El color morado y el feminismo

El color morado y el feminismo

El color morado y el feminismo / ED

Lara de Armas Moreno

Lara de Armas Moreno

Cada 8 de marzo una marea de gente que usa ropa de color morado inunda las calles de muchísimos lugares del planeta para defender, entre otras muchas cosas, la igualdad de derechos.

Hay varias teorías que tratan de explicar por qué el feminismo se asocia con este color. La más apoyada y posible, sugiere que puede estar relacionado con los movimientos obreros de principios del siglo XX, más concretamente con el desastre de la Triangle Waist Co. La mayoría de los trabajadores de esta fábrica textil neoyorquina eran mujeres procedentes de países europeos que soportaban unas condiciones de seguridad y salubridad pésimas. Los responsables de la fábrica mantenían las salidas cerradas a todas horas para evitar la entrada de ladrones, algo que desataría la tragedia.

El 25 de marzo de 1911 el fuego se propagó rápidamente por el edificio. No se sabe si lo provocó una colilla o la chispa de una máquina, pero casi ninguna trabajadora pudo librarse de las llamas. Murieron 146 personas, 129 de ellas mujeres. También hay una teoría que afirma que uno de los dueños de la fábrica pudo iniciar el fuego como represalia a las protestas de las trabajadoras que desempeñaban su labor durante diez horas diarias y otras siete los sábados por un salario irrisorio. Además, no tenían pausa para comer, y trabajaban encerradas bajo llave durante largas jornadas, lo que las hacía, a todas luces, esclavas de sus patrones.

En la fábrica se trabajaba con papel y telas de algodón, algo que avivó rápidamente el fuego haciendo que en menos de 18 minutos el inmueble se viera envuelto en llamas. Además, las escaleras de emergencia sólo llegaban hasta el sexto piso y el edificio tenía ocho plantas. Las que no fueron presa de las llamas perecieron al lanzarse al vacío empujadas por la desesperación.

Los testimonios de los ciudadanos dejaron en evidencia que el humo que salió de la fábrica era morado. Según parece, esto se debió a que los tejidos usados en la fábrica eran de este color. Desde ese momento, este pigmento se asoció a la lucha feminista ya que el evento pasó a simbolizar la pésima condición en la que tenían a las mujeres en las fábricas por aquel entonces.

Los propietarios de la fábrica fueron acusados de homicidio involuntario, pero fueron absueltos y se enriquecieron con el dinero que les dio la aseguradora.

Algunas sufragistas de la época como la revolucionaria rusa Aleksandra Kolontái, dejaron de lado el color rojo de su partido para adoptar el violeta por la lucha de los derechos de la mujer. La sufragista británica Emmeline Pethick-Lawrence explicó que: «El violeta, color de los soberanos, simboliza la sangre real que corre por las venas de cada luchadora por el derecho al voto, simboliza su conciencia de la libertad y la dignidad. El blanco simboliza la honradez en la vida privada y en la vida política. Y el verde simboliza la esperanza en un nuevo comienzo».

La otra teoría, menos plausible, sostiene que el movimiento feminista se viste de morado gracias al resultado de mezclar el color azul, tradicionalmente asociado al sexo masculino, con el rosa, asociado al femenino, lo que sería una colorida metáfora de la igualdad de género.

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