Isabel Naveira y Lisi Linder han irrumpido en el universo de Vis a vis para dar vida a dos de las atracadoras que fichan Zulema y Macarena para dar el gran golpe: La Flaca y Mónica Ramala. A la actriz gallega la hemos visto en el papel de policía en Néboa (TVE-1) y de narco-traficante en Fariña (A-3 TV). A Linder, pese a que es gaditana de madre austriaca, todos la creen rusa por el sensual personaje de Agneska en Mar de plástico (A-3 TV).

¿Impone entrar en una serie ya mítica como 'Vis a vis'?

Isabel Naveira: Es maravilloso, pe-ro impone mucho. Impone la Marea Amarilla: que los fans hayan conse-guido retomar una serie y tener que mostrarse ante ellos. Impone entrar en Vis a vis, porque ya es historia de la televisión en este país. Y pensar que puedes construir un personaje de esa altura impone muchísimo. Pero estás muy respaldada.

Lisi Linder: Creo que sobre todo el reto era estar a la altura de unas actrices que llevan mucho tiempo. Es como un zapato que te queda perfecto: tienen ese personaje adaptado a su cuerpo y saben cómo puedepensar en cada momento, porque lo conocen mejor que la guionista. Hay que hacer un personaje con muchas capas, matices... Ese era el reto actoral: darle mucho brillo y que no se notara el escalón. Espero que nues-tro trabajo esté a la altura.

No obstante, todas partían de una nueva situación, distinta a la cárcel, con lo que Maggie Civantos y Najwa Nimri también se enfrentaban a algo nuevo.

L.L. : Nosotras teníamos un hándi-cap. Pero a lo mejor las actrices de temporadas anteriores tenían el reto de estar a la altura. En realidad estábamos todos expectantes. Ya se había contado todo tipo de situaciones en la cárcel y ahora era interesante verlas en libertad. Y es una responsabilidad, porque es otro marco, es otro código.

I. N.: Sí, igual fue más difícil para ellas. Para mí fue impresionante ver trabajar a Maggie y Najwa. Se explicaban a sí mismas por qué estaban juntas fuera de la cárcel, las razones. Tenían una extrañeza mayor que la nuestra. Para nosotras era la que ha-bía. Pero ellas tenían que construir sus personajes en otro lugar y en otras condiciones. Me encantó verlas en ese trabajo de construcción y de colocarlas fuera de la cárcel.

¿Cómo conectaron con sus perso-najes en el proceso de construcción?

I. N. : Para mí fue fácil. Uno de los anclajes de La Flaca es su hijo, y yo tengo uno de una edad muy parecida. El vínculo de la maternidad te da una conexión muy fuerte. Puedes entender los motivos y conectarlo a un lado muy personal e íntimo. Hay un niño que te necesita. Después está el tema profesional. Por qué una persona que defiende la ley acaba cometiendo un atraco.

L. L: Yo lo cogí con muchas ganas, porque me ofrecieron un personaje muy diferente a lo que venía hacien-do. El director de casting me dijo que Mónica necesitaba una actriz valiente como yo. Cuando me enteré de que era yonqui y cantaba rancheras, vi que era un gran reto. Además, no es un personaje sexual y me encanta, porque venía del de Mar de plástico, que ha marcado historia en este país por su contenido tan erótico. Y siempre he hecho de mujer de, la de alguien poderoso. En cambio Mónica no pertenece a nadie. Y eso me gustó mucho, porque es mi esencia.

Las motivaciones de cada una pa-ra cometer el golpe son diferentes.

L. L.: No son malas de por sí. En el caso de Mónica ha tenido un pasado horrible, una infancia que no se la deseo a nadie en un contexto que si a una persona de pequeña se le maltrata y maltrata, el ansia de vengarse es casi su motor. Pero no le mueve solo la venganza. Todos estos personajes tienen la esperanza de poder apagar el infierno. Por eso sueñan con ese gran atraco e irse a vivir a Marruecos. Quieren paz, tranquilidad, disfrute...

I. N.: La idea del golpe es robar una tiara que vale un pastifal, repartirse el dinero y desaparecer. Pero no quieren hacer daño a nadie. Es lo que soñamos todos. En el caso de La Flaca es darle un futuro a su hijo, pero también lleva una herida; que a alguien como ella, que defendía la ley, el honor, porque era militar, no se le proteja cuando un superior abusa de ella y que encima eso le lleve a la cárcel en lugar de a su agresor...Todo eso hace que la fe que tenía en las personas y en la justicia se tambaleen. Y decide saltarse la ley.

Ha sido un rodaje duro, ¿cierto?

L. L.: Sí. Sufrimos una tormenta de arena en Almería, en Madrid simulá-bamos un verano pese al frío... Y no es una comedia romántica. Es una serie muy intensa, con mucha acción y mucho ritmo. Y sostener esa carga dramática resulta agotador.

I. N.: El frío ha caracterizado a Vis a Vis desde sus inicios, según cuentan. Y en Navalcarnero hacía muchísimo. Es un rodaje duro porque tiene mucha acción, vamos sucias, nos mojamos... Y estás sometida a presión. Emocionalmente ha sido un disfrute. Y físicamente... Menos mal que tomaba probióticos.

¿Se entrenaron físicamente?

L. L.: Mi preparación ha sido con el canto. He tomado clases, porque, aunque yo ya había cantado en un teatro musical, era más relajado. En cambio la ranchera está colocada en una tesitura más compleja. A nivel físico sí que teníamos especialistas que te enseñaban a coger un arma.

I.N.: Yo con las armas ya venía ca-lentita (ríe). Pero cada una es diferente. Según cómo te la pongas, el retroceso te destroza la cara. Y para ciertas cosas tienes que tirar de rodilleras y cosas de ese tipo.

Como espectadoras, ¿qué perso-naje les impactó de Vis a vis

L. L.: Yo venía de ver O range is the New Black. Entonces me impresionó el personaje de Ana Ferreiro, ya que, mientras que todas las presas era malas, era un personaje más puro, más torpe, que luego se corrompe.

I. N.: Debería escoger a Zulema. Pero, como espectadora, lo que más me sedujo fue esa fuerza femenina que construía un conjunto maravilloso. Y para ello necesitas grandes actrices, directores y guionistas. Es muy difícil crear lo que se creó en Vis a vis. Me pareció magistral.