Barron Trump, nueva estrella en la familia
El menor de los hijos de presidente ha adquirido peso como gurú en redes sociales y plataformas digitales, y por su conexión con los jóvenes. Junto a él, una nuera, Lara, y la nieta mayor, Kai, emergen también con fuerza

Republican presidential nominee former President Donald Trump dances on stage with former first lady Melania Trump, center, and son Barron Trump at an election night watch party, Wednesday, Nov. 6, 2024, in West Palm Beach, Fla. (AP Photo/Julia Demaree Nikhinson) Associated Press / LaPresse Only italy and Spain. EDITORIAL USE ONLY/ONLY ITALY AND SPAIN / Associated Press/LaPresse. LAP
Marta López
Con la nueva presidencia de Donald Trump, vuelve a los círculos del poder de Washington una gran familia que abarca ya tres generaciones —esposa, cinco hijos con sus respectivos cónyuges, y diez nietos— en la que cada uno tiene un papel asignado, tenga o no despacho en el ala oeste de la Casa Blanca. «Regresan con un mayor apoyo político y cultural y mayor conocimiento sobre cómo ejercer su poder blando», resumió New York Times tras la toma de posesión.
En la rotonda del Capitolio se pudo ver a todos los miembros del extenso clan, en una pomposa ceremonia llena de simbología sobre el lugar que ocupa cada uno en la nueva era. Desde la cara semioculta de Melania bajo un llamativo sombrero a la destacada figura, y no solo por sus más de dos metros de altura, de Barron Trump, el hijo menor del presidente y a sus 18 años la estrella ascendente de la dinastía. Fue sentado junto a su madre, justo detrás de su padre y compartiendo foco con Elon Musk, el multimillonario hombre clave en el nuevo Gobierno.
Barron ha adquirido de esta manera una centralidad y protagonismo que en la primera legislatura tuvieron su hermana Ivanka y el marido de esta, Jared Kushner —que en este segundo mandato han dado un paso al lado— y que no alcanzan sus otros hermanos mayores, Donald Jr. ni Eric, siendo la mujer de este último, Lara, otra figura emergente en el entorno presidencial. La hija del primogénito, Kai, una influencer de 17 años, es también un valor en alza que se ha prodigado en los actos políticos del abuelo desde que tomó la palabra en la convención republicana de Milwaukee.
Nada queda de aquel niño tímido que solo tenía 10 años cuando su padre pisó por primera vez el Despacho Oval. Barron Trump vuelve ahora la Casa Blanca a los 18 revelado como estratega en redes sociales y plataformas digitales, con la mirada de puesta en los jóvenes de su generación. Jason Miller, asesor del presidente, ha dicho que Barron aportó durante la campaña ideas clave con grandes resultados. «Cada recomendación suya ha resultado ser oro absoluto en términos de audiencia», sostiene.
Su padre tuvo palabras de agradecimiento para él en el mitin del día de la investidura en el Capital One Arena de Washington, donde fue saludado con una gran ovación. «Gracias», le dijo, y añadió sobre Barron: «Él supo acerca del voto de los jóvenes, y ya saben, ganamos el voto de los jóvenes por 36 puntos. Él decía: ‘Papá, tienes que salir y hacer esto o aquello’. Hicimos mucho de eso».
Tándem con un ‘influencer’
Curiosamente, Barron no tiene redes sociales pero se apoya en su amigo íntimo, Bo Loudon, un joven de su edad y destacado influencer conservador, hijo de una figura de la televisión y un exsenador. Juntos organizaron una entrevista de 90 minutos de Trump con el conocido streamer Adin Ross que alcanzó 100 millones de espectadores. También impulsaron la aparición del candidato en los pódcast más populares entre la generación Z.
Barron, que estudia negocios en la prestigiosa Stern School of Business de la Universidad de Nueva York, seguirá residiendo en la Trump Tower pero contará también con un dormitorio propio en la Casa Blanca, según ha revelado Melania, que ha dicho: «Estoy muy orgullosa de él, de sus conocimientos, también de política, y de los consejos que da a su padre. Ha atraído a mucha gente joven. Conoce a su generación». En el universo trumpista, el último y quinto hijo del presidente es un nuevo ídolo.
El hermano pequeño releva así como ojito derecho del padre a su hermana Ivanka, de 43 años, que junto a su marido, Jared Kushner, fue uno de los pilares en los que se apoyó Trump durante su primer mandato. Sin cargo institucional oficial, Ivanka ejercía de facto de primera dama mientras su marido era consejero superior del presidente. La ahora multimillonaria pareja se distanció de Trump tras el asalto al Capitolio y vive en Florida, centrada en sus negocios inmobiliarios y en la gestión de fondos de inversiones. El matrimonio ha manifestado su intención de seguir apartado de la política en este segundo mandato, pero sí ha irrumpido en escena Charles Kushner, padre de Jared, que será el próximo embajador en Francia tras ser indultado por Trump de una condena por evasión fiscal.
Siguen en el círculo presidencial los dos hijos mayores: Donald Jr., de 46 años y Eric, de 41. Después de muchos años bajo la sombra alargada de su padre, el primogénito ha ganado influencia hasta el punto de que a él se le atribuye el nombramiento de su amigo J.D. Vance como vicepresidente, y también los de Tulsi Gabbard y Robert F. Kennedy Jr., como directora de inteligencia nacional y secretario del Departamento de Salud, respectivamente. Ha dirigido el equipo presidencial de la transición y viajó a Groenlandia después de que Trump manifestara su interés en comprar el territorio danés. Centrado en el negocio familiar, no diría que no a un puesto en el nuevo Gobierno pero en una entrevista dejó claro cual va a ser su función ahora: «Bloquear nombramientos que pudieran ser un desastre».
Su hija mayor, Kai, de 17 años, ha saltado a la arena política desde el momento en que tomó la palabra en la convención republicana de Milwaukee para hablar del lado humano de su abuelo, con quien comparte la afición por el golf. Solo un año menor que Barron, ella es un destacada figura en las redes sociales, con 2,2 millones de seguidores en TikTok, un millón de seguidores en Instagram y 800.000 en Youtube. Con una aparición triunfal en el baile de investidura, se puede adivinar que va a ser una de las caras más visibles de la Casa Blanca los próximos cuatro años.
El tercero de los hijos de Trump, Eric, también sigue centrado en el negocio familiar y con sus hermanos, Donald y Barron crearon el pasado mes de septiembre una plataforma de criptomonedas, World Liberty Financial. Es Eric quien ha ayudado a su padre al lanzar el memecoin $Trump que en solo dos días le dio al presidente unas ganancias (sobre el papel) de 40.000 millones de dólares.
Junto con su esposa, Lara, forman una pareja aparentemente perfecta y esta última es una pieza de primer orden en la familia, donde es la única que está haciendo, oficialmente, una carrera política, procedente del mundo de la televisión. Según explicó ella misma al Washington Post, su suegro la descubrió durante una entrevista que dio en 2016, al escuchar algo que le gustó y ver que era ella quien lo decía. «Oh Dios mío, es mi nuera la que está haciendo esto», fueron sus palabras, que ella reprodujo.
Juntos protagonizaron entonces un mitin en el estado natal de Lara, Carolina del Norte, tras el cual Trump le dijo: «Te vas a encargar de este estado y lo vas a ganar para nosotros». En la recta final de esa campaña lideró la gira Mujeres por Trump, con la que intentaba contrarrestar la imagen misógina del entonces candidato.
Cuando Trump decidió lanzar su nueva candidatura a la Casa Blanca, fue nombrada copresidenta del comité nacional republicano, encargada de supervisar la recaudación de fondos, de la captación de votantes y de velar por la «integridad electoral». Dimitió el pasado diciembre para poder ser nombrada senadora por Florida en sustitución de Marco Rubio, flamante secretario de Estado. Tiene el apoyo de Elon Musk, que ha dicho: «Lara Trump es genuinamente genial». Y Maye Musk, su madre, tuiteó: «La próxima senadora por Florida debería ser Lara Trump. El Senado es un club de viejos. Necesitamos desesperadamente una mujer inteligente, joven y sin pelos en la lengua».
Tiffany, de 31 años, es la cuarta hija del magnate, la única que tuvo con Marla Maples, y la más desconocida. Ha estado más presente en esta campaña, pero aún así prefiere vivir alejada de los focos. Casada con el empresario Michael Boulos, esperan su primer hijo. Boulos es hijo de Massad Boulos, un empresario libanés-estadounidense que ayudó a Trump con la influyente comunidad árabe en Michigan. Trump le ha nombrado asesor principal en el mundo árabe y Oriente Próximo.
Melania, de 54 años, y actual esposa del magnate, sigue siendo la gran incógnita sobre qué clase de primera dama va a ser, después de haber tenido un papel muy discreto durante la campaña electoral. Si en el primer mandato no se instaló de inmediato en la Casa Blanca y siguió residiendo en la Trump Tower, sí se ha mudado ahora a a la residencia presidencial, aunque repartirá su tiempo entre Nueva York y Florida también.
Como Trump, la primera dama estadounidense también ha lanzado su mememecoin $Melania y pretende resucitar la iniciativa Be Best que ya lanzó en 2018 para luchar contra el ciberacoso infantil. Es lo poco que se conoce de una mujer que prefiere huir del foco y que se reivindica como ella misma, «independiente, con pensamiento propio y no siempre de acuerdo» con lo que su marido hace. Quizá por eso, eligió el sombrero que le cubría media cara y con el que ocultaba su mirada durante la ceremonia de investidura. Un potente mensaje político.
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