¿Eran rubios los guanches?

¿Eran rubios los guanches?

¿Eran rubios los guanches? / lara de armas moreno

Lara de Armas Moreno

Lara de Armas Moreno

Si has escuchado hablar de los aborígenes de las Islas Canarias, seguramente habrás oído alguna vez que eran todos rubios de ojos azules y bastante altos, una teoría que desafina con respecto a la apariencia de los habitantes del norte de África y de los actuales canarios. Esta hipótesis se basó en los escritos de algunos cronistas que atestiguaron que los aborígenes canarios tenían bastante más pinta de vikingos que de bereberes. Es más, se ha encontrado un ejemplar de 1935 de la revista Natural History en el que un antropólogo relaciona a tribus del Rif con los guanches por el color rubio de su pelo. Sin embargo, aunque en la actualidad se sabe que tan solo uno de cada cuatro rifeños tenían la barba rubia, más bien dorada y nunca ceniza, el mito caló hasta el extremo de que los nazis buscaron trazas de la raza aria en las islas.

De los estudios más recientes se ha podido extraer que los bereberes contaban con un bajo porcentaje de individuos rubios, así que los investigadores actuales tienen evidencias para pensar que los aborígenes canarios no debieron ser muy diferentes de las poblaciones norteafricanas en cuanto a la pigmentación del pelo y los ojos.

Otro dato bastante importante deriva de un estudio realizado por el ITER, el Hospital de la Candelaria, la Fundación Canaria Instituto de Investigación Sanitaria de Canarias y por el profesor de la ULL Vicente Cabrera, que analizó el ADN de 896 canarios no emparentados, concluyendo que la huella aborigen aún persiste en la población canaria y evidencia un promedio de entre un 51.5% y un 60.43% de ADN en la mayoría de los habitantes canarios. Basta con pasear por una calle de Canarias para observar el predominio de personas de pelo y ojos oscuros.

Según Mercedes Martín, técnico del Instituto Canario de Bioantropología, del Cabildo de Tenerife, la población de gente de ojos, tez y cabellos de tonos claros debió rondar el 10-20 por ciento de la población, una cifra bastante baja para sorprender a los cronistas. Por todo ello concluimos algo muy simple y a la vez complejo y es que los aborígenes canarios no eran todos ni rubios ni morenos. Pero entonces, ¿por qué los cronistas afirmaban que tenían cabellos dorados? La respuesta parece bastante simple. Los conquistadores, al llegar a unas islas muy cercanas al continente africano, esperaban encontrar a unos pobladores de piel muy morena, si no negra, y ojos color café, por lo que el contraste les sorprendió bastante.

Un fragmento de un texto de Viera y Clavijo es esclarecedor: «Si bien los guanches que habitaban hacia las partes meridionales de la isla eran de una tez bastante tostada, como lo son hoy en día los españoles que moran en ellas, no por eso dejan de ser blancos, rubios y de buena persona los que vivían en los distritos del norte. Por tanto, los naturales de Canarias no eran negros, sino que los viajeros los recomiendan a todos por bien hechos, de grande estatura y de complexión recia, en especial las mujeres, que nos pintan hermosas y con las cabezas coronadas de cabellos muy finos».

Lo que sí parece tener un buen fundamento es que los aborígenes canarios eran por lo general altos, bueno, al menos más altos que las poblaciones que los conquistaron. Al parecer, debido a la malnutrición de la población europea en la Edad Media, la gente no solía superar el metro sesenta, mientras que los canarios del siglo XV contaban con un promedio de altura de entre un metro setenta y un metro ochenta.

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