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aniversario DE UN DISCO MÍTICO

El misterioso sexto superviviente de‘Sgt. pepper’s’

La portada del octavo elepé de los Beatles, publicado hace 55 años, reunió a una sesentena de personajes por los que el grupo y su entorno sentían devoción P Pero en ella hay cosas que el ojo no ve

El misterioso sexto superviviente de‘Sgt. pepper’s’ ED

El 1 de junio de 1967, hace 55 años, fue la fecha oficial escogida por los Beatles para publicar en el Reino Unido su octavo elepé, Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Hand (aunque en algunas partes del país el lanzamiento se adelantó al 26 de mayo). Desde el momento en que salió de fábrica, el disco se convirtió en una pieza totémica de la cultura popular del siglo XX, un estatus al que contribuyó en buena medida su icónica portada, en la que los cuatro miembros del grupo aparecen ataviados con vistosos uniformes militares y flanqueados por una variada y colorida galería de personajes y objetos. De las 61 personas reales presentes en la imagen, solo cinco continúan con vida hoy en día. ¿Cinco? En realidad, hay un sexto superviviente que permanece oculto. Y el suyo no es nombre cualquiera.

Esta es la historia

Aún hoy, 55 años después de la publicación de Sgt. Pepper’s, mucha gente se asombra al descubrir que la famosísima imagen que ocupa la portada no es un colaje sino una fotografía. La hizo el fotógrafo Michael Cooper el 30 de marzo de 1967 en los estudios Chelsea Manor, en Londres. Y todos esos rostros de personajes más o menos célebres ante los que los cuatro beatles posan ataviados como miembros de una banda militar estaban en verdad ahí, superpuestos sobre unas figuras de cartón de tamaño real. Una locura. «En mi cabeza, estaba haciendo una obra de arte, no la portada de un disco», declaró años después el pintor Peter Blake, coautor del diseño gráfico del álbum.

La portada de Sgt. Pepper’s se gestó a partir de una idea de Paul McCartney. Una vez decidido que el concepto general del disco iba a girar en torno a la ficticia Banda de Corazones Solitarios del Sargento Pimienta, Macca dibujó una serie de bocetos en los que los Beatles, en pose eduardiana, aparecían con coloridos uniformes militares y sosteniendo instrumentos de viento ante una pared en la que colgaban fotos de diversas autoridades e ídolos y amigos del grupo.

El proyecto dio un salto cuántico cuando el galerista y marchante Robert Fraser sugirió a los músicos que contrataran a Peter Blake, que ya descollaba entonces como uno de los más sólidos valores del pop-art británico, y a su esposa estadounidense, Jann Haworth. Fueron ellos quienes propusieron que el cortejo de figuras que debían guardar las espaldas de los Beatles podía no ser un simple colaje en dos dimensiones sino una verdadera escenificación. La propuesta fue acogida con entusiasmo y todos los implicados empezaron a hacer listas de los personajes que querían incluir. Bien, todos menos Ringo Starr, que se limitó a apuntar: «Lo que digan los otros me parece bien».

Existen versiones discrepantes sobre quién escogió a cada uno de los invitados, de manera que es casi imposible hacer un cómputo exhaustivo. Sí sabemos que John Lennon pidió la inclusión de su amigo de juventud Stuart Sutcliffe, que pasó fugazmente por los Beatles y murió trágicamente joven en 1962; de los escritores Lewis Carroll, Edgar Allan Poe y Oscar Wilde, y del futbolista del Liverpool Albert Stubbins. John también quería a Jesucristo, cuya presencia fue desestimada para no provocar un incendio, y a Adolf Hitler, del que se llegó a hacer una figura que fue sabiamente excluida del cuadro a última hora.

Entre los elegidos por McCartney estaban el compositor vanguardista Karl-Heinz Stockhausen, el bailarín y cantante Fred Astaire y los escritores William Burroughs y Aldous Huxley. En la lista de George Harrison figuraban Bob Dylan, el cómico Lenny Bruce, el psiquiatra Carl Gustav Jung y el líder independentista indio Mahatma Gandhi (no lo busquen; el director de la compañía EMI, Joseph Lockwood, decidió eliminarlo cuando la portada ya estaba acabada), así como un puñado de gurús hindús. Robert Fraser propuso los nombres del escritor Terry Southern y los artistas contemporáneos Wally Berman y Richard Lindner (probablemente también el de Larry Bell), mientras que Peter Blake y Jann Haworth optaron por figuras del mundo del espectáculo como Johnny Weissmuller, Tony Curtis, WC Fields, el comediante Max Miller y el cantante Dion DiMucci.

28 de las 61 personas que aparecen en la cubierta de Sgt. Pepper’s (incluyendo a los propios Beatles) vivían en el momento de la publicación del disco, de manera que, para evitarse problemas, la EMI pidió que todas ellas autorizaran expresamente el uso de su imagen. Shirley Temple exigió a cambio recibir una portada autografiada por el grupo para sus hijos y Mae West se resistió a aparecer alegando que ella nunca podría pertenecer a un club de corazones solitarios (finalmente, brindó su consentimiento). El único que planteó verdaderos problemas fue el actor neoyorquino Leo Gorcey, que se negó a dar su permiso si no le pagaban 400 dólares y acabó siendo borrado de la imagen con un aerógrafo (Gorcey murió dos años después, justo el día en que se cumplía el segundo aniversario de la aparición de Sgt. Pepper’s en EEUU).

Desde entonces, han fallecido 23 de los personajes representados y solo cinco pueden seguir contemplándose a sí mismos en la popular portada: son los beatles Paul McCartney (1942) y Ringo Starr (1940), los también músicos Bob Dylan (1941) y Dion DiMucci (1939) y el escultor Larry Bell (1939). Pero hay alguien más.

A causa de la disposición de las figuras en el momento de hacer la foto, algunos personajes quedaron parcial o casi totalmente ocultos en la imagen final. Es el caso de los escritores James Joyce y Stephen Crane, de la actriz Bette Davis y del físico Albert Einstein. De todos ellos subsiste al menos algún resquicio visible en la portada. Hubo tres personas que tuvieron aún peor fortuna, y las tres se dedicaban a la interpretación: Timothy Carey, Marcello Mastroianni y Sophia Loren. Sabemos, gracias a algunas fotografías que se tomaron en la sesión (el making of, por así decir), que los tres estaban allí, en figura de cartón, pero ninguno de los tres aparece en Sgt. Pepper’s. Ni rastro.

La imagen de Timothy Carey, tomada de la película de Stanley Kubrick Atraco perfecto, quedó completamente tapada por George Harrison. Y Sophia Loren y Marcello Mastroianni, sacados de un fotograma ampliado de Matrimonio a la italiana, fueron finalmente condenados a la invisibilidad cuando Blake y Haworth colocaron delante de ellos las figuras de cera de los cuatro beatles en su época mop-top que habían sido cedidas por el museo londinense de Madame Tussaud’s.

No los vemos, pero están. Y por esa razón, Sophia Loren es, a sus 87 años, la sexta superviviente de la portada de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band.

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