Elizabeth Clapés: «Nadie hace más daño que un psicópata, pero ojo con un narcisista»
Conocida como ‘Esmipsicóloga’ en redes sociales, en las que llega a acumular mas de un millón de seguidores, ha publicado cuatro libros en dos años. El último de ellos, ‘Tú no eres el problema’, es una guía para conocer los mecanismos de actuación de personas con trastorno de personalidad narcisista o psicópata, individuos que pueden pasar desapercibidos según el tipo de relación que tengamos con ellos, pero de quienes, sin duda, es mejor alejarse

Elizabeth Clapés / ED
Estela Torres Kurylo
¿Por qué es importante diferenciar entre narcisista y psicópata?
En psicología generalmente nos regimos por un manual de diagnósticos que es el DSM-5. En este, la palabra psicopatía no existe como tal, pero sí el diagnóstico de trastorno de personalidad narcisista, que es la persona que se tiene en una demasiada alta estima, y digo demasiada porque tenerse en buena estima está bien, pero esta persona se tiene en tanta estima que aplasta a las demás para seguir ocupando ese lugar de superioridad. Miente sobre sus logros para crecerse, es una persona envidiosa que siempre quiere ser el centro del éxito y de la atención... Digamos que no es alguien narcisista, porque el narcisismo a secas es simplemente un rasgo de la personalidad, es alguien más prepotente, más engreído, más egoísta... Cuando estos rasgos se acentúan hasta el punto de vista patológico, es decir, que le dificultan tener una vida social y funcional, hablamos de trastorno de personalidad narcisista y no sólo de narcisismo.
¿Hay alguno más?
En el DSM-5 tenemos únicamente este diagnóstico y luego tenemos el trastorno de personalidad antisocial, que podríamos decir que es un delincuente, una persona que comete delitos, que no tiene empatía por el resto de la población y que no tiene interés por las relaciones sociales. Por eso es antisocial, no forma parte de la sociedad.
¿Qué ocurre con un psicópata?
El término psicópata es mucho más amplio que cualquiera de estos dos, porque incluye muchas veces rasgos narcisistas, es decir, una persona que se cree superior al resto y que ejerce poder y control sobre los demás, pero que, además, carece de empatía hasta el punto de vista patológico. Manipula, hace daño, maltrata e incluso puede llegar a asesinar, pero algunos no lo hacen nunca y se convierten en jefes de empresas, presidentes del gobierno... Al final es una persona que sin ningún tipo de empatía pretende ejercer poder, control y dominancia sobre los demás. La psicopatía no está dentro de la psicología, se usa más en la criminología. De ahí que ahora se esté extendiendo tanto el término narcisista, porque es como el que más se le parece. Pero al narcisista lo que le falta para ser un psicópata es la pura maldad, el deseo de poder, de control, el maltrato, la manipulación.
¿Es igual de malo tener a un narcisista que a un psicópata en tu vida?
Un psicópata siempre va a ser más corrosivo que cualquier otra persona por la maldad. Hay un autor, creo que es Vicente Garrido, que dice que el psicópata es el depredador de su propia especie. Me encanta porque ¿quién mata a otro ser humano? Generalmente no nos mata un oso, entonces, efectivamente es el depredador de su propia especie. Nadie hace más daño que un psicópata, pero ojo con tener un narcisista al lado, porque te convierte en algo pequeño, invisible, miserable y con una irrelevancia absoluta en tu propia vida. Ninguna de las dos favorece ni te hace sentir bien.
¿El libro ayuda a identificar estas personalidades?
Sí. También digo que las personas con los rasgos más psicopáticos son las que tiran más al narcisismo, porque, en el maltrato, se dan juntos con mucha frecuencia.
Estas personas no tienen por qué ser sólo parejas...
En el libro hay un episodio por persona. Hay un episodio de hijos, uno de padres, de madres, de hermanos, de amigos, de parejas, de compañeros de trabajo, presidentes del gobierno, jefes de estado... Solo quedaron fuera las sectas.
¿Cuesta dejar una relación con una persona así?
En el momento en el que nos vemos dentro de una relación en la que nos están maltratando nos cuesta salir, pero también porque interpretamos lo que la otra persona hace con la disculpa de: ‘Seguro que está pasando por una situación compleja, esto se debe a su infancia... Es que tiene traumas, le ha pasado algo terrible, su ex le trató fatal y ahora pago yo las consecuencias...’. Tratamos de buscar una normalidad en la otra persona, porque entendemos a los demás tal y como funcionamos nosotros. Si yo no soy capaz de maltratar a otra persona y no me entra en la cabeza la forma de actuar, mentir, manipular y tergiversar del otro, voy a intentar entender su conducta e intentar explicarla desde mis esquemas mentales.
¿Esquemas mentales?
Es lo que explico en el libro. Tú tienes unos esquemas mentales que te ayudan a interpretar el mundo que te rodea. Si tú tienes unos esquemas mentales y la otra persona los tiene totalmente distintos y tú te centras en intentarla entenderla desde tu forma de ser, nunca lo harás. Pero tu te quedarás ahí hasta que lo entiendas, porque el ser humano tiene la necesidad de entenderlo todo y si no entiende algo parece que necesita depositar más tiempo y energía. Pero estas personas son un pozo sin fondo. Creo que muchas veces, a parte de la dependencia emocional y nuestro apego, lo que hemos vivido en nuestra infancia afecta a nuestras relaciones. Creo que también es importante el factor ‘necesito entenderlo’. Pero no lo vas a entender, porque esta persona no es como tú. Es como intentar entender el chino con la normativa gramatical del español... Es imposible.
¿Cómo llega el momento de darse cuenta de que hay que parar una relación así?
Creo que lo principal es que tu cuerpo te avisa. Empiezan la ansiedad, la tristeza, el malestar... Pero a lo grande. Ya no son pequeños momentos en los que ves que algo no encaja. Tienes una sensación mala generalizada en tu cuerpo y en tu vida. Te das cuenta de que algo te está enfermando. Es como cuando tienes una intolerancia o una alergia alimentaria y sigues comiendo lo que no debes. Empiezas a enfermar y hasta que no quites ese alimento de tu dieta no empezarás a encontrarte bien. Creo que lo principal para darte cuenta es ver cómo estás respondiendo, cómo estás en tu vida, porque te acaba afectando en todas las áreas. No es algo que pase desapercibido.
¿Cree que se aguanta con consciencia de que esa persona es narcisista o psicópata?
Al final actuamos desde la normalidad de nuestro ser. Si eres una persona normal y ves a alguien actuar de una forma disruptiva lo normal es que intentes ayudarle a cambiar y a ser mejor, como te han enseñado tus padres. Y aquí muchas veces cogemos el rol del padre, del salvador, o del terapeuta: ‘Yo te voy a ayudar y te voy a cambiar’. Creo que el problema radica aquí. En que desde nuestra normalidad, intentamos actuar normal con personas, no vamos a decir que no son normales, porque hay tantas que se convierten también en la normalidad de la sociedad, pero digamos que no son lo más adaptativo a nivel social. Intentamos actuar como nos gustaría que actuasen con nosotros sin darnos cuenta de que eso es precisamente lo que nos acaba atrapando en la red.
Y, como trata en el libro, llega un punto de pensar más en el bien de esa persona que en el propio...
Eso también es por culpa de esa persona, porque hace un gran trabajo para hacerte sentir responsable y culpable de lo que haga. Incluso nos cargan con la sensación de que todo lo malo que les sucede es por culpa nuestra y lo bueno es gracias a nosotros. De manera que sentimos que tenemos todo el control de la situación: ‘La salud mental de esta persona depende de mí porque me está diciendo que sin mí se muere. Me está diciendo que gracias a mí es una persona mejor, gracias a mí es feliz...’. Bueno, no lo dicen tan abiertamente, es más un: ‘Te necesito y sin ti me muero’. Chantajean mucho con eso.
¿De quién es la culpa?
No es culpa nuestra, no está tan dentro de nosotros como todo el proceso de manipulación... Tú como persona normal y sana te haces cargo de una responsabilidad cuando te la dan, porque no te han enseñado que hay ciertas responsabilidades que no te corresponden y que hay cosas que tú no puedes sostener... Intentas hacerlo lo mejor que puedes y acabas viéndote metido en un bucle del que quieres salir pero no puedes porque te sientes culpable.
¿Cómo actuar para salir de ahí?
Realmente lo más complejo es darse cuenta y cuando lo haces es un tortazo, porque quieres a esa persona, estás vinculada a ella y por eso te hace tanto daño. Puedes hacer de golpe el proceso de romper el vínculo pero, ¿tú vas a poder? Lo primero que recomendaría es hablar con el entorno y contarlo, porque estoy segura de que si has llegado a este punto no ha sido con transparencia. No has ido contándoselo a todo el mundo. Lo más probable es que hayas escondido ciertas partes de vuestra relación porque sabías que sonaba mal contarlas. Lo primero es hablar con el entorno, hacérselo saber y buscar apoyo. Yo también recomiendo ayuda profesional. Pasar por una situación de maltrato no es una tontería. El maltrato psicológico deja muchísimas secuelas traumáticas, por lo que lo principal es contarlo al entorno para no estar sola, y también porque eso te obliga a tomar medidas al respecto. Yo lo comparo mucho con el proceso de dejar una droga. Se pasa una abstinencia, son muchas emociones. Te vas a sentir culpable, vas a sentir pena... Por eso recomiendo buscar ayuda profesional o de personas que estén muy cercanas a ti.
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