Está en una situación parecida a la de Raquel, es decir, se incorporó hace unos cuatro meses para cubrir una baja materna. Es pedagoga y aún no había trabajado en unas circunstancias como las que ha encontrado en Pequeño Valiente. "He cubierto varias experiencias en el sector de la educación, pero todo esto ha sido nuevo para mí... Son niños que están pasando por situaciones complicadas y necesitas tener una fortaleza para asumir el trabajo que le toca hacer. El ánimo cambia en base a lo que va ocurriendo cada día, pero mi labor es igual a la de otra docente. Lo único que cambia es que en algunos casos las clases no las doy en el centro sino que tengo que desplazarme a la casa del enfermo", pone de manifiesto sobre un cometido que exige una coordinación con los centros de educación en los que están matriculados los niños. "Aquí no sabes con seguridad el tiempo que va a estar un alumno faltando a las aulas donde realizan su actividad escolar, pero las clases ayudan a normalizar el problema. Son un refuerzo que se produce una vez se dan las condiciones adecuadas para que los pequeños asimilen los conocimientos que no están recibiendo por el instante tan difícil por el que están pasando ellos y sus familias", explica Sonia.