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SUEÑO DE CUERDA Y VIENTO

Jorge Pardo: «Éramos unos peludos demasiado modernos»

El músico Jorge Pardo habla de la grabación de ‘La leyenda del tiempo’, el incomprendido disco de Camarón de la Isla que revolucionó el flamenco - «Fue algo desconcertante», asegura

Jorge Pardo, a la izquierda, habla con Alexis Alonso durante un ensayo. | ELD

Jorge Pardo es uno de los grandes músicos del panorama español, considerado integrante de «la corte del jazz mundial» tras recibir, entre otros, el Premio al Mejor Músico de Jazz de Europa en 2013 —es el primer artista de nuestro país que lo logra—. Comenzó a los 14 años en el mundo de la música, primero tocando una guitarra compartida con su hermano, hasta que descubrió una flauta en el escaparate de una tienda. Curioso por naturaleza, lo primero que se le vino a la cabeza cuando, a principios de la década de los 60 del pasado siglo, vio aquel instrumento fue: «¿cómo sonará?». Sólo unos años más tarde, armado ya con una travesera, a Pardo lo deseaban todos los músicos de todas las bandas. Uno de ellos, un gitano rubio llamado Camarón de la Isla con quien colaboraría en la grabación de La leyenda del tiempo, el disco que revolucionó la historia del flamenco pero resultó un fracaso cuando salió a la luz en 1979.

«Me sigue resultando curioso cómo se habla de aquello en la actualidad después de lo que se escribió en el pasado. Era un experimento que en su momento no se entendió; nos decían que no valía un duro», rememora el músico madrileño sobre aquella experiencia que, con sólo 22 años, le unió, entre otros, a los guitarristas Tomatito y Raimundo Amador; el teclista Manolo Marinelli; el pianista Rafael Marinelli, o el palmero Manolo Soler.

«Fue un gran fracaso», reconoce Pardo sobre aquella controvertida obra que «disgustó tanto a los puristas como al gran público». De hecho, muchos fans devolvían el disco porque, decían, «esto no es de Camarón».

José Monge, verdadero nombre del ya por entonces mítico cantaor, tras grabar nueve álbumes bajo la severa disciplina del padre de Paco de Lucía, Antonio Sánchez Pecino, con quien acabó enemistado por los derechos de autor de todas sus grabaciones [que facturaba Sánchez Pecino], necesitaba cambiar de productor, discográfica y, sobre todo, de estilo. Interesado en las propuestas musicales que habían emprendido Las Grecas, Smash, Lole y Manuel, Veneno o Pata Negra, Camarón se planta una mañana en la casa del músico y compositor Ricardo Pachón, amigo suyo desde que tenía 13 años, para proponerle que produjera su nuevo trabajo. Ese mismo día Pachón, acompañado únicamente de su voz y su guitarra, le muestra al intérprete gaditano varios temas inéditos que había compuesto con letras de Federico García Lorca, entre los que incluyó La nana del caballo grande y La leyenda del tiempo. Unas semanas más tarde ya estaba formada la banda que acompañaría en esa histórica aventura a Camarón de la Isla.

«Yo era un adolescente cuando conocí a Camarón y además de su calidad y potencial creativo, debido también a mi espíritu de aprender, aquella experiencia, como las que viví después con Paco de Lucía, me marcaron de por vida en lo profesional y en mi desarrollo individual», añade Pardo.

Dos meses duró la creación y grabación de La leyenda del tiempo, en el que Pardo aporta su maestría como flautista. Pero cuando el 16 de junio de 1979 el disco sale al mercado, las ventas no superaron en los primeros meses 7.000 copias, muy por debajo de las 30.000 que solía vender por aquel entonces Camarón.

«Para mí, siendo tan joven entonces, fue algo desconcertante», rememora el también saxofonista, que cuenta cómo las críticas negativas abortaron «la idea que teníamos todos los músicos involucrados en La leyenda del tiempo de formar una buena banda para poder continuar trabajando juntos, algo que nunca llegó a suceder». De hecho, de aquel álbum sólo se realizan dos conciertos: uno en Madrid y otro en Barcelona. Punto.

No se atreve Jorge Pardo a valorar si aquellos comentarios negativos fueron, con el paso de los años, buenos o malos para la consagración posterior de La leyenda del tiempo. «Al final nos dieron la razón a nosotros y desde entonces, en lo que se refiere a la creación artística, estoy acostumbrado a luchar por todo lo que va a contracorriente. No sólo me ha sucedido con aquel disco», reconoce. «También lo sufrí cuando formaba parte de la banda de Paco de Lucía donde comprobé que la sociedad, generalmente, no encaja ni entiende las novedades que proponemos los artistas. Por eso no sabría decir si aquellas críticas iniciales fueron malas o buenas».

«Éramos una banda de peludos muy modernos; quizá demasiado modernos para la época», concluye entre risas este virtuoso que el jueves actúa en Gran Canaria junto a Alexis Alonso.

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