El turista singular

Lara Hernández: «No es para todos pero te hace crecer»

Desde que terminó sus estudios universitarios, no ha parado de viajar sola

Lara Hernández.

Lara Hernández.

Patricia Ginovés

Patricia Ginovés

Lara Hernández Lapuente —en la fotografía atravesando un río en la selva de Camboya— tiene 35 años, es de Santa Cruz de Tenerife, y su primer viaje en solitario surgió tras conocer un centro de rescate de animales en Bolivia que buscaba voluntarios. Aquello fue cuando estaba terminando de estudiar la carrera y decidió coger su mochila y presentarse allí para ayudar. «Tras eso ya no pude parar de viajar sola», admite. A pesar de esa determinación, reconoce que durante los primeros viajes «la incertidumbre era lo que más me preocupaba» ya que siempre estaba la duda de cómo sería el lugar que iba a visitar, «si va a ser seguro o dónde iba a dormir». Sin embargo, con los años, «esos temores se han convertido en la parte más emocionante de viajar».

Aunque normalmente planea sus viajes con poca antelación y suele improvisar mucho, ya sabe que en mayo viajará a Costa Rica, un país que ya ha visitado en cuatro ocasiones. Lara reconoce que ha tenido «muchísimo apoyo» por parte de su familia y amigas. «Obviamente siempre hay un factor que les preocupa y una parte que quiere protegerme de lo desconocido, pero siempre se lo guardan y me empujan a viajar porque saben que es lo que llena mi corazón», agradece emocionada. Entre esos temores a tener en cuenta, Hernández Lapuente no cree que haya influido el hecho de ser mujer: «Eso no ha hecho que sea más complicado decidirme a viajar». Y afirma que «el temor a la seguridad es algo que pueden tener todas las personas, independientemente de su género, porque todos tratamos de tener sentido común», y añade: «He conocido hombres que han tenido muchos más problemas que yo viajando por el simple hecho de que mucha gente no se fía de ellos».

A pesar de que recomienda «al 100%» viajar sola, reconoce que la parte más dura de esta experiencia es la soledad. «Es precioso viajar sola y una experiencia que amo, pero también puede ser muy introspectivo y eso a veces puede ser difícil de gestionar», reflexiona la joven quien añade que también depende mucho del destino del viaje ya que «las zonas rurales suelen ser más solitarias mientras que en las ciudades y zonas turísticas se conoce mucha gente». De este modo, reconoce que este tipo de viaje «no son para todo el mundo» pero matiza que «es una experiencia que te hace crecer muchísimo a todos los niveles» puesto que permite al viajero desarrollar su intuición, aprender de uno mismo, desarrolla una mentalidad más flexible, obliga a tomar decisiones y permite conocer mucha gente nueva. «Cada día es una oportunidad de crecimiento y te enseña a valorar las cosas que hay en tu vida y a darte cuenta de que los problemas que tenemos en nuestro día a día son cosas sin importancia», concluye la viajera.

Tras varios años de aventuras en solitario, Lara Hernández invita a aquellos que quieran seguir su ejemplo a seguir su propio instinto porque «eso es lo que me ha librado de muchas situaciones incómodas». Invita a no tener vergüenza de rechazar ofertas o invitaciones que no terminan de convencer porque «todos tenemos un sexto sentido que nos dice si debemos o no hacer algo y escucharlo es muy importante». «También es buena idea hablar con mujeres locales, porque son las que mejor nos pueden ayudar y aconsejar sobre qué lugares son seguros», recomienda.  

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