De ser un padre indigente -que llegó a dormir en baños públicos con su hijo al no tener dinero para pagar un alquiler- a convertirse en un empresario multimillonario. La vida de Christopher Gardner, que inspiró la película En busca de la felicidad, dio un giro de 180 grados en solo unos años. Marcado por una infancia en la que vivió de cerca el alcoholismo y la violencia, tiene claro que la clave del éxito está en "creer en uno mismo" y luchar por lo que se desea. Por ello, ahora recorre el mundo para inculcar el valor de la perseverancia, el esfuerzo y la tenacidad entre los más jóvenes.

Al contar su experiencia vital, ¿qué mensaje o valores quiere transmitir?

Que las decisiones que uno toma de joven van a impactar, influir en el resto de nuestra vida. Y que las decisiones más importantes son universales, es decir, las mismas aquí, en Estados Unidos o en Asia.

No es habitual pasar de un extremo a otro como usted. ¿Cuáles fueron las claves de su éxito?

Saber que estés donde estés no tiene que ser el mismo sitio en el que vas a estar el resto de tu vida. Todos tenemos el poder para crear vidas y hacer las cosas mejores para nosotros y la familia.

¿Quiere decir que todo el mundo puede conseguir aquello que se proponga?

Podemos, no solo intentarlo, se puede. Se ha hecho antes, no es la primera vez. Hubo personas antes que cualquiera de nosotros que se enfrentaron a desafíos más importantes y siguieron hacia delante, no se rindieron.

Pero hay mucha gente que no lo consigue, ¿en qué fallan?

Lo dejan, tiran la toalla y dejan de intentarlo. Uno de los intelectuales americanos más importantes W.E.B. du Bois una vez dijo que es más fácil construir a un niño fuerte que reparar a un hombre roto. El valor clave es saber adónde quieres llegar, dónde quieres estar y la única persona del mundo que tiene que creerlo eres tú.

¿No es bueno conocer también las limitaciones de cada uno?

¿Cuáles son las limitaciones?, ¿tú las conoces?

¿Las barreras nos las ponemos nosotros mismos?

Por su puesto. Están en la cabeza y entran por los oídos. Hay que decir no. Un ejemplo para entenderlo es la escena de la pista de baloncesto de la película, cuando el niño va a tirar la pelota y el padre le dice que 'no', que no le va a salir porque a él tampoco se le daba bien el baloncesto. Cuando se iba a rodar me acerqué al actor y le dije 'no puedes decirle eso a ese niño porque no es lo que mi madre me habría dicho'. Rompió el guión original y lo que escribimos fue 'nunca jamás dejes que alguien te diga lo que no puedes hacer'. Si tienes un sueño tienes que protegerlo y si quieres algo, consíguelo, punto.

Dice que lo importante es saber adónde quiere uno llegar. Ese año que vivió en la calle con su hijo, ¿cuál era su meta?, ¿lograr pagar un alquiler o ya aspiraba a más?

Tuve una madre que me había dicho que podía hacer lo que yo quisiera así que desde el principio decidí que yo iba a ser de los mejores del mundo en cualquier cosa que hiciese. No es ser bueno ni bastante bueno, sino el mejor.

¿Y cómo se logra partiendo desde lo más bajo?

Primero y lo más importante, me dieron permiso para soñar. Segundo, tomé la decisión de que iba a ser de los mejores del mundo y tres, sabía que podía hacerlo. Además tienes esperanza, crees en ti mismo y tienes fe. Y trabajo y esfuerzo, claro.

Supongo que habría que ser muy fuerte anímicamente porque hay gente que en situaciones menos complicadas decide tirar la toalla.

Sí, hay que ser fuerte. Esos eligieron tirar la toalla. Lo dejaron. Siempre tienes esa elección. De todas las decisiones que tomas tienes que responsabilizarte.

¿Son las familias las que deben inculcar estos valores?

Sin la más mínima duda.

Usted tuvo una infancia complicada. ¿Cómo logró adquirir esta filosofía de vida?

Tuve una madre que me decía todos los días que yo podía hacer o ser lo que yo quisiera y me lo creí. Luego esto lo transmití a mi hijo, a mi hija y lo más importante es que ahora se lo cuento a los jóvenes de todo el mundo.

En España hay quien acusa a los jóvenes de hoy de tener de todo, muy rápidamente y no tener cultura del esfuerzo.

No solo España, también en Estados Unidos y en todo el mundo se lleva el 'lo quiero y lo quiero ahora'. Lo que está pasando ahora con los jóvenes en Estados Unidos es que se están dando cuenta de que no funciona así porque han visto a sus hermanos mayores que dijeron lo quiero y lo quiero ya y no lo lograron, no funcionó como creían. Eso significa que de jóvenes hay que tomar decisiones, fijar una hoja de ruta en la habrá desvíos o baches, pero con la que si sigues avanzando, pasito a pasito, llegarás a donde te propongas.

¿Solo sirve para los jóvenes?

En personas mayores es más difícil porque si son honestas consigo mismas van a decir 'tendría que haber hecho antes, tuve tantas oportunidades en el pasado pero no hice nada...', y entonces se enfadan y encima culpabilizan a los demás. Nadie quiere aceptar que fueron ellos.

Participa en proyectos sociales, ¿cuándo se decidió por ayudar a los demás?

Perdí a alguien. Mi mujer murió de un tumor cerebral hace siete años y los cuatro últimos, me preguntaba cada día 'ya que sabemos que la vida es corta, ¿tú ya sabes qué hacer con el resto de la tuya?' y ahí supe que lo haría.

¿Falta empatía con los más desfavorecidos?

Sí. Hay que pensar que podrías ser tú y tu familia. Hay un 1% de la población que nunca va a vivir en la calle, pero el otro 99% puede verse allí en cualquier momento.