«En dos o tres años, de lo más pegao de España; recordad este comentario»

Este mensaje es el primero que, en noviembre de 2019, cuelga un usuario de You Tube en los comentarios del vídeo Moneyman, del cantante y compositor grancanario de rhythm and blues Abhir Hathi quien, sólo dos años después, acumula 148.500 oyentes mensuales en Spotify, seis de sus vídeos suman casi 900.000 reproducciones en el famoso canal audiovisual y ha firmado un contrato editorial con Sony. «Creo que lo estoy haciendo muy bien», confiesa con seguridad durante una entrevista en Las Palmas de Gran Canaria este artista emergente.

Su ciudad natal es su paraíso, su inspiración y también el origen de todo lo bueno que ahora le está sucediendo. «Fue en un concierto de los raperos canarios Nirban, Core T.B. y Jacobino en la sala El Mojo, con 17 y 18 años, donde decidí que yo también quería subir a un escenario a cantar mis canciones», explica Abhir Hathi antes de mostrar el tatuaje en su antebrazo izquierdo de una memoria MP3.

«Desde los 12 escucho música pero creo que el origen de mi pasión está en ese dispositivo USB que me grabó un primo mío cuando yo tenía 15 años. Eran 40 canciones que a día de hoy son el tipo de música que sigo escuchando. Y que hago. En especial hay una de ellas que me marcó», dice en referencia a So sick, el tema del cantante estadounidense Ne-Yo. De hecho, en la pantalla del dibujo tatuado se puede leer el título de la canción. «Aquello fue el principio de todo», rememora. Vinieron entonces los años de las descargas piratas «porque aquella era la única manera» en la que aquel adolescente conseguía escuchar a los artistas de hip-hop o R&B que le interesaban «para aprender».

El destino, que es así de caprichoso, provoca que recién acabado de redactar el párrafo anterior, donde se habla de ese chiquillo que pirateaba música en Las Palmas de Gran Canaria, el periodista reciba un mensaje por whatsaap de Abhir Hathi respondiendo a una pregunta. Pero a continuación añade: «¡En diez minutos sale mi disco!».

Hoy [son las doce menos diez de la noche del jueves] aquel niño indo-canario, sin tradición musical en casa, publica su primer disco, Lazos y Nudos, un proyecto que lleva gestándose desde hace diez meses y que retrata el genio artístico de este intérprete cálido pero con mucho punch que en sus composiciones refleja una vasta cultura, no solo musical. «No sé si eres un lazo de amor o un nudo en el estómago», dice sobre un trabajo que derrocha frescura y suena a gran producción. «Eres el futuro y el presente. Ojalá el mundo sienta tu energía como yo la siento», le escribe al artista canario en Instagram uno de sus seguidores sólo un segundo después de haber colgado en la red social la portada del disco. Logra 1.906 likes en apenas unos minutos.

Pero volviendo al inicio de todo, Abhir Hathi se vuelve a meter en la piel del jovencito que en 2017 se sube por primera vez a un escenario, el de la discoteca Área de la capital grancanaria. «Supuso un punto de inflexión en mi vida porque me di cuenta de que aquello me gustaba. Me enamoré. Fue algo orgánico».

Aquella mágica noche la compartió con los integrantes del colectivo de Las Palmas de Gran Canaria Hacienda Atlántica «ya desaparecido», matiza. «Lo formábamos Carlos Baute, Pablo Jordán, Tony Arias, Martín Lacuei y yo», dice sobre sus inicios, cuando ya había empezado a subir a redes y plataformas sus primeras composiciones «pero sin muchas aspiraciones»-

Abhir cuenta entonces que antes de decidir volcar todos sus sentidos en la música «estudié Empresariales en Londres y llegué a ejercer mi profesión en Madrid, en una empresa para reclutar personal. Trabajaba de diez de la mañana a las siete de la tarde pero era infeliz. Decidí dejarlo», explica, «y todo el dinero que había ahorrado lo invertí en la publicación de cinco temas con sus respectivos vídeos, sus campañas de promo y en redes...»

Todo muy profesional, marca de la casa. Porque Abhir Hathi y su equipo son unos grandes conocedores de las tendencias musicales del momento pero, también, de los canales imprescindibles para lograr la máxima difusión del mensaje que lanzan. Además, está la imagen cuidadísima y sofisticada del propio cantante y compositor, alejada de los tópicos que acompañan a la mayoría de los excesivos intérpretes de los denominados como ritmos urbanos. Abhir es, por decirlo de algún modo, de poco y bueno.

«Todo influye y todo habla de cómo es cada artista. El cómo vistes o cómo te mueves en el escenario es muy importante pero también lo es la educación o quién te acompaña en las actuaciones o con quién colaboras», explica el artista grancanario. «Y sobre la calidad de la edición o el alto nivel de los vídeos al final se trata de dinero. Hubo una época en la que ganar dinero, sobre todo en la escena del rap de Canarias, estaba mal visto», confiesa sobre un sentimiento que se entendía antaño como una manera de devaluar el mensaje urbano, reivindicativo y hasta antisistema del propio estilo musical surgido de la libertad de las calles. Abhir lo respeta pero no lo comparte «porque, de entrada, hay que comer», dice antes de añadir que, además, «si quieres tener el mejor músico, el mejor sonido, el mejor filmmaker o la mejor promoción... Hay que pagarla», afirma rotundo distanciándose de las posturas de hace diez años.

«Este man vive con una hora de retraso respecto a la Península, pero con 10 años de adelanto musical»‍ o «lo cuidado que está el sonido, las tomas, el estilismo... Una pasada. Espero que comas de esto porque te lo mereces», son solo dos de los comentarios que le han escrito al grancanario en redes algunos seguidores por la calidad de su tema y la producción de Idiomas.

El presente de la escena de Canarias dice el autor que «es mágico, especialmente en Gran Canaria. Aunque vivo en Madrid estoy al corriente de todo lo que se hace aquí. En Canarias hay un catálogo muy rico pero en Las Palmas de Gran Canaria no se les toma tan en cuenta como en Santa Cruz de Tenerife». Dice que cierta culpa la tienen los medios de comunicación «que no les dan a esta gente, a estos artistas, la luz que necesitan para ser conocidos. Nos iría mejor porque de verdad lo que está sucediendo aquí es mágico».

No deja pasar Hathi la oportunidad de mencionar «al grupo de personas que me ayudaron a desarrollar las ideas de Lazos y Nudos y que son a día de hoy mi grupo de trabajo. Yo también estoy muy involucrado en sus carreras, pero sin ellos no existiría este proyecto». Habla de Choclock, Kiddo Manteca, Phynx, Ellegas, El Secreto, Govea La Firma, Cruz Cafuné, Dawaira y Blurred Mirror. «También quiero agradecer de un modo especial a mi hermano Cruz Cafuné que me ha dado siempre mucho apoyo y es un claro ejemplo de liderazgo y de apoyo entre artistas canarios. También es importante para mí Maker Fly, o Javier Viera, mi director creativo», diseñador de toda la identidad visual de Lazos y Nudos, el primer disco de un artista legal y transparente que promete.