El Pergamino de Clío

Prohibido enviar niños por correo

A Charlotte May Pierstorff, de cinco años, en 1914 sus padres la enviaron por correo a través de un tren de mercancías hasta la casa de sus abuelos

Prohibido enviar niños por correo.

Prohibido enviar niños por correo. / El Día

Lara de Armas Moreno

Lara de Armas Moreno

Actualmente, existe una extensa lista de objetos que no se pueden enviar por correo. Desde materiales peligrosos a plantas exóticas, un sin fin de leyes, nacionales e internacionales, regulan el tráfico postal. Pero estas normas que hoy nos parecen tan lógicas no siempre existieron.  

En Estados Unidos se puso de moda enviar niños por correo en 1913. Durante este periodo, el servicio postal se modernizó y expandió, algo que aprovecharon muchas familias para enviar a sus hijos a visitar a sus familiares de forma económica.  

El 1913 se creó el Servicio Postal de Estados Unidos que añadió la función de paquetería. Este servicio facilitaba el envío de cajas de mayor o menor tamaño a cualquier parte del país. Sin embargo, como suele ocurrir siempre que se inicia algún proyecto, no contaron con la perspicacia de algunas personas y solo se estipularon normas lógicas como que los paquetes no podían exceder los cinco kg o el coste mínimo por envío. En ningún lugar se regulaba el contenido de los paquetes

Quizá el caso más llamativo fue uno sucedido en Ohio. Los Beagle decidieron enviar a James, su hijo de ocho meses, a casa de su abuela por correo. El niño fue pesado, empaquetado y etiquetado, luego fue enviado sano y salvo a casa de su abuela que vivía en Illinois, a 584 km de distancia. Este extraño envío solo costó quince centavos, pero tuvieron que pagar también un seguro de cincuenta dólares.  

Sin duda fue el caso de Charlotte May Pierstorff, de cinco años, el que inspiró el cambio de la legislación. En 1914 sus padres la enviaron por correo a través de un tren de mercancías hasta la casa de sus abuelos. Para poder enviarla tuvieron que comprar sellos por valor de 53 centavos que pegaron a la solapa del abrigo de la pequeña.  

Es cierto que la confianza en los carteros jugó un papel fundamental en esta trama. Estos trabajadores solían cubrir las rutas de pequeñas comunidades y eran bien conocidos por sus vecinos. Sin embargo, en los periódicos de la época se criticó muy duramente la práctica y se cuestionó el criterio de los padres sobre la seguridad de sus bebés. Esto hizo que el gobierno tomara conciencia de las implicaciones que tendría que un bebé se extraviara o se le hiciese daño. Por ello, el director general del Servicio Postal implementó en 1915 regulaciones que se encargaron de rellenar las lagunas del servicio postal. Entre ellas, se recalcó la prohibición del envío de personas por correo

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents