elijah Muha-mmad decidió entonces que debía morir y ordenó incendiar su casa. Los sicarios de Nación Islam tiraron una bomba de cuya explosión Malcolm X y su familia se salvaron de milagro. El 21 de febrero de 1965, en el Audubon Ballroom, un salón de baile de Manhattan, durante un discurso para la Organización de la Unidad Afroamericana, un hombre le disparó varias veces al pecho con una escopeta de cañones recortados y a continuación otros dos hicieron 16 disparos más. Entre el público estaban, horrorizadas, su esposa Betty y dos de sus hijas. Uno de los asesinos fue detenido en el acto y sus acompañantes varios días después. Todos eran militantes de Nación del Islam. «Tiene justo lo que predicó», dijo Elijah Muha-mmad sobre el atentado.
Malcolm X murió durante el traslado al Hospital de la Universidad de Columbia. A su funeral en Harlem acudieron cerca de 30.000 personas. Su tumba en el cementerio de Ferncliff, en Nueva York, es desde entonces lugar de peregrinación. En el momento de su muerte Malcolm X estaba escribiendo su autobiografía, que terminó Alex Haley, el autor de Raíces, la novela en la que se basa la famosa serie de televisión. El legado de Malcolm X continuó en movimientos como el Black Power y los Panteras Negras, en los cuadros del Black Arts Movement y en la música de formaciones como Public Enemy. La película Malcolm X de Spike Lee, de 1992 (con un cameo de Nelson Mandela), renovó durante algunos años el interés por su figura. Denzel Washington fue nominado a un Óscar por su papel del líder asesinado.
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