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Arcoíris sobre el malpaís

«Siempre es buen momento para hablar de tolerancia»

Los protagonistas del corto, en el paisaje volcánico de Lanzarote.

«Ahora y siempre», dice el cineasta Roberto Pérez Torres cuando se le pregunta si es este un momento adecuado para hablar de tolerancia. «Y ojalá la ficción hubiera hablado de tolerancia y diversidad desde siempre. En mi cine y mis historias, y ahora también en mi debú teatral con Manual básico de lengua de signos para romper corazones, que se estrena en el Teatro María Guerrero el 19 de enero, es esencial».

Que un chico le diga «gracias a tu trabajo, me ha sido más fácil aceptar mi sexualidad o he puesto un corto tuyo para decirles a mis padres que soy gay» dice, «le da mucho sentido a lo que hago». «Hace poco me escribió una mujer y me dijo ‘haces que entienda mejor a mi hijo’. Y es muy emocionante. Es algo que me ocurre cada vez más a menudo y que me hace progresivamente más consciente del valor descomunal que tiene la ficción como herramienta de sensibilización, visibilidad y cambio en la sociedad, especialmente en lo que concierne a historias sobre diversidad, tolerancia, inclusión... Y a explorar esa diversidad me he dedicado en los últimos años como director y guionista», admite el cineasta de Lanzarote.

Como parte de esa diversidad que es la vida misma dice que en su cine puso inicialmente el foco en las discapacidades o capacidades diferentes, «responsabilidad que además siento de modo intrínseco, como cineasta en silla de ruedas que soy. La diversidad funcional la he abordado en varios cortos y también en mis largometrajes Seis puntos sobre Emma y Como la espuma. Pero desde que escribí y dirigí Cupido in love, un corto para El Corte Inglés con dos chicos gays, descubrí también el enorme público que demanda historias LGTBI+, historias que visibilicen realidades en las que muchos espectadores necesitan reflejarse e identificarse». Roberto ha continuado creando personajes LGTBI+ en otros cortos para la red (Sí a todo, Zombie Kiss, Admirador secreto, Hola, mamá, hola, papá, Taras, Brújula, El poliamor explicado para madres y abuelas), en el mediometraje para televisión Los amigos raros, en Como la espuma y en la serie Amor superdotado, producida y estrenada por Facebook Watch.

«Y aprendo del feedback constante que me llega», continúa. «En los últimos años, la comunidad que he ido creando en la red ha crecido [700.000 seguidores en Facebook, más de 330.000 en YouTube y 80.000 en Instagram, con cortos de más de veinte millones de visionados] y cuento con la suerte de tener espectadores, muchos jóvenes, de muchos lugares del mundo que me enriquecen con sus mensajes y comentarios. Es el mejor termómetro, porque me hacen saber de inmediato su opinión sobre mis cortos y mis largos, lo que más gusta de mis obras, lo que les preocupa, lo que también les disgusta o no entienden... Y no puedo estar más agradecido por recibir mensajes de chicos y chicas que me cuentan que mis películas les ayudan a contar a sus padres que son gays, lesbianas o bisexuales, o que lo que cuento les inspira de un modo u otro».

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