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Carla Campra y Ana Tomeno Actrices protagonistas de 'Feria'

«En ‘Feria’ los jóvenes viven cosas poco típicas de su edad»

Las actrices son las protagonistas de 'Feria', la nueva serie española de Netflix, un thriller que mezcla fantasía y terror en la España de los años 90

Carla Campra y Ana Tomeno. | SOPHIE KOEHLER/NETFLIX

Tanto Carla Campra (Barcelona, 1999) como Ana Tomeno (Sevilla, 1998) son muy jóvenes, pero ambas llevan con mucha soltura el peso de Feria: la luz más oscura, la nueva serie española de Netflix, un thriller que mezcla fantasía y terror en la España de los años 90. En la ficción creada por Agustín Martínez (La caza. Monteperdido) y Carlos Montero (Élite, Física o Química, El desorden que dejas) interpretan a dos hermanas, Sofía y Eva, cuyas vidas dan un vuelco cuando sus padres son acusados de la muerte de 23 personas en un caso que destapa oscuros secretos en el pueblo e inquietantes fenómenos paranormales.

Campra ha trabajado en Acacias, La otra mirada, Señoras del (H)AMPA, 90-60-60. Diario secreto de una adolescente, Yo soy Bea y Todos lo saben, donde interpretaba a la hija de Penélope Cruz y Ricardo Darín. Tomeno apareció en La isla mínima y coincidió con su compañera en La templanza.


Habría mucha competencia para conseguir sus papeles en Feria. ¿Fue muy intenso el proceso de casting?

Carla Campra (C. C.): El casting fue muy largo. Al principio no pude hacerlo porque buscaban chicas de Andalucía, por el tema del acento. Cuando lo abrieron a toda España, lo peleé muchísimo, sentía que tenía que ser mío. Y eso que en una prueba no salí nada contenta y me agobié mucho.

Ana Tomeno (A. T.): Yo hice ocho o nueve castings. Encima iban cambiándome el personaje entre Eva y Sofía, porque no tenían muy claro quién iba a hacer de quién y era todo muy loco. Nos pasamos muchas horas allí probando combinaciones con muchas chicas. Cuando llegó Carla, me hizo mucha ilusión, porque ya nos conocíamos. Nos volvimos a juntar en el último casting y, en mitad de la secuencia, nos cambiaron de personaje. Fue un bloqueo tremendo en algún momento.

Tanto cambio no resultaría fácil, porque las hermanas a las que interpretan son como la noche y el día. Está Sofía (Campra), la introvertida, y Eva (Tomeno), la chica popular que quiere agradar a todo el mundo.

A. T.: Son polos opuestos que se compensan muy bien. Pero yo creo que ellas son mucho más, tienen mucho por dentro, no son solo lo que parecen. Eva parece un poco estereotipo de la superficial, empieza de una forma y su camino la va llevando a algo muy diferente. Es dulce, buena, tierna... He intentado darle profundidad y que no sea solo lo que se ve de ella, porque en realidad no es así y, al final, se acaba viendo en la serie.

Carla, ¿usted tiene algo de Sofía?

C. C.: Sofía no quiere mucho, pero cuando quiere, lo hace de verdad, y eso me pasa a mí. No necesito a mucha gente, pero la que tengo es muy importante y la cuido mucho. Eso es lo que más nos une, porque luego no tengo nada de Sofía. Yo soy superexpresiva, me muevo mucho, y ella es todo lo contrario, muy hacia adentro.

A. T.: Yo creo que la forma que tienen ellas de defenderse ante el mundo sí que es diferente a la que tenemos de primeras Carla y yo, pero luego rascando son muy nosotras en muchos aspectos.

Sus personajes son chicas adolescentes, pero tienen poco que ver con los papeles de su edad que vemos en las series. Su conflicto está muy alejado de lo habitual.

A. T.: Eso era lo bueno de Feria, que son adolescentes que viven cosas muy heavies que no son lo típico de su edad que ves en una serie juvenil y llevan una trama con un peso importante. ¡Lo que siempre habíamos soñado y que parecía que no hubiera algo así para nosotras! Están muy enmarcadas en algo muy adulto y maduran mucho.

C. C.: Tienen toques de adolescentes, porque, al final, es lo que son, pero se trata de otra cosa. Además, es muy bonito porque los personajes empiezan con una capa, con una máscara, con una defensa frente al mundo, y terminan siendo ellas mismas de verdad.

En Feria hay muchas secuencias nocturnas, fantásticas y algunas escenas subidas de tono. ¿Qué fue lo más difícil del rodaje?

C. C.: Yo lo tengo claro. Hay una escena especialmente complicada, que de alguna manera me estuvo torturando un poco a lo largo del rodaje. La tenía muy en la cabeza y yo intentaba no prestarle atención, porque sabía que era algo que tenía que venir y debía hacer. Pero me asustaba, porque es algo muy delicado que tiene que ver con temas íntimos. Esa parte del rodaje la sufrí un poco, aunque dentro de todo me sentí bastante cuidada y protegida. Además, vino nuestra coach y nos cuidó mucho y Agustín [Martínez, uno de los creadores] también estuvo ahí.

A. T.: Luego, en montaje han cuidado mucho esa secuencia. Aparece porque se quiere contar una cosa con ella, no está ahí por morbo. La verdad es que hemos tenido muchas escenas heavies y a mí la carga emocional me pesaba. Yo tengo una secuencia que cuando la leí, dije: ‘¡Guau!’. Toca un tema delicado, la autolesión, aunque se trata desde un punto fantástico. Para mí fue complicada de rodar, me creó mucha ansiedad, pero ahora estoy contenta. Además, hemos pasado mucho frío en el rodaje, hemos llorado mucho... Luego ha habido momentos muy divertidos.

Carla, comentaba que buscaban a una actriz andaluza y acabaron eligiéndola a usted. ¿Tuvo que prepararse mucho el acento?

C. C.: Le di mucha importancia. En cuanto supe que iba a hacer de Sofía, dije que necesitaba empezar con el acento. Quería convertirme en una andaluza de verdad para poderlo llevar a escena y no pensar en eso. Hacer que Sofía y el andaluz fuesen de la mano. Tenía a la coach y estaba todo el día pidiéndole a Ana que me hablara con acento andaluz.

A. T.: Llegó un momento en el que hablábamos con ese acento sin ni siquiera darnos cuenta. Para mí era un tema muy importante que quedara bien, porque soy de Sevilla y choca mucho cuando se habla con un acento con el que la gente de ese lugar no se siente identificada. Han hecho un curro increíble, con todo el respeto y el amor a Andalucía.

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