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memorias gastronómicas

«El sabor que aporta la tierra, el origen, es uno de los sabores que más valoro»

(L) | JUAN CARLOS CASTRO

Nos costo arrancar la entrevista. Tantas cosas de que hablar, tantas historias que contar... desde unos platos típicos de esta época, como el potaje de jaramagos, a cómo podríamos seguir ayudando y contribuyendo a mejorar nuestra sociedad.

La empresaria Mima Roca, propietaria de Leche Sandra.

Nos sentamos con una mujer enamorada de Canarias, aunque su DNI dice que no es de aquí, pero bien se sabe que «se es de donde se pace, no de donde se nace», y en ella se nota. Lleva más años aquí que en su tierra de procedencia: ya son 30 años de historia. Llegó a la isla de Gran Canaria con 24 años por temas de trabajo. Aquí se casó y aquí se trasladaron a vivir. Dice sonriente: «Soy más canaria que catalana». Eso nos hace entender cómo esta emprendedora, por casualidades de la vida, compra en 2016 una marca con tanto sentimiento y arraigo en Canarias como es Leche Sandra, la leche que siempre había en casa —al menos yo no recuerdo otra—. La leche que llegaba en bolsa de plástico, esa vaca feliz, azul y, cómo no, ese sabor, a leche de verdad. Y, cosas de la vida, desde 2016 volvemos a disfrutarla en casa.

¿Como se presentaría? ¿Quién es?Soy Mima Roca, madre (durante la entrevista no deja de recalcarlo), empresaria agroalimentaria y una enamorada de las Islas Canarias.

¿Dónde nació? ¿Cuántos años lleva en Gran Canaria?

«El sabor que aporta la tierra, el origen, es uno de los sabores que más valoro»

Nací en Igualada, provincia de Barcelona, pero me crié en un pueblo de Lérida, Agramunt, y llevo en Canarias 30 años, con lo cual soy más de la isla de Gran Canaria que del pueblo que me vio nacer.

¿Tiene hermanos?

«El sabor que aporta la tierra, el origen, es uno de los sabores que más valoro»

Somos cinco hermanos, una familia normal para la época, y yo, la más pequeña.

¿A qué se dedicaban sus padres?

«El sabor que aporta la tierra, el origen, es uno de los sabores que más valoro»

Mi padre era industrial, aunque su pasión era el campo, impronta que tengo claro de quién la herede. Y mi madre, ama de casa.

¿Dónde fue al colegio? ¿Llevaba algo para comer en el recreo?

Fui al colegio en Agramunt e Igualada y siempre llevaba un bocadillo de pan con tomate con embutido casero. El pan era artesano y se llamaba llenguet. Cuando descubrí el pan de puño de Ingenio me recordó mucho a él, y me lo sigue recordando.

¿Cuáles son los sabores que recuerda de su infancia?

La alcachofa, los tomates recién cogidos (de ese sabor deben saber ustedes mucho), el sabor que le aporta la tierra, el origen, ese es uno de los sabores que más valoro.

¿Existe alguna receta que cuando la prueba la hace volver a esos recuerdos?

La escudella i carn d’Olla, que es la comida típica de invierno y de la Navidad en Cataluña. Seguramente algún día de estas Navidades lo habremos tomado en familia.

Es uno de los platos típicos de la cocina catalana y de algunas zonas de la comunidad valenciana, aunque allí recibe otro nombre. Es una variante de las clásicas recetas de cocido con carne y legumbres, como el puchero canario, el cocido madrileño, el puchero andaluz, el cocido maragato o el cocido montañés. Éste se caracteriza por incluir entre sus ingredientes las pilotes, una especie de albóndigas alargadas con forma de croquetas, elaboradas con carne, huevo, pan, ajo y perejil, que se cuecen en el caldo y se reparten entre los comensales.

¿Y su plato preferido?, ¿ese que le pediría a su madre al llegar a casa?

Estofado de carrilleras de cerdo con chocolate.

¿Alguna receta que no pueda olvidar de sus abuelas o de su madre?

Los huevos al nido, un nido hecho con patatas... [sonríe], papas paja, picada de jamón, ajo y huevo tapado con la clara a punto de nieve. Y el pastel de alcachofas con salsa de tomate, huevo revuelto y puré de papa.

Alimentos básicos, frescos y de gran calidad, ahí es donde esta la riqueza.

¿Le gusta cocinar?

Sí, siempre me ha gustado, pero no siempre tengo el tiempo suficiente para hacerlo.

¿Qué producto no puede faltar en su casa? ¿Cuál es su capricho gastronómico?

Imprescindible en casa, la cebolla. Y para mí, como capricho, una onza de chocolate negro.

¿Cuántos hijos tiene?

Tengo cuatro hijas, todas chicas. Las tuve en un plazo de cinco años. Dos de ellas son gemelas. Desde que nos casamos, teníamos claro que queríamos tener familia.

¿Alguna receta heredada que le haya transmitido a su vez a sus hijas?

Las lentejas con chorizo y la tortilla francesa con muchas capas para que quede esponjosa, como me enseño mi abuela.

¿Algún plato que le salga bien o que siempre le pidan sus hijas?

Te vas a reír, pero les encanta mi tortilla a la francesa y las pechugas con salsa de almendras.

¿Algún recuerdo relacionado con el campo, las tradiciones, la gastronomía?

Las excursiones de la familia al campo, cuando nos llevaban la merienda. Guardo muchos recuerdos. Mi vida siempre ha girado alrededor de la cocina, con mis hermanas y mi madre. Tengo muy buenos recuerdos haciendo galletas y lenguas de gato con mi familia.

Me encantaba ir al huerto con la payesa y recoger las hortalizas, limpiarlas y llevarle a las gallinas las hojas estropeadas.

Me encantaba ir al mercado de mi pueblo los miércoles. Allí comprábamos variedad de quesos, bacalao con sal, variedad de aceitunas, frutas y verduras muy frescas y de temporada.

¿Por qué ama el campo? ¿En qué momento se ligó al sector agroalimentario?

Me he criado en el campo y es donde me encuentro cómoda, pero ha sido en Canarias donde he desarrollado la actividad agroalimentaria y mi pasión por los productos naturales, simples y saludables.

¿Por qué se hizo ganadera? ¿En qué momento decidió inclinarse por este sector?

Por casualidad, por mi relación con el campo empecé a importar y vender forrajes de Lérida para la ganadería canaria y, poco a poco, me fue involucrando en el sector. Un ganadero amigo montó la granja con muchísimo esfuerzo e ilusión, y enfermó. No tenía descendencia que quisiera trabajarla. Era una pena que se cerrara y nos animamos a comprarla y seguir con su legado.

¿Qué pasó para recuperar la marca de leche Sandra?

Nosotros vendíamos la leche a la Central Lechera Sandra y vivíamos el cariño que los ganaderos y los canarios tenían a la marca y los valores que transmitía. Nos pasó lo mismo que con la granja: no podíamos permitir que se perdiera. Son muchos años de esfuerzo, y la pudimos comprar y reflotar. Es muy bonito y auténtico lo que transmite, lo auténtico, lo natural, la familia, el sector primario, las Islas Canarias.

¿Sabía lo que suponía para el sentir canario?

Por supuesto, no conozco ninguna marca tan querida fuera de Canarias.

¿Cómo es trabajar con la familia?

Ahora solo dos. Es bonito compartir el mismo sentimiento y entusiasmo, aunque a veces es complicado separar la familia del trabajo. Pero durante la pandemia llegamos a trabajar todas juntas, era el momento de estar y apoyar.

¿Cuántos animales tienen actualmente?

Mil cabezas: unas 500 de ordeño y el resto para engorde y recría. Buscamos obtener la mejor leche y, sin duda, para conseguirlo debemos —y lo hacemos— cuidar el bienestar de las vacas, su alimentación y conseguir tener la mejor genética. Es eso lo que queremos trasladar con el Parador de las vacas.

¿Qué es el Parador de las vacas?

Va relacionado con el bienestar animal. Les damos todos los mimos y cuidados que necesitan para estar felices.

Queremos trasladar nuestra filosofía y además enseñar a niños y no tan niños que la mejor leche se obtiene de vacas felices y con una producción sostenible.

¿Cómo se ve en cinco años?

Con una ganadería totalmente sostenible, elaborando muchos productos lácteos naturales y muy saludables y transmitiendo los valores del sector primario a las nuevas generaciones.

¿Algún sueño por cumplir?

Personalmente, tener una gran familia unida y que las nuevas generaciones tengan conciencia de la alimentación. Potenciar al sector primario canario y producir productos de mucha calidad.

Recién nombrada presidenta de la Academia de la Gastronomía de Las Palmas de Gran Canaria, ¿Cómo se enfrenta a este reto? ¿Qué quiere conseguir?

Me enfrento con mucha ilusión y entusiasmo, creo firmemente que es un gran momento para la gastronomía canaria y junto con los académicos nos gustaría ayudar a poner en valor nuestros productos y cocina.

Me encantaría que el turista recordara su viaje a Canarias no solo por el clima sino también por lo que ha comido.

Ahora toca dar pasos, pequeños y firmes para avanzar, nos toca dar forma a proyectos y construir un nuevo camino.

«Son dos productos que nunca fallan en mis desayunos. Además, me gustan más los limones y la papaya de aquí que de cualquier otro lugar. Lo noto mucho cuando visito a mi madre y me pone el agua con limón de las mañanas».

«Por mi origen y mi cultura, nunca me pueden faltar unos buenos tomates, y aquí saben y tienen mucha calidad. Nosotros los utilizamos para hacer pan con tomate y buen aceite, que es otro producto muy sano».

«Mi debilidad y mi capricho. Una buena onza de chocolate es un capricho saludable y que puede ayudar a la autoestima». El chocolate con al menos un 70% de cacao entre sus ingredientes es una fuente importante de magnesio.

«Los yogures, siempre elaborados con leche fresca. Si no es así no son yogures. Es la única manera de que estén llenos de beneficios». El yogur es un alimento muy nutritivo porque es una de las mejores fuentes de calcio.

Los cuatro imprescindibles

Papaya y limones

Tomates

Chocolate negro

Yogures

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