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Resumen 2021 | Sucesos

La mentira que el mar no tragó

La desaparición de Anna y Olivia en Tenerife cuando estaban con su padre acabó descubriendo el plan del progenitor para asesinar a las niñas y hundir sus cadáveres en el océano, provocándole así a la madre un dolor eterno

Varias personas participan en una concentración convocada tras hallarse el cadáver de Olivia. CÉZARO DE LUCA

Poco se sabía sobre violencia vicaria cuando el 27 de abril de 2021 se hacía público que dos menores de Tenerife, Olivia y Anna, de seis y un año de edad, respectivamente, desaparecían junto a su padre, Tomás Gimeno, horas después de que el progenitor debiese devolver a las menores a su madre, Beatriz Zimmerman, de quien estaba separado. La opinión pública y los investigadores sospecharon desde el principio que dicho suceso no era casual pero, por desgracia, la teoría que daba oxígeno cada día a la mamá de las menores acabó siendo falsa, sacando a la luz la cruel realidad del plan ideado por el joven Gimeno, que buscaba infligir a su exmujer el mayor sufrimiento posible asesinado primero a las niñas y lanzando sus cuerpos al mar en una zona profunda, poco antes de anunciar a la madre que se llevaba a las menores fuera de España y que nunca más volvería a verlas.

Como suele suceder en estas historias de cobardes, Tomás Gimeno, un niño bien de la burguesía de Tenerife, se quitó la vida, presumiblemente, arrojándose al mar en el mismo lugar donde tiró los cadáveres de sus dos niñas aunque ni su cuerpo ni el de Anna, la más pequeña, se lograron encontrar.

Sí se hallan lo restos de Olivia gracias a la labor del buque Ángeles Alvariño que, tras once días de rastreo de los fondos marinos con su sónar de barrido lateral, detectaron un bulto sospecho en el fondo, a unos 1.000 metros de profundidad frente a las costas de Santa Cruz de Tenerife. Cuando el robot submarino logró extraerlo, se comprobó que era una bolsa de deportes lastrada por el peso del ancla de la barca de Gimeno, en cuyo interior estaba el cadáver de una menor, una niña de unos seis años. Durante la misma operación, según fuentes del caso, se consiguió sacar a la superficie una segunda bolsa de deportes, que estaba vacía, pero los técnicos observaron junto a ella la presencia de otro bulto en el fondo, que no pudieron identificar y que finalmente no se pudo rescatar.

El 27 de abril, el padre de las niñas las recogió en la casa de la madre de estas, Beatriz Zimmerman, a las 17 horas para pasar la tarde con ellas. A las 19.30, se desplazó a la residencia de sus padres. Fue la última vez que se vio a las pequeñas.

Después, regresó a su casa con las menores, donde estuvo cerca de dos horas y, a las 21.30, las cámaras del puerto de Santa Cruz de Tenerife lo captaron ya solo, llevando dos petates militares y bultos desde su coche hasta su embarcación de recreo. A las 21.50 hizo su primer viaje a alta mar.

Poco antes, había conversado con su exmujer, ya que esta había ido a buscar a sus niñas sobre las nueve de la noche y no las había encontrado en casa. Gimeno le aseguró primero que estaba cenando con ellas, aunque luego le dijo que no las volvería a ver, ni tampoco a él. Tomás volvió a tierra a las 23.30 horas y compró tabaco y un cargador de móvil en una gasolinera; después pidió al vigilante del puerto cargar su teléfono y volvió a hablar con su mujer, a quien tranquilizó diciéndole que ya había acostado a las niñas y las devolvería al día siguiente.

Gimeno regresó al mar y ahí es cuando se le perdió la pista. Esa misma madrugada le envió mensajes de despedida a su familia y amigos, que avisaron a Beatriz a primera hora del 28 de abril. Ella lo denunció en la Guardia Civil y ese mismo día se encontró la barca a la deriva en una zona de gran profundidad, donde también apareció una sillita infantil propiedad de la familia. Solo un día antes de la desaparición, Tomás había movido miles de euros de sus cuentas antes de su presunta huida con sus hijas.

Entre sus amistades había filtrado que iba a «cambiar de continente», una estrategia que pretendía sumir a la madre en la búsqueda eterna de las menores cuando él ya las había asesinado y las había tratatado de ocultar en el fondo de un mar que finalmente escupió la cruel mentira de Gimeno.

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