Cinco siglos de historia se dan cita en las dependencias de la Esclavitud del Santísimo Cristo de La Laguna. Pinturas, esculturas, textiles, documentos y variados objetos han formado parte del patrimonio de esta congregación durante años. En algunos momentos de la historia han estado expuestos ante el público; en otros, almacenados en el inmueble que ocupan desde hace décadas en la emblemática plaza del Cristo. En ambos casos, se trata de bienes que son testigo del largo recorrido de la Esclavitud, así como de la historia de la Isla, y ahora se benefician de una concienzuda labor de restauración que permitirá disfrutar de todos ellos con el mejor estado posible y todo ello en menos de un año.

Para llevar a cabo estos trabajos, la Esclavitud ha formado un comité de expertos, integrado por la restauradora Silvia Díaz; el historiador Carlos Rodríguez Morales; el delegado diocesano de patrimonio Miguel Ángel Navarro, y miembros de la Esclavitud. Este grupo se ha encargado de designar las 40 piezas que se verán beneficiadas de los trabajos de restauración y en la actualidad el proceso se centra en entregar a los restauradores -más de una decena- las piezas. Para la elección de estos profesionales se ha examinado cuáles son las especialidades de cada uno de ellos, para que trabajen así de manera cómoda. Además, se trata de expertos que han colaborado de manera habitual con el Obispado de la Diócesis Nivariense en los últimos tiempos.

Tras el fin de las operaciones, la Esclavitud espera poder mostrar el resultado a través de una exposición dentro de la iglesia. Y es que todo este trabajo se realiza de manera simultánea con la segunda fase de las obras de rehabilitación del conjunto histórico del Cristo. Esta actuación tiene un coste de dos millones de euros y se estima que culmine alrededor del mes de octubre del próximo año. Con la puesta en marcha de todas estas acciones, que comenzaron en el año 2011 con el inicio de la restauración de la talla del Cristo de La Laguna, la Esclavitud espera dejar en el mejor estado posible la obra y su Santuario que fueron declarados en el año 2005 por el Gobierno de Canarias como Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Monumento para el Real Santuario y categoría de Bien Mueble, para la imagen del Santísimo Cristo.

Con la realización de todas estas labores, además de conservar el patrimonio material de la Esclavitud, la congregación espera poder aunar todos sus bienes en una publicación. En este sentido, Carlos Rodríguez Morales tiene previsto realizar una recopilación que aúne todo el proceso de restauración, tanto del Santuario como de sus bienes muebles. Con todo ello, el esclavo mayor del Cristo, Francisco Doblas González de Aledo, destaca que "lo importante es poder poner en valor todos nuestros bienes y darlos a conocer". Por eso, tras los trabajos y la exposición inicial, una selección de las piezas se mostrará en el museo, que volverá a abrir sus puertas tras años cerrado. Esta actuación permitirá, además, mejorar la conservación de las piezas, con mejor iluminación y control de la humedad y la temperatura, muy importante sobre todo para la conservación de los textiles.

Este proceso de restauración comenzó en junio, cuando se formó el comité de expertos que han llevado a cabo la elaboración de la documentación necesaria para que ahora los restauradores puedan efectuar su trabajo. Tras la visita de los conservadores y la entrega de las propuestas de intervención, se realizó la adjudicación de las obras y es ahora cuando se está haciendo entrega de los proyectos y se están retirando las piezas para su intervención. Con todo, la previsión es que todos estos bienes estén de vuelta en el Santuario entre los meses de octubre y noviembre del próximo año.

En concreto, se prevé intervenir 16 pinturas, ocho esculturas, cinco textiles, dos piezas de orfebrería y nueve elementos que forman parte del mobiliario, cruces y documentos. Entre las pinturas destacan algunas obras como seis lienzos que ya fueron intervenidos en los años 80 y en las que se tendrá que realizar una acción mínima de limpieza en las dependencias del Santuario. Además, existen otras dos piezas que forman parte de los bienes vinculados al Bien de Interés Cultural por lo que necesitan de un informe positivo de la Comisión de Patrimonio insular que estará listo en próximos días ya que se trata de creaciones con el mismo valor que el propio edificio. Otras ocho piezas se encontraban expuestas en el museo y presentan un estado de conservación malo por la pérdida de tensión del lienzo, desgarros del soporte y marcos que han sufrido el ataque de xilófagos. En este caso, los trabajos se podrán realizar gracias a las subvenciones que ha venido recibiendo la Esclavitud.

Y es que, añade Silvia Díaz, "los trabajos que se realizaron en los años 80 nos permiten ahora realizar una mínima intervención para garantizar la protección de los cuadros y dejarlo todo listo por un largo tiempo". Si bien este grupo de pinturas se encuentra en buen estado -sin que este llegue a ser óptimo- existen otros cuadros que, al haber estado almacenados durante años y sin ser expuestos en el museo, presentan problemas más graves y el trabajo que se realizará será más largo.

Entre las esculturas sobre las que se trabajará, dos de ellas aparecen como bienes vinculados al BIC. Además, el comité de expertos destaca lo difícil que está siendo trabajar con las piezas de orfebrería puesto que han tenido que ser examinadas durante todo el año para poder valorarlas y para ello, incluso, han tenido que desplazarse profesionales desde la Península.

Existen más de medio centenar de piezas de orfebrería entre los bienes de la Esclavitud. En la actualidad, y de manera paralela a los trabajos de restauración, se realiza una labor de catalogación. Con ella también se quieren establecer las prioridades y presupuestar las acciones que habrán de realizarse. Para todo ello, en las últimas semanas ha visitado el Santuario del Cristo un maestro orfebre llegado desde Sevilla que se está encargando de determinar el estado de las principales piezas elaboradas en plata.

Un trabajo profundo es el que se está realizando en el trono del Cristo, donde se está elaborando un mapa de daños -tal y como se hizo con la plata del retablo del Cristo en 2017 y 2018 antes de su restauración- para establecer las zonas sobre las que se tendrá que trabajar. La restauradora Silvia Díaz indica que existen piezas de plata desde el año 1600 y hasta el siglo XX puesto que se han ido solapando partes con el paso del tiempo por lo que "ahora habrá que ir viendo paño por paño cómo se encuentran cada uno de esos parches y habrá que decidir cuál es la mejor técnica para darle coherencia y continuidad al trono", indica.

En este sentido, el esclavo mayor recuerda que se trata de un trono que se encuentra en uso por lo que el objetivo es hallar una fórmula que permita continuar con su fin de manera segura, tanto para la talla que va sobre él como para los esclavos que lo transportan, mientras que los trabajos no impliquen un gran cambio de la estructura. De este modo, existen ahora dos vertientes de trabajo: por un lado está la de los restauradores que defienden una intervención mínima, y la de los orfebres que apuestan por la mejora y, por tanto, una transformación de la pieza original. En cualquier caso, Silvia Díaz sentencia que "hay que corregir deformaciones con la reintegración de la plata. Todo ello desde una mínima intervención y manteniendo el elemento primigenio".

La mayoría de estas piezas serán restauradas en los talleres de los conservadores designados para este trabajo pero existen algunas que, debido a su gran envergadura o al delicado estado que presentan, se tratarán en las dependencias del Santuario lagunero. En todos los casos, además, la restauradora encargada de coordinar todo este proceso puntualiza que el principal objetivo es garantizar la limpieza de las piezas y que la propuesta de conservación suponga una mínima intervención, puesto que "el deseo de todos es que las piezas permanezcan con la misma esencia con la que fueron elaboradas hace años".

Entre las piezas de gran formato que se intervendrán en las dependencias del Santuario destacan algunas pinturas, así como parte del mobiliario, como por ejemplo un púlpito que es una de las piezas que más problemas ha presentado para ubicarla durante los trabajos. Las diferentes partes serán restauradas por separado y durante esta acción se determinará si pertenecen a un mismo objeto y si su posterior exposición permite unirlas para mostrar el púlpito al completo. Otra pieza de gran formato a intervenir es el frontal del altar de la Inmaculada Concepción.

La restauradora que se encuentra coordinando este extenso trabajo destaca el valor de todas las piezas a intervenir; sin embargo, existen algunas que es necesario reseñar. La escultura de San Guillermo de Aquitania es una de las ocho que se restaurarán a lo largo de los próximos meses. Se trata de una talla de madera, dorada y policromada cuya elaboración data de 1681 o 1682. Asimismo, el Niño Jesús que cada 5 de enero participa en la cabalgata de los Reyes Magos de La Laguna también será intervenido. Esta pequeña escultura de madera tallada, dorada y policromada fue elaborada en Génova hacia 1732. En este sentido, Doblas recuerda que se trata de "la talla más importante después del Cristo".

Por su parte, el esclavo mayor también hace hincapié en la importancia de un elemento de orfebrería: el aguamanil. Se trata de un jarro de plata repujada elaborado en Puebla de los Ángeles, en México, hacia 1700 y que es empleado cada Jueves Santo en el lavatorio.

Un capítulo aparte merece el archivo de la Esclavitud del Cristo. El esclavo mayor indica que se trata de un completo registro de la historia de la Isla desde el XVI y es la primera vez que se trabaja sobre él. Por ello, el objetivo es realizar labores de catalogación y digitalización para garantizar su conservación y mejorar su acceso. Y es que Doblas explica que hasta el momento son pocas las personas que acuden a la Esclavitud para examinar su archivo, únicamente investigadores muy especializados y miembros de la Esclavitud, y por eso desean ahora abrirlo al gran público.

Asimismo, los textiles propiedad de la Esclavitud también cuentan con un valor destacado. "Se trata de estandartes y reposteros que a primera vista no son muy valiosos pero que tienen grandes historias detrás", relata el esclavo mayor quien añade que "hay auténticas joyas como uno de los estandartes de la Esclavitud del Santísimo Cristo que fue trasladado hasta Santa Cruz durante uno de los ataques de piratas a la Isla para que ayudar en la defensa".