Cine
‘2073’: el docudrama que alerta de la autodestrucción de la humanidad
El director británico Asif Kapadia estrena una película distópica que trata de dejar claro que la mayoría de crisis que convertirán el planeta en un lugar inhabitable no son inminentes porque ya están en marcha: el resurgir de la ultraderecha, la eliminación de la prensa libre, el cambio climático y el imperialismo tecnológico, entre otras

Fotograma del docudrama ‘2073’ / ELD
Nando Salvà
Los seres humanos somos capaces de demostrar grandes capacidades como especie a la hora de enfrentarnos a las consecuencias de tragedias colectivas, pero muchas menos cuando se trata de invertir en sacrificios inmediatos con el fin de evitar la posibilidad de esas calamidades. En busca de una solución urgente para ese desajuste, el docudrama distópico 2073 trata de dejar claro que la mayoría de las crisis que convertirán el planeta en un lugar inhabitable no son inminentes porque, en realidad, ya están en marcha.
Hablamos, claro, del resurgir de una derecha autoritaria y xenófoba entregada a la erosión global de la democracia de la mano de señores tecnológicos multimillonarios, de la eliminación de la prensa libre y la instrumentalización de las redes sociales y la inteligencia artificial con el fin de disolver cualquier noción de verdad social compartida e instalar un imperialismo tecnológico, de la vigilancia ciudadana permanente, del control centralizado de todas las decisiones individuales —desde las opciones de compra hasta el voto— a través de la recolección automatizada de datos personales– y, para apuntalar la certeza cataclísmica, los efectos del cambio climático. Comparado con ese avance, que la inminente nueva toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos promete acelerar, el futuro profetizado por George Orwell en 1984 resulta casi apetecible.
Recién estrenada en Estados Unidos, 2073 cuenta con la dirección de Asif Kapadia, que se hizo un nombre y acumuló premios como el Oscar analizando por qué perdieron tan pronto la vida celebridades como Ayrton Senna, Amy Winehouse y Diego Armando Maradona —en los documentales Senna (2010), Amy (2015) y Diego Maradona (2019), respectivamente—, y que aquí hace algo parecido por nuestro frágil y maltratado planeta demostrando que la humanidad, ciega y sorda frente a las advertencias, se acerca sonámbula a la autodestrucción. Recurriendo a una mezcla de ciencia ficción especulativa y material audiovisual de archivo, e inspirándose en el mítico cortometraje de Chris Marker La Jetée (1962) —sobre un hombre que viaja a través del tiempo para cambiar el curso de la historia y salvar el mundo—, se sitúa cuatro décadas después de un colapso global para contemplar a una superviviente que vive en el sótano de un centro comercial abandonado mientras, en la superficie, los drones patrullan calles en ruinas y envueltas de aire putrefacto.
El filme ofrece un repaso concienzudo de los estragos causados por las acciones de los plutócratas
Y al contextualizar la realidad en la que ella subsiste a través de una rápida y constante sucesión de fragmentos de noticias actuales —presentando las catástrofes planetarias de hoy como su tiempo pasado—, la película demuestra la naturaleza apocalíptica de las circunstancias que ya nos determinan, y reclama la necesidad de reconsiderar tanto las fuerzas que azotan nuestra democracia y nuestro medio ambiente como la ingenuidad y la complacencia general de quienes las permitimos. «Es demasiado tarde para mí», sentencia la mujer al principio de la película. «Pero tal vez no sea demasiado tarde para ti».
Por las imágenes de archivo incluidas pasean rostros familiares de líderes totalitarios pasados, presentes y perennes como Trump, Xi Jinping, Vladímir Putin, Rodrigo Duterte, Viktor Orbán, Binyamín Netanyahu, Mohammed bin Salmán y Narendra Modi; de agitadores de morralla propagandística como Nigel Farage y Steve Bannon, y de multimillonarios como Elon Musk , Mark Zuckerberg, Jeff Bezos y Peter Thiel, decididos a usar su poder económico para acelerar la desintegración de la sociedad occidental tal y como la conocemos e instaurar el tecnofeudalismo.
Ucrania, Gaza y el ‘brexit’
Asimismo, la película ofrece un repaso concienzudo de los estragos ya causados por las acciones interconectadas de esos plutócratas. La invasión de Ucrania y la guerra en Gaza. El brexit, que abrió camino para políticas migratorias fascistas. El exterminio de la minoría uigur en China y los ataques a los musulmanes en India. Los asesinatos por parte de la policía de miles y miles de presuntos narcotraficantes en Filipinas. Los disturbios de 2017 en Charlottesville (Virginia), tras los que Trump se puso del lado de los supremacistas blancos. El acoso y encarcelamiento de periodistas. Actuaciones policiales brutales y palizas a mujeres y niños. La esclavitud moderna, provocada por el modelo laboral popularizado por Amazon. Incendios, inundaciones bíblicas, montañas de basura y mares de plástico. Y así.
Es cierto que 2073 no cuenta gran cosa que quien más quien menos no sepa ya, pero también lo es que los humanos llevamos tiempo demostrando que las sutilezas no funcionan con nosotros. En cualquier caso, Kapadia no ofrece ni un verdadero análisis de cómo hemos llegado al actual estado de las cosas ni más soluciones que animar a cada individuo a que reconsidere cómo vota y cómo consume; y en buena medida por eso, y por su insistencia en recordarnos que la destrucción de nuestra civilización ya es inevitable, una película que aspira a funcionar a modo de llamada a la acción corre el riesgo de limitarse a propagar el mismo miedo y la misma resignación que acusa a los demagogos del mundo de provocar entre la gente.
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