En su encuentro con el cíclope Polifemo, Ulises utiliza una argucia lingüística para vencer al gigante: “Mi nombre es Nadie”, le dice el héroe clásico de La Odisea al gigante. Cuando Polifemo corre a avisar a sus congéneres de que “Nadie” le ha atacado, estos no le toman en serio. Esta cita con la que García Vilanova abre una de las secciones del libro resume su misión: poner nombre y apellido, humanizar a la masa amorfa de nadies que vemos desde Europa.

“Intento que la imagen llame la atención y quede grabada en la retina del espectador —explica—. Una foto plana será una más entre centenares de miles, pero si tiene una emoción seguramente la gente recordará esa historia, el mensaje, que es la misión del fotoperiodista”.

La técnica

La fotografía tiene muchas herramientas para vehicular la emoción sin romper el código ético periodístico, que se resume en no manipular la imagen ni el contexto. “Componer la imagen, focalizar en un punto concreto o moverla en una velocidad de obturación baja” son técnicas habituales que resultan en escenas con una profunda carga emocional además de informativa.

Aunque a Ricardo García Vilanova no le interesen las etiquetas, su trabajo ha sido calificado de ensayo visual porque pone en contexto “el porqué, el cómo y el cuándo” de la migración hacia Europa por una de las rutas más peligrosas.

El libro está dividido en tres secciones que muestran rescates y centros de detención, combates y escenas tomadas en nueve países de origen de los migrantes.

Actualmente, 700.000 personas malviven en Libia a la espera de cruzar algún día a Europa. The lybian Crossroads se edita en español e inglés y puede adquirirse a en Blume y Amazon.

La lucha por salir a flote

La lucha por salir a flote

“Siempre que puedo intento coger el nombre y el apellido de las personas. No es lo mismo ver una foto despersonalizada que saber que este niño se llama Samir y tiene 8 años. Escapó de Somalia y va rumbo a Lampedusa. Tiene un ojo hundido en el mar y otro por encima, lo que sugiere la fragilidad de estas personas, que están medio hundidas pero tratan de sobrevivir. Samir fue rescatado in extremis en 2017 por el Astral de Open Arms. A las pocas horas se desató un temporal que habría hundido sus frágiles embarcaciones”.

Rescate en la era covid

Rescate en la era covid

“Esta es la primera misión de rescate del Open Arms en la era covid. La imagen es un reflejo: en el centro está la realidad de las personas que huyen, incluso con la pandemia, de una sociedad que se hunde, y a la izquierda y a la derecha están el capitán y parte de la tripulación, que representan la sociedad occidental que ,en este contexto específico, les ha salvado la vida. Sin embargo, aparte de las oenegés que trabajan en el Mediterráneo, Occidente es bastante indiferente a la situación de estas personas”.

Detenidos por sobrevivir

Detenidos por sobrevivir

 “A veces deportan a los migrantes el mismo día o, si hay que hacer trámites con las embajadas, los encierran en centros de detención como este para hombres de Milita, en Zauiya. Estas personas llevaban varios días encerrados y en este momento les estaban repartiendo el desayuno. En estos centros no te puedes colar y es muy difícil conseguir entrar como periodista a través de los canales oficiales. Tienes que llevar mucho tiempo en el país y tienen que conocer tu trabajo, si no no te dan acceso. Por eso hay tan pocas imágenes”.

Deportación sin testigos

Deportación sin testigos

“En una operación nocturna en Trípoli se detuvo a un traficante de personas nigeriano (prueba de los largos tentáculos de las mafias de tráfico de personas que llegan hasta Europa) que tenía a un grupo de migrantes retenidos en casas. Quise saber qué pasaría con ellos. Al día siguiente los metieron a todos en un autobús-prisión y los devolvieron a sus países de origen. En la foto se ve el reflejo de la ventana del bus, con la gente en el centro, una reja a la derecha y un guarda a la izquierda. No había más periodistas”.

La mirada perdida de los niños

La mirada perdida de los niños

“Estas mujeres y sus hijos son sirios procedentes de Deir Ez-Zor, una zona donde ha habido combates durante años. La foto está hecha en 2020 en el campo de refugiados de Al Hawl. Las cuatro imágenes ilustran los principales motivos que llevan a estas familias a abandonar sus hogares: la guerra, la hambruna y las enfermedades. En el libro aparecen historias de migrantes que tratan de llegar a Europa por la ruta Libia procedentes de nueve países: Níger, Egipto, Chad, Sudán, Nigeria, Túnez, Bangladesh, Siria y Palestina”.

La guerra de cerca

La guerra de cerca

“Otro de los motivos principales que fuerzan a las personas a huir de sus hogares es la guerra. En esta imagen de 2016, los soldados se enfrentan al Estado Islámico en Sirte (Libia). Casi todos venían de combatir en Misrata, donde tengo muchos amigos, y fue así como conseguí que me dejaran pasar unos días con ellos. Para lograr una imagen que muestre la esencia necesitas mucho tiempo y que se olviden de que estás haciendo fotos. Como dijo Robert Capa: si tus fotos no son buenas es que no estabas suficientemente cerca”. 

La vida se abre paso en Sudán

La vida se abre paso en Sudán

“Esta imagen de la maternidad del hospital de Médicos Si n Frontras en Kario (Darfur) trata de explicar dos de los problemas principales en Sudán: las hambrunas y los problemas de salud pública, concretamente un índice muy alto de mortalidad al nacer. La vida sigue, sí, pero nuestro gran problema como sociedad (y yo el primero) es que no somos capaces de asimilar que vivimos en una burbuja con una serie de necesidades como agua, luz, comida o sanidad cubiertas, cosa que no se da en muchos otros países”.

Sin consuelo en Gaza

Sin consuelo en Gaza

“Había una lámpara junto al palestino Yahya Hasanat, muerto en 2018 en Gaza por los disparos israelís. La luz iluminaba el cuerpo y se desvanecía hacia el fondo. Las tres niñas son sus hijas, la mujer con el nicab es su mujer y al fondo está su madre. Una de las niñas toca con su manita al padre, otra mano intenta consolarla, la mano de la madre también se dirige a ella y al mismo tiempo otra persona posa una mano en su hombro. Es una escena tremenda. Yo era un elemento intrusivo, pero mi función era estar allí para contarlo”.