El Pergamino de Clío

¿De qué te habría diagnosticado Hipócrates?

¿De qué te habría diagnosticado Hipócrates?

¿De qué te habría diagnosticado Hipócrates? / La Provincia

Lara de Armas Moreno

Lara de Armas Moreno

La depresión es un padecimiento universal que constituye en occidente el fenómeno epidemiológico más importante y que tiene tendencia de crecimiento.

Hipócrates de Cos (460 a.C. - 370 a.C.) fue un conocido médico de la Antigua Grecia, de hecho, muchos le conocen como «el padre de la medicina». Fundó su escuela homónima en la que consiguió separar a la medicina de otras disciplinas y la convirtió, por primera vez, en una profesión. Se sabe que viajó mucho y que ejerció la medicina en diferentes puntos de la geografía griega. Murió con más de ochenta años.

En la Antigüedad se creía que las enfermedades estaban ligadas a los «humores», unas sustancias fluidas que constituían la estructura del ser humano. Gracias a esta escala se podían identificar las enfermedades y, con ellas, las posibles curas. Se pensaba que cada parte del cuerpo se correspondía con un tipo de humor.

Se la llamó teoría humoral y fue precisamente Hipócrates quien categorizó los humores en cuatro tipos: sangre, que se creaba en el corazón; flema, que se generaba en el cerebro; bilis amarilla, que se formaba en el hígado y bilis negra que se encontraba en el bazo. Era el equilibrio entre los humores lo que garantizaba la salud, el desequilibrio, por el contrario, se asociaba a un carácter o personalidad particular.

De este modo, una persona con exceso de bilis negra se consideraba una persona melancólica, término con el que se conocía a los pacientes deprimidos. Por otra parte, un exceso de bilis amarilla convertía al paciente en una persona colérica, las personas flamáticas (con exceso de flema) era más tranquilas y los que tenían un exceso de sangre eran considerados pacientes pasionales.

Se creía que los problemas de salud, mentales o físicos, derivaban de un desequilibro en los humores y el tratamiento se llevaba a cabo mediante alopatía, es decir, «curación por lo contrario», por ejemplo, si el paciente presentaba un desorden en el humor sangre se le hacía una sangría, algo que se llevó a cabo hasta el siglo XIX.

Durante la Edad Media se empezó a creer que algunas enfermedades podían estar causadas por miasmas, un vapor venenoso que emanaba de la tierra o de aguas estancadas. Estas miasmas causaban el desequilibrio de los humores. El concepto se afianzó en el siglo XVIII con la teoría del médico inglés Thomas Sydenham.

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