¿Cuánto tiempo tarda usted en hacer un cerebro?

"Unos cuatro o cinco días, depende de lo inspirada que esté o si me falta algún material que a veces me cuesta encontrar en las islas o que tarda mucho en llegar"

Entrevistar a la especialista en peluquería de época y maquillaje protésico para cine y televisión, entre otras virguerías, Erika García Luque tiene ese punto surrealista que propicia dedicarse a un oficio singular que permite preguntarle con suma naturalidad, por ejemplo, cuánto tarda en fabricar unos sesos mientras recibes fotos de la entrevistada por whatsaap cargando desde su coche con un maniquí malherido a tamaño real para una película; unos testículos amputados o un par de orejas sanguinolentas. Un disparate para muchos —"¡como para que te pare la Guardia Civil con todo eso en el maletero!", exclamaba un compañero de la redacción al ver las imágenes—; pero simplemente curro para esta chica de 36 años, nacida en Gran Canaria pero residente en Tenerife, que lleva 20 años en el complicado mundo del cine y la televisión y que lamenta, cuando se le habla del nivel de los rodajes internacionales y nacionales que se filman en las Islas, que no haya "una mayor presencia en cargos de responsabilidad de profesionales canarios porque hay mucho nivel y sin embargo los equipos suele venir ya montados de fuera del Archipiélago", asegura esta profesional.

Natural de Las Palmas de Gran Canaria, el currículum de García Luque habla por si solo de quién es esta muchacha. Asterix y Obelix los Juegos Olímpicos (Thomas Langmann y Frédéric Forestier, 2008); Exodus (Ridley Scott, 2014); The Promise (Terry George, 2016); Rambo V, Last Blood (Adrian Grumberg, 2019), la miniserie Genius: Picasso (Kenneth Biller, Noah Pink, James Hawes, Kevin Hooks, Minkie Spiro y Mathias Herndl, 2018); El último traje (Pablo Solarz, 2019); Operación concha (Antonio Cuadri, 2017); Felices 140 (Gracia Querejeta, 2015); Crossing the border (Peter Komisky, 2016); Blanco en blanco (Theo Court, 2019), Inés del alma mía (Alejandro Bazzano y Nicolás Acuña, 2019); Alguien tiene que morir (Manolo Caro, 2020) y, entre otras, Ellos transportan la muerte (Helena Girón y Samuel M., 2019).

"Mi primer trabajo lo realicé con tan solo 16 años", recuerda esta canaria que ha vivido por media España. "Participé en un cortometraje y ese fue mi comienzo en este sector. Un par de años más tarde continué trabajando para la televisión autonómica de Castilla la Mancha y posteriormente comencé a participar en series de ficción como 7 vidas, Aida y El barco, entre otras. Hasta hoy que llevo detrás una trayectoria de casi 20 años".

Erika García Luque inició oficialmente su formación en la Escuela de Oficios de Toledo. "Allí realicé mi primer acercamiento a la peluquería, concretamente peluquería de época y maquillaje. Más tarde esa formación la fui complementando con cursos más especializados de maquillaje protésico, posticería y maquillaje con aerografía", explica sobre una práctica de la cual "soy una auténtica fan. ¡Es mi herramienta favorita!", admite.

Confiesa que llega al cine "por casualidad" porque era "muy jovencita y mientras estudiaba y hacía prácticas en una peluquería de Toledo", dice, se entera que están realizando "un corto de época y vampiros" en la ciudad. "No recuerdo el nombre pero sé que tengo una foto por algún lugar en papel. Fue una experiencia que me enganchó", admite. "Me parece fascinante toda la preparación que llevan los proyectos de época, no solo realizar un peinado y un maquillaje bonito sino todo el trabajo previo que eso implica como por ejemplo documentarse sobre el momento histórico, conseguir el efecto visual de la estética, los volúmenes... En definitiva, que las texturas nos trasladen hasta ese lugar o momento" que busca el director o la propia historia a grabar.

"En algunos proyectos como uno ambientado en el siglo VI teníamos un historiador con el que trabajamos mano a mano", recuerda. "Era una época desconocida visualmente y trabajamos los personajes a través de pinturas y cuadros que el historiador nos mostraba".

Cuenta, asimismo, que se inspira, por lo general, en el dios Rick Baker (Hombre lobo americano en Londres, El Grinch, Men in Black...) entre otros muchos "y en compañeros que sigo por las redes aunque no sean de maquillaje o FX". Además, le "encanta" patear "e ir tirando fotos por cada rincón de las Islas en busca de texturas, colores, barros... Me inspira más que nada", reconoce.

"La verdad que también busco muchas referencias a través de internet" cuando comienza con un trabajo. "La mayoría de las veces no encuentro lo que busco exactamente así que uso la referencia número dos que es mi madre y trabaja en un hospital", asegura. "Suelo llamarla o escribirle para hacerle preguntas poco comunes por si ella sabe o puede preguntarle a algún compañero cosas como cuánta sangre tiene un testículo o si me puede mandar imágenes de heridas, cerebros o cosas específicas. Es muy efectiva y rápida, enseguida me contesta la cantidad exacta o me manda un vídeo de cómo muestran un cerebro, a partir de ahí y de alguna imagen que encuentro en internet en forma de dibujo, me sirve para fusionar lo que veo en ambos para que ópticamente cuando la gente lo mire sea reconocible aunque no exacto", describe la grancanaria.

Plastilina sin azufre, siliconas, escayola, pigmentos de silicona, disolvente de silicona, alginato... "Hay una gran cantidad de cosas y materiales para elaborar las prótesis", dice García. "La lista es larga".

"Pues espero que no", responde en otro momento de la entrevista cuando se le interroga sobre la amenaza de la tecnología digital en su profesión, tan artesanal. "De alguna manera la tecnología digital ya se está fusionada con el maquillaje FX", contesta. "Los platós virtuales y cromas fusionados con maquillaje hacen cosas chulísimas; está claro que lo digital no sustituirá la parte sensorial porque cuando haces un cerebro no solo es lo que ves sino las texturas que puedes crear. Coger el cerebro [página anterior] da bastante asquito, de verdad".

Sobre el proceso de creación Erika García confiesa que comienza "leyendo el guión para meterme en la historia e ir descubriendo a los personajes. Después vuelvo a empezar y desgloso todas las necesidades que vea de maquillaje y peluquería; desgloso el guión por cada personaje y a partir de ahí empiezo a documentarme, a reunirme con los y las directoras para que me transmitan cómo ven ellos a cada personaje. Es en este proceso", prosigue explicando, "en el que se logra una simbiosis entre lo que imagino y lo que ellos me transmiten en el que intento conseguir visualmente esa imagen. Una vez que está más o menos definido el look empiezan las pruebas de maquillaje, peluquería y protésico hasta conseguir los personajes que se buscan".

La maquilladora y peluquera residente en Icod de los Vinos no titubea cuando se le pregunta cuáles de sus trabajos figuran entre sus favoritos: "Sin dudarlo Blanco en blanco, un western ambientado a finales del siglo XIX, dirigido por Théo Court y producido por El Viaje Films", dice García Luque. "Este ha sido mi proyecto y mi reto más personal y bonito porque además en él el equipo de El Viaje Films me dio la oportunidad de realizar un trabajo de peluquería, posticería, maquillaje y protésico. Me ofrecieron una libertad creativa y una conexión comunicativa que me hizo disfrutar mucho del proceso de esas semanas de hacer prótesis, buscar texturas, de documentarme sobre el pueblo Selknam, uno de los pueblos originarios de Tierra del Fuego. Fue muy divertido en el taller de casa con amigos probando texturas, barros, colores€ Unos días muy intensos en los que me sentí muy cómoda y de los que tengo un hermoso recuerdo junto a un equipo técnico muy artista y muy creativo. A partir de ese momento hemos desarrollado una relación profesional que es casi como la de una familia", bromea.

"Diría también que junto a este proyecto personal también iría de la mano Ellos transportan la muerte, ambientada en el siglo XVI, dirigida por Samuel M. Delgado y. Helena Girón y producida igualmente por El Viaje Films y Filmika Galaika". Erika García —@erika_garcia.m.u.a en Instagram— tuvo "la jefatura de maquillaje, peluquería y protésicos" en el fil. "Fue igualmente un reto", agrega antes de comentar que tuvo que hacer un dummy —muñeco a escala real— a partir de una de las actrices en sólo días. "Literal", explica sobre semejante trabajo efectuado a contrarreloj.

Cuenta que "dependiendo de las producciones y el puesto de responsabilidad que ocupes, cuanto mayor es la producción más filtros de información hay y todo es más frío y por mi parte menos creativo", dice sobre las interferencias de los directores. "Cuando trabajo con producciones más pequeñas es cierto que todo es más cercano, hablar con los directores es más fácil y poder conversar te ayuda a entender qué estética buscan", argumenta. Sobre los actores y actrices y su predisposición a salir feos en pantalla dice que se ha "encontrado con actores y actrices maravillosos con los que es muy fácil trabajar porque les encanta que les caracterices, les pongas, les quites, que les ayudes a meterse en el personaje, y en algunas ocasiones he sufrido".

"Canarias tiene buen nivel, lo que necesita son mayores oportunidades para mejores puestos en producciones que nos llegan", dice sobre los rodajes en las islas y el nivel de sus compañeros de profesión. "Los técnicos canarios están más que preparados para ocupar puestos de responsabilidad y creatividad. Falta más confianza, oportunidades y mejores puestos para profesionales canarios porque la mayoría de producciones ya traen sus técnicos de fuera", concluye.