‘Beatles ’64’, dos semanas que cambiaron el mundo

Disney+ estrena un documental producido por Martin Scorsese que describe la histórica primera visita del cuarteto de Liverpool a Estados Unidos

Los Beatles, a su llegada al aeropuerto internacional JFK de Nueva York el 7 de febrero de 1964.

Los Beatles, a su llegada al aeropuerto internacional JFK de Nueva York el 7 de febrero de 1964. / ED

Rafael Tapounet

En un momento del documental Beatles ’64, un reportero le pregunta a una chica apostada a las puertas del Hotel Plaza de Nueva York si le gusta algún cantante americano. «No —responde ella—. Por mí pueden pudrirse todos. Elvis Presley apesta. Y, de todas maneras, es muy viejo». Estamos en febrero de 1964 y Elvis Presley acaba de cumplir 29 años. La explicación de esa franqueza desarmante se halla en esos mismos momentos en las suites presidenciales de la planta 12 del Hotel Plaza y responde a los nombres de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr. Los Beatles acaban de llegar a Norteamérica y han marcado una línea en el tiempo: todo lo que había antes de ellos ha quedado irremediablemente obsoleto.

Producido por Martin Scorsese y dirigido por David Tedeschi, que ya había ejercido de montador en los documentales que el primero había dedicado a Bob Dylan, George Harrison y los Rolling Stones, Beatles ‘64 (en Disney+) recrea con mirada entre fervorosa y estupefacta aquella primera visita de los Fab Four a EEUU; dos semanas de febril excitación que transcurrieron entre Nueva York, Washington y Miami y que cambiaron para siempre el paisaje cultural y social del país de las barras y las estrellas. Y del mundo entero.

Tedeschi ha construido su película a partir del metraje que los hermanos Albert y David Maysles rodaron por encargo de Granada Television para documentar el desembarco de los Beatles con motivo de su participación en el popular Ed Sullivan Show de la CBS. Es un material fascinante —se filmaron más de 11 horas, con acceso prácticamente ilimitado a la intimidad de los músicos— que ya había aparecido parcialmente en los documentales de los Maysles What’s happening? The Beatles in the USA, de 1964, y The Beatles: The first US visit, de 1991, y que sirvió de obvia inspiración a Richard Lester a la hora de retratar la histeria desencadenada por la beatlemanía en la película ¡Qué noche la de aquel día! (1964).

Beatles ‘64 hace suya la tesis, casi universalmente aceptada, de que el advenimiento de los Beatles contribuyó de forma decisiva a hacer que los estadounidenses pudieran dejar atrás la conmoción provocada por el asesinato de John Fitzgerald Kennedy, ocurrido menos de tres meses antes. «Cuando llegamos, América estaba de duelo —recuerda McCartney—. Quizá América necesitaba algo como los Beatles para abandonar el luto y decir: la vida sigue».

La jovial alegría con la que Lennon, McCartney, Harrison y Starr viven cada momento de su meteórico ascenso al estrellato mundial se refleja de manera bastante precisa en las arrebatadoras canciones que hacen en aquel momento —el estallido de júbilo de She loves you no tiene parangón en la historia de la música pop— y, como afirma el escritor y periodista Joe Queenan, «enciende una luz» en el corazón de centenares de miles de jóvenes estadounidenses.

El momento culminante de esa epifanía colectiva tuvo lugar en la noche del 9 de febrero, cuando los Beatles aparecieron por primera vez en el Ed Sullivan Show. Unos 73 millones de personas siguieron en directo aquella emisión televisiva, la mayor audiencia jamás alcanzada por programa alguno hasta la fecha (la leyenda urbana asegura que los índices de criminalidad se redujeron notablemente ese día). La CBS impidió a las cámaras de Granada TV entrar en sus estudios para filmar la actuación, de manera que los Maysles tuvieron la genial ocurrencia de plantarse en la cercana vivienda de una familia de clase trabajadora, los González, y captar la reacción de sus miembros en tiempo real ante la irrupción de aquel monstruo de cuatro cabezas en su televisor. La mirada hipnotizada de las dos hijas adolescentes sugiere que algo en su interior estaba cambiando para siempre. Es lo mismo que les sucedió a Bruce Springsteen y a Alice Cooper (ambos aparecen en el documental rememorando la sublime experiencia) y a tantísimos otros chavales.

Criticas

Pero no todo en Beatles ‘64 es asombro feliz y gozo compartido. Al principio de la película, un veterano reportero de guerra compara la beatlemanía con «una epidemia de rubéola». La llegada de los Fab Four representaba un desafío a las convenciones y los prejuicios de un sector importante de la sociedad estadounidense, y las críticas que recibieron por parte del establishment fueron feroces. «Visualmente, son una pesadilla; musicalmente, son un desastre», decía la reseña que el semanario Newsweek dedicó al concierto que los Beatles ofrecieron en el Carnegie Hall el 12 de febrero. Para convencer a los responsables del auditorio de que acogieran el recital, el promotor Sid Bernstein había tenido que asegurarles que el grupo era un cuarteto de cuerda inglés (en represalia, el Carnegie Hall lo vetó durante dos años).

Beatles ‘64 termina con una aparición de John Lennon en un programa de televisión francés subrayando que los Beatles jugaron solo un pequeño papel en los trascendentales cambios culturales, sociales y políticos que sacudieron al mundo occidental en los años 60. Probablemente tuviera razón. Pero el documental nos recuerda que esa pequeña aportación llegó envuelta en sonrisas de felicidad y canciones maravillosas. Y ese es un legado que merece ser celebrado ahora y siempre.

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