Ocho familias canarias, ocho realidades diferentes de isleños atrapados por los precios de las aerolíneas. Algunos no conocen a sus abuelos porque adquirir un billete es un artículo de lujo, pero la situación se complica cuando los padres están separados y la custodia es compartida, algunas compañías ya no tutelan a los menores durante el viaje o el niño autista precisa una atención cercana. ¿Se imagina tener pareja y vivir uno en Canarias y otro en la Península? Más que nunca, el amor no tiene precio.

Ana Guijarro y Mana de Luis Cabrera

MADRID

Ana Guijarro y Mana de Luis Cabrera se conocieron en Tenerife y decidieron emprender un futuro juntos hace diez años. Ella tenía un trabajo fijo en Madrid y él, natural de Icod de los Vinos, alternaba su condición de agente forestal con las artes escénicas, por lo que decidió instalarse con su pareja en la capital del Estado, donde hoy trabaja como conserje y vigilante de un colegio. "Mi suegra no tiene una foto con todos sus nietos juntos", cuenta Ana, y algunos viajes los han hecho con ayuda de la familia. El regalo de esta Navidad son los pasajes para estar todos juntos por primera vez.

Mawy León

VALENCIA

Dejó su Gran Canaria para instalarse en Valencia hace 26 años, tantos como ediciones lleva Mawy León sin regresar a tu tierra por Navidad. Al igual que su marido, son repartidores de prensa. Se levantan a las tres de la mañana y hasta doce horas después no regresan a casa porque enlazan con un reparto de paquetería, en el caso de ella, o de repuestos automovilísticos. Siente desconsuelo porque el dinero se le hace poco para comprar los billetes para ellos y sus tres hijos. Ahora que son doce, con tres nietas y un nietos, el objetivo se complica. Los costosos pasajes de avión le han impedido asistir a bodas, bautizos o comuniones de sus familiares y amigos en su tierra.

Miguel Díaz

TENERIFE

Miguel Díaz se siente atrapado en Tenerife sin haber salido de ella. Fruto de una relación tuvo una niña y, tras la separación, la madre decidió trasladarse con su hija al País Vasco. Para ver a la pequeña debe esperar a que esté de vacaciones, temporada que las compañías aéreas aprovechan para subir los precios. Algunas aerolíneas han suprimido el acompañamiento a menores en el avión, lo que le obliga a viajar él y venir con ella a Tenerife. Eso, sin hablar de precios de billetes: volar en junio puede costar 400 euros frente a los 1.500 que cuesta en diciembre, explica aportando capturas de pantallas.

Miguel Gelabert

MURCIA

Contrajo matrimonio con una murciana, con la que tuvo un niño autista. En la actualidad divorciado y la sentencia de la custodia compartida le marca sus vacaciones. Hace una reflexión sobre mantener la residencia canaria aún estando fuera: si la mantienes, puedes viajar a precios más económicos. La contrapartida, la pérdida de prestaciones. Con la supresión del acompañamiento a menores con algunas compañías, está obligado a trasladarse para traer a su hijo por la atención personalizada que precisa. "Viajar de Alicante a Londres es más económico que hacerlo a Gran Canaria. Intentó adquirir un pasaje para venir a ver a su familia y le costaba el viaje 2.222,75 euros porque solo quedaba en clase business. Si quiero ir en Navidad tengo que comprar los pasajes desde diciembre, si no es imposible. Ojalá se cumple el artículo 19 de la Constitución que dice que todos tenemos libertad de movimiento dentro del español... debe ser dependiendo de qué autonomía perteneces", dice.

Nacho Pellicer

MADRID

Natural de Gran Canaria, hace 17 años aprobó unas oposiciones de técnico de transportes en Madrid. Conoció a la madre de su hijo (tiene 12 años), y tras la separación, volvieron a Gran Canaria. El siguió en Madrid y conoció a su actual pareja y madre de su segundo hijo (8 años). Funcionaria del Servicio Canario de Salud, no puede pedir traslado a Madrid. Nacho Pellicer tiene un hijo con residencia canaria y otro no. Cada mes intenta viajar a Gran Canaria para ver a su pareja y a sus hijos, salvo en Carnaval o Semana Santa cuando el precio de los pasajes se lo impiden.

Michael Santana

GRAN CANARIA/MADRID

Se trasladó de Telde a Madrid para estudiar segundo ciclo de Artes Aplicadas y se quedó porque había más mercado laboral. "Viajar de Madrid a Oslo es más barato que ir a Canarias", destaca. "Puedes viajar a las Islas un martes o un miércoles porque el precio es más asequible que un fin de semana. Tengo que optar entre ir a ver mi familia o coger vacaciones; y está claro: llevo 16 años sin vacaciones".

Víctor González

L'HOSPITALET DE LLOBREGAT

"Parece que dejas de ser canario cuando te estableces en la Península", asegura Víctor González, natural del barrio de La Salud. Conoció a su esposa cuando ella trabajaba en Puerto de la Cruz y se trasladaron a L'Hospitalet de Llobregat. Hoy paga el precio de la ultrainsularidad: Pagas 1.500 euros o 2.000 por ir cuatro días a Canarias, lo mismo que si vas para tres semanas. "El descuento de residente canario se traduce en billetes más caros para el resto", se lamenta.

Yazmina Sánchez y Rubén

MADRID/GRAN CANARIA

"He conseguido hacer malabares y visito a la familia en Navidad", aunque sea el único viaje que hace al año, explica Yazmina Sánchez, que fue a Madrid a estudiar Fisioterapia y allí continúa hace 17 años. Ella prefiere perder días de trabajo porque adelanta su marcha para adquirir los pasajes más baratos. Más difícil lo tiene su pareja, Rubén, que no es residente y no puede alternar su calendario laboral.