La isla de El Hierro quizá sea ahora más conocida que nunca. Y eso aunque, a lo largo de siglos, la Punta de la Orchilla lució la condición de ser marca universal del conocido como meridiano cero, hasta que Greenwich le arrebató definitivamente ese privilegiado título a finales del XIX; también por encima del eco que supuso aquella erupción submarina que se inició en el Mar de las Calmas en octubre del año 2011 y captó la atención del mundo e, incluso, más allá de la energía limpia que desde 2015 viene inyectando a la Isla la central hidroeólica Gorona del Viento, todo un paradigma de proyecto sostenible.

Sin duda, la más reciente y brillante eclosión, tanto en el plano nacional como internacional, está ligada a la primera temporada de la serie televisiva que lleva el nombre de la Isla: Hierro, una coproducción en la que han intervenido ARTE France y Atlantique Productions, junto a Portocabo y Movistar+, y que no sólo se emitió en España, cosechando desde su estreno el pasado 7 de junio, sino en semanas posteriores y a lo largo de ocho capítulos, un sonado éxito de público y crítica, sino a partir del 19 de septiembre con su proyección en Alemania y Francia. Además, a través de los canales de Movistar+, también han podido disfrutar de este thriller y de los cautivadores paisajes de la Isla un sinfín de espectadores de la otra orilla, en países del continente americano de habla hispana como Argentina, Chile, Colombia, Cos ta Rica, Ecuador, El Salvador, Gua te mala, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Uruguay o Venezuela.

En un momento donde la industria audiovisual se ha convertido en excelente aliado del sector turístico, despertando ese fenómeno que se denomina screentourism, el negocio se encuentra en pleno auge. De hecho, el creciente interés que muestran las personas viajeras por visitar localizaciones donde han tenido lugar rodajes de películas o series (con ejemplos tan significados como los de la saga de El Señor de los Anillos o la adictiva serie Juego de Tronos) ha provocado que el cine y la ficción se conviertan en grandes folletos virtuales, en auténticas agencias de viajes.

Y la que es conocida desde antaño como la Isla del Fin del Mundo, el Finisterre de los latinos, no se ha mantenido ajena a este fenómeno.

De hecho existen rutas programadas para los visitantes que ofrecen un viaje de inmersión por aquellos lugares que se proyectan en la serie y recorren desde la playa de arena rojiza de El Verodal, donde aparece el cadáver del joven Fran; la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, en Frontera, el templo donde debía sellarse su matrimonio con Pilar; el edificio del Juzgado o el cuartel de la Guardia Civil, en Valverde; el núcleo pesquero de La Restinga, donde se encuentran rastros de sangre del fallecido; el puerto de La Estaca, entrada y salida; el mirador de Jinama, epílogo de la serie; la ermita de Nuestra Señora de los Reyes, punto de partida de la tradicional Bajada de la Virgen; el hotel Puntagrande, el más pequeño del mun do; el mirador de La Peña, excelsa obra de César Manrique o el bosque de sabinas, entre otros.

En el caso de Hierro, el impacto promocional resulta evidente. Los últimos datos oficiales hablan de un incremento destacado en el registro de visitantes. En este sentido, la consejera de Turismo y Transportes del Cabildo herreño, Lucía Fuentes, subrayó recientemente la importancia de unas cifras que hablan de la llegada por vía aérea a la Isla del Meridiano de un total de 268.900 personas durante 2019, lo que representa un 8,8% más respecto al ejercicio anterior, a los que hay que sumar los movimientos del tráfico marítimo entre Tenerife y el puerto de La Estaca que, a falta de contabilizar las entradas del pasado mes de diciembre, suman 157.000 pasajeros, un 12% por encima del recuento de 2018.

La consejera se refirió también a la importancia que ha significado en este balance el peso del turismo interior, los residentes en el Archipiélago, así como también de los nuevos caladeros, flujos llegados desde Francia y los países escandinavos, alternativas a la clientela ya conocida.

Hay elementos que acaso ayuden a explicar este fenómeno. De un lado, la prestigiosa revista National Geographic ha incluido a la más occidental de las Canarias en una selecta y escogida lista de 25 destinos del mundo que, a su juicio, resulta inexcusable visitar en el año 2020, compitiendo en belleza y exotismo con lugares como la isla de Magdalena, las Maldivas o el desierto de Kalahari.

"Es un paraíso natural lleno de paisajes muy variados, tanto en su interior como bajo el mar", destaca esta publicación. De hecho, valora entre sus atractivos las diferentes opciones para la práctica del buceo que pueden encontrarse en su litoral, en especial en la zona de La Restinga, "una reserva marina donde los fondos volcánicos acogen una flora y una fauna absolutamente espectaculares", se dice. Y pone además el acento en "sus piscinas naturales, pequeñas pozas y recodos donde el mar se domestica, como es el caso de El Charco Azul o La Maceta". Y ya en tierra firme, se ensalza "esta ínsula majestuosa y montañosa", plagada de unas condiciones que la convierten en un lugar excepcional para los amantes de la práctica del montañismo y del senderismo, "ya que dispone de caminos vertiginosos repletos de miradores, así como de paisaje mágicos, como El Sabinar, un bosque donde las sabinas han sido retorcidas por el viento".

Por si fuera poco, la isla de El Hierro fue nominada entre las diez mejores localizaciones de cine de Europa según la Asociación Europea de Film Commisions (EUFCN por sus siglas en inglés), que premiaba al mejor emplazamiento para el rodaje de películas, series de televisión y documentales realizados entre el mes de enero de 2018 y julio de 2019, siendo la única producción española elegida como aspirante a este galardón.

Y a todo esto cabe añadir la inyección económica que ha representado la serie para la modesta economía local de la isla de El Hierro.