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Mirada inédita al autor de ‘La vida sigue igual’

Hans Laguna: «Julio Iglesias se ha quedado en un meme en España, pero en su día lo petó»

El músico, bajista de Nacho Vegas, sociólogo y autor del libro 'Hey! Julio Iglesias y la conquista de América' desmonta algunos mitos en torno al cantante al tiempo que lo reivindica

Hans Laguna Javier Molina

El músico y sociólogo Hans Laguna ha hecho un alto en el camino de su gira internacional con Nacho Vegas —es su bajista desde hace más de seis años— para hablar de su libro. Hey! Julio Iglesias y la conquista de América es un documentado trabajo de tres años en el que Laguna, inspirado por la figura entre cómica y universal del artista español, estudia el proceso que le permitió meterse en el bolsillo al público estadounidense en los años 80 del pasado siglo y convertirse, de esa forma, en el gran cantante y personaje de la época. Analiza cómo pasó que quien fue considerado un cantante que hacía música para las «chachas» de Norteamérica, acabó firmando contratos comerciales más lucrativos que la estrella del pop Michael Jackson y disputándose las ventas con Bruce Springsteen o Prince. El de Laguna es un libro que desmonta algunos mitos en torno a Julio Iglesias y, en otros aspectos, lo reivindica. Un documento sacado a golpe de dedicación entre proyectos artísticos y clases en la universidad, a las que también se dedica el músico, donde al autor le sale la vena de sociólogo, pero también la de músico, y en el que desmonta la estrategia de comunicación de Iglesias en aquel gran momento de su vida artística, a la vez que la pone en valor.

¿Cómo surge ese interés por Julio Iglesias?

Hace unos años el programa Cachitos de hierro y cromo le propuso a Nacho Vegas hacer para una emisión de Nochevieja una versión de Manuela, canción de Manuel Alejandro que popularizó Julio Iglesias. Nacho me llamó para que tocase con él y, a partir de entonces, me empecé a interesar por su figura. Un día di con un vídeo en el que Willie Nelson cantaba con Julio en una actuación en Estados Unidos y eso me abrió la cabeza. ¿Cómo es que nadie me lo había contado? Fue empezar a escucharle en serio y ver que el personaje tenía interés sociológico, cultural... y que no había libros que lo analizaran así de forma seria. Me pareció que podía aportar mi visión como músico y, además, mi bagaje como sociólogo.

Porque Julio Iglesias es, de todo, menos un personaje plano.

Total. Aunque la visión de los medios es muy plana o está muy trillada, lo cierto es que tiene muchas capas que me he dedicado a desentrañar

¿Y lo que más le ha acabado interesando?

Pues eso, precisamente, la diferencia entre la visión mediática, de personaje del corazón muy trillada, y lo que él consiguió. Que fue lo que de verdad me sorprendió descubrir: que triunfó en Estados Unidos como nadie lo había hecho, que fue una figura a primeros de los 80 de talla mundial y que tiene unos méritos artísticos de los que yo, músico crecido en España en los años 80-90, no tenía ni idea. Es alguien que la petó al máximo nivel y ahora que está casi convertido en un meme, que es una caricatura de sí mismo, descubrir eso me impactó.

Usted lo ha dicho... Ahora Julio Iglesias para muchos es más un meme que un gran artista.

Es una pena que el meme se haya comido al artista, pero él ha hecho mucho por que sea así. Ha jugado con la prensa del corazón para tener visibilidad y eso ha sido un arma de doble filo. Aunque solo le ocurre en España. En otros sitos se le reconoce artísticamente, por ejemplo en Estados Unidos le dieron un Grammy hace nada por toda su carrera. Pero aquí el personaje del corazón le ha lastrado, siendo él el primero que lo ha alimentado. Y para las nuevas generaciones es incluso solo un meme. Pero en realidad es un icono cultural: por mujeriego, por su estética, por su presencia en la prensa del corazón.

"La conquista a Estados Unidos que llevó a cabo Julio Iglesias representa el ejemplo máximo de su ambición y de toda su escalada en la industria musical"

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¿Cómo fue esa conquista americana de la que habla en su libro?

La conquista a Estados Unidos que llevó a cabo Julio Iglesias representa el ejemplo máximo de su ambición y de toda su escalada en la industria musical. Y, realmente, fue el éxito total porque supuso conquistar EEUU y el mundo entero. Luego de encumbrarse en América es cuando hace una gira mundial, logra el patrocinio de Coca-Cola... así que ahí es donde toca techo y donde se manifiestan más todos los factores que yo quería tratar de estrategia de comunicación, de éxito de marca personal… Luego, aunque sigue siendo alguien importante, no volverá a ese nivel. Es el punto álgido de su carrera y por eso me interesaba.

¿Fue un pionero del marketing artístico en EEUU?

Bueno, esa faceta ya la tenía desde el principio. Él se dio a conocer en España con una película de su vida cuando ni tenía un disco en el mercado. Tenía muy claro que era bueno crear un relato mítico sobre su persona y por eso mezclaba su vida privada, la real, con la artística; todo eso, su boda con la Preysler, cómo se relacionaba con determinadas esferas, es un ejemplo de cómo quería manejar su imagen pública. Pero luego, en América, firmó con la superdiscográfica del momento, CBS, se fue a vivir a Miami, y empezó con una agencia de relaciones públicas que era la más potente de Hollywood, y también con la agencia de contratación más potente. Tiene toda una maquinaria superprofesional y potentísima a su disposición que le ayuda a usar mecanismos de marketing que ya tenía desarrollados, aunque de forma no tan bestia, en España.

¿Ha encontrado la clave a esa ambición de Julio Iglesias, más típica de la sociedad americana que de España?

Desde pequeño tiene voluntad de destacar, de sobresalir, y aunque entra en la canción pensando que era una aventura pasajera, al final se sabe mover muy bien en la industria, ve que tiene buenos resultados en Europa y Latinoamérica y entonces se plantea conquistar EEUU, algo que nadie que no fuera británico había conseguido. Con el apoyo y los recursos de CBS empieza a tomarse en serio la posibilidad de ser el primer artista que conquista a nivel comercial los Estados Unidos.

"Entrés en este estudio por el personaje, pero acabé simpatizando mucho con él y descubriendo aspectos de la persona que te hacen mirarlo de otra manera"

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¿La investigación le ha acercado algo a la persona o al personaje?

Entré en este estudio por el personaje, que me fue fascinando, pero luego te haces preguntas sobre la persona. Parece alguien tan trillado, que al final me llegué a preguntar qué había tras su máscara. Y empecé a empatizar con la persona, algo sorprendente porque yo quería trabajar desde la neutralidad. Pero es cierto que acabé simpatizando mucho con él y descubriendo aspectos de la persona que te hacen mirarlo de otra manera. Tras la fachada de latin lover, de ricacho y todo... Julio Iglesias es un tío inseguro; con los años ya se va haciendo más entrañable y tiene menos chulería. También me impactan las consecuencias que a nivel personal ha tenido ese afán de ser superestrella: el coste en su vida personal, familiar, psicológica. He sentido afinidad en algunos momentos y yo era el primer sorprendido. Creo que ha tenido un gran sentimiento de soledad y ese nivel de fama que él logró le hace estar aislado del mundo y con una sensación de presión que solo las grandes estrellas pueden entender.

Descubre a un grandísimo artista, pero a las generaciones actuales Julio Iglesias les parece casi una caricatura. ¿No?

Sí, porque no ha sabido o no ha querido hacer muchos esfuerzos por actualizarse como por ejemplo han hecho otros de su generación. Por ejemplo Raphael. Julio Iglesias siempre ha sido muy conservador en todo y para el público joven, ese que aún va a los conciertos de Raphael, Julio Iglesias es una figura muy distante, y por eso digo que para ellos casi se ha quedado como un meme.

Con esta investigación, ¿qué ha visto en la parte musical?

Como digo, empecé a escucharlo por la colaboración con Nacho, para ver cómo podíamos abordar la versión que íbamos a tocar en la tele. Y sobre todo los temas de la primera época me sorprendieron. Mi imagen musical de Julio Iglesias era lo que escuchaba mi abuela: discos de los 80 que me parecen una horterada importante. Pero sus producciones de los 70 eran muy buenas, con arreglos orquestales brutales grabados en Londres y Miami, con grandes colaboraciones. Tiene muchos recursos y tiene discos y canciones que me parece que estaban muy bien. También me fijé en cómo cantaba entonces.

¿Y cómo cree que canta?

Hay que mirar más allá de la broma de la mano y ese cantar como sin fuelle. Y descubrí que realmente canta muy bien, que puede cantar en grandes estadios superafinado. Su manera de cantar es de esas que parece que no haga nada, pero hace muchas cosas. A diferencia de los que tienen un vozarrón, todo su personaje es más disimulado. Hace cosas que técnicamente son difíciles. Tiene virtudes que no son tan obvias, pero que están ahí.

¿Recuperará Julio Iglesias ese prestigio de gran artista que se ha diluido?

No lo sé. Creo que es una figura a la que nadie en España se ha tomado demasiado en serio, cuando en el extranjero sí que se le considera artísticamente, y a la vista está ese Grammy por toda su carrera. Igual ahora se le empieza a mirar con otros ojos; desde luego a nivel musical se tendrían que ver siempre sus méritos. Y que fue el primer latin lover mundial. Pero que conste que con este libro no era mi intención hacerle justicia, sino que me parecía un estudio interesante. Pero es verdad que ahora creo que a Julio Iglesias no se le ha reivindicado.

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