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‘Road movie’ con cabras

Un ‘western’ majorero con mamaderas

El cineasta David Pantaleón estrena ‘Rendir los machos’, una historia de dos hermanos, protagonizada por dos de los suyos, que cruzan Fuerteventura con siete cabras para acceder a la herencia de su padre

Momentos del rodaje.

‘Road movie’ con cabras

‘Rendir los machos’, el primer largometraje del canario David Pantaleón, llega a los cines con una propuesta que transita entre realidad y ficción «No habrá industria canaria del cine mientras se trate de especular sacando rédito a la financiación», asegura

Si se parte de la definición literal que del término cine hace la Real Academia de la Lengua Española —es el arte de narrar historias mediante la proyección de imágenes— Rendir los machos, el primer largometraje del cineasta grancanario David Pantaleón (Valleseco, 1978) es puro cine. Sin demasiados diálogos ni excesivas filigranas de cámara y rodada en color e íntegramente en los áridos paisajes de Fuerteventura, la película resulta un ejercicio narrativo muy personal que se mueve entre el costumbrismo y el surrealismo a través de la mala relación de dos hermanos que, con siete machos cabríos, deben emprender un viaje a pie del norte al sur del territorio majorero, al más puro estilo lejano oeste, para cumplir el último deseo de su padre, recién fallecido, y poder así acceder a la herencia. Rendir los machos, que acumula premios en diversos festivales, llega el jueves a los cines de las principales ciudades de España con la salvedad de Gran Canaria.

Momentos del rodaje. S. ÁLVAREZ

Pese a que nada es (aparentemente) nuevo en Rendir los machos, la propuesta de Pantaleón destaca porque el largometraje se añade a la lista de películas sui géneris donde la historia más local toma dimensiones globales. Títulos como Alcarrás —ganadora del Oso de oro de Berlín en 2022—, Lo que arde o Destello bravío son un claro ejemplo de que otro cine, más allá de los blockbuster con superhéroes, persecuciones de coches o dinosaurios, no sólo es posible sino que, además, interesa a un sector del público.

El equipo se protege del sol durante la filmación. SEBASTIÁN ÁLVAREZ

En el caso de Rendir los machos, el medio rural y la relación de dos hermanos —puntos que también tiene en común la cinta de Pantaleón con la maravillosa Una historia verdadera, de David Lynch, estrenada en 2010— es el eje del que parte este filme en el cual el director se ha tomado la licencia de convertir una falsa tradición en el hilo conductor de un relato que, sin embargo, rezuma realidad.

Aurelio Carnero, el notario. S. Álvarez

«Eso es una inventada que nos metimos», confiesa acerca de la supuesta costumbre sobre la cual se vertebra esta historia que firma con Amos Milbor. «Eso nos hizo construir la tradición que obliga a que, en un momento crítico de la familia, que es la muerte de un padre y el reparto de una herencia, los hermanos tienen que hacer un viaje de 100 kilómetros juntos», revela el cineasta canario que en la película ha contado para el papel de los protagonistas con dos de sus siete hermanos, Julio César y Alejandro, el primero empresario y el segundo veterinario. Y ambos, ajenos a la interpretación.

Lili Quintana con el director y sus hermanos. S. Álvarez

«Somos siete hermanos y David es el más pequeño», cuenta Alejandro sobre su implicación en este proyecto que se comenzó a gestar en 2015. «¿Pues qué vas a hacer si viene tu hermano el chico y te pide eso? Lo dejas todo y te pasas 40 días en Fuerteventura y buscando machos cabríos para la película», señala sobre el proceso de selección de los siete animales que comparten el viaje con los protagonistas. «Los tuvimos que llevar de Gran Canaria, Tenerife y Lanzarote porque necesitábamos jairos, necesitábamos que fueran animales criados a la mamadera», añade.

Los cars juegan un papel surrealista en la película. SEBASTIÁN ÁLVAREZ

«Lo mejor fue el contacto con los animales», cuenta por su parte Julio César, la tercera pata familiar en Rendir los machos. «Fue muy bonito trabajar con los actores profesionales, en especial con Lili Quintana [su hermana Alicia en la ficción]. Tuvieron mucha paciencia con nosotros. Pero para mí eso de pasear con los siete machos cabríos por Fuerteventura, que les abrías los brazos y venían los tíos para ti, fue una experiencia muy bonita y especial para unas personas como nosotros que estamos acostumbrados desde chicos a convivir con animales», cuenta Julio César que confiesa, asimismo, que lo más difícil y tedioso «eran las repeticiones» sobre todo, dice, «porque se equivocaban los otros y todos teníamos que repetir». Metido ya un poco más en confianza a lo largo de la entrevista sí reconoce Julio César que «sentía miedillo» cuando empezaba el rodaje. «Pero con mis hermanos al lado todo fue más fácil».

El domador, las cabras y Julio César. sebastián álvarez

Las conversaciones para este reportaje con Pantaleón y sus hermanos resultan una delicia que bien daría para otro largometraje costumbrista. Destaca, por encima de todo, el cariño que se tienen, nada que ver con los personajes que interpretan —«chacho, si yo tengo dos chiquillos y la consulta con los animales... Lo dejé todo aparcado por éste», reconoce Alejandro—. «Nos llevamos todos muy bien», admite luego Julio César, quien no para de alabar el trabajo de su hermano pequeño: «El tío ha hecho un curro enorme». Ríe cuando escucha que se describe el trabajo de David Pantaleón en este filme como el de «un director de orquesta con cabras». «Tal cual», dice orgulloso.

Los hermanos Julio César (derecha) y Alejandro, en un descanso del rodaje de ‘Rendir los machos’. Sebastián Álvarez

Rendir los machos, que ha sido premiada en los festivales de cine de Sevilla, Las Palmas de Gran Canaria y L’Alternativa, en Barcelona, se estrena el jueves en una docena de salas de toda España (Madrid, Barcelona, Valencia, Valladolid, Sevilla, Tenerife, Fuerteventura...). «Aún no encontramos sala en Gran Canaria», lamenta Pantaleón sobre un asunto, este de apoyar la producción audiovisual canaria, que parece más complicado que rodar una peli con siete cabras. Y dos hermanos.

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