Casas de cartón construidas por el diseñador local José Enrique Marrero y figuras prestadas por el conocido artesano Luis Dávila fueron hace 19 años el embrión del belén de Candelaria, que se inicio en el vestíbulo del nuevo ayuntamiento (inaugurado el 16 de diciembre de 1998), en una iniciativa que promovió Alfredo Blas Arencibia Saavedra, entonces concejal de Cultura y Fiestas que las últimas cinco ediciones ha tornado su condición de político por la de albacea de su sueño: hacer de Candelaria un punto de encuentro en Navidad por su nacimiento, y que no solo se acuda a la Villa para visitar a la Patrona de Canarias.

La experiencia piloto de la Navidad de 2001 dio pie a un proyecto más ambicioso tras la aceptación popular de aquel portal. Al año siguiente el belén crece en el patio de las casas consistoriales, frente al centro de salud. La casualidad permitió que cuando fueron a revisar las casas para montar de nuevo el belén se encontraron que la lluvia, como si de un temporal se tratara, se había cebado con el portal. Para entonces, el patriarca del nacimiento de Candelaria ya tenía en mente darle una carga etnográfica al nacimiento. En 2007 se encontró con otra casualidad: el taller de manualidades que tenía la Concejalía de Cultura y la ilusión de Pilar Pinto, que con su equipo recrearon en miniatura la iglesia, ermita y casas tradicionales de Barranco Hondo. El montaje desbordaba el patio del ayuntamiento y se hizo necesaria su mudanza al exterior del centro cultural de la Villa, junto a cine viejo, bajo tres laureles de Indias. Al año siguiente, 2008, nació en el portal Igueste, con su iglesia y sus viviendas más representativas; al siguiente llegó Araya, y luego Cuevecitas, para finalizar en 2011 con Malpaís. Desde el principio, el portal siempre incorporó dos elementos representativos del lugar: la Basílica y la Cueva de San Blas, si bien la recreación del templo era tan grande que obligó a hacerla de nuevo, ajustando la escala a la recreación.

La tela metálica y la escayola de los primeros años dejó paso a una técnica más novedosa: la espuma de poliuretano, que permite que el 95% del material sea reciclaje y sostenible. Una vez construidos los principales pueblos de Candelaria, se fueron perfeccionando detalles, incorporando figuras e incluso personajes del día a día de la Villa, como el recordado dominico Jesús Mendoza, el director de la banda de música Las Candelas Abilio Alonso, la churrería que regentaba Pedro en la esquina de enfrente a donde está el belén o la carpintería de Agustín Expósito, que estaba en la calle de La Arena. El propio Alfredo se tomó la licencia de dejar su huella de forma sutil: en el tributo a los pescadores de la Villa aparece una chalana, como las que localizan en El Pozo de la Virgen, y en la que lee San Blas, su segundo nombre. Parte fundamental en el equipo han sido Jaqueline Álamo, cómplice del nacimiento hasta 2014 y autora de la talla del padre Mendoza, y las decoradoras Margarita Suárez y María Candelaria Martín. En las últimas ediciones también se han incorporado figuras con movimiento compradas, y este año se encargó al artesano Carlos M. Rodríguez Carlines la fabricación de algunas tallas para plasmar el papel de la mujer en la historia de la Villa desde tres profesiones que casi son sinónimo de Candelaria: gangocheras, pescadoras y alfareras, y que se incrementarán en las próximas fechas. No falta el cagón del que, por la igualdad de género, hay hombre y mujer.

El belén, que este año completa la cúpula con casi mil puntos de fibra óptica que ya se inició la pasada navidad, ocupa más de 300 metros cuadrados digno de visitar de día, y de noche. Con luz natural, para degustar detalles como el baile de las cintas de Igueste de Candelaria, la representación de los guanches propia del 14 de agosto, un entierro que preside el dominico Daniel López con su sacristán Paco Pinto -conjunto que se estrena este año-, el tributo a los trabajadores de las galerías de agua, el arco de la plaza de Teror -en la Villa- o el recuerdo a la Guardia Civil. Arencibia invita a conocer el nacimiento también por la noche, en un ambiente más íntimo, similar al que recrea en los últimos años en la cueva que sirve de antesala al encuentro con María, José y el niño.

Para armar este belén, el Ayuntamiento ha permitido que una decena de trabajadores municipales -electricistas, fontaneros y decoradores- formen equipo con Alfredo Arencibia desde que el 5 de octubre pasado comenzaron los preparativos para un portal que se estrenó el pasado jueves y permanecerá abierto al público -sin desmontarse porque está expuesto en la calle- hasta el 2 de febrero.

Este portal surgió como un acto del área de Cultura y hoy forma parte de Candelaria. Ha crecido bajo la tutela del san José que cada año coloca Arencibia en un tablón, según precisa.

Cita entre tradición y devoción.