Llegó a Tenerife de su Gran Canaria natal para estudiar Magisterio en el centro que regentaban las salesianas en la capital chicharrera. Había cursado primero en la Universidad de Las Palmas y, entusiasmado por su amigo Andrés Falcón, llegó a Santa Cruz en 1976 en busca del novedoso sistema de formación que había reemplazado las clases magistrales por equipos de trabajo e investigación propia. Nada más acabar consiguió trabajo en el colegio Cisneros, con Antonio López Bonillo, y contrajo matrimonio. Al año hizo oposiciones y vino el primero de sus dos hijos. Llegó de forma provisional de Gran Canaria hace ya 43 años.

La política eclipsó el lado más personal de Alfredo Blas Arencibia Saavedra (Teror, 1952). Nació el día de san Blas, víspera de la festividad de las candelas de tanto arraigo en su pueblo de adopción. En 1994 comenzó su gestión política en el Ayuntamiento de Candelaria, primero en la oposición, de 2001 a 2015 en el gobierno local.

Padre del Encuentro de Murgas de Canarias y promotor de decenas de iniciativas, hace 19 años alumbró el belén de Candelaria que ahora mima como artesano. Hoy confiesa: tras casi 40 años de indiferencia, abandono religioso y ausencia de práctica de fe cristiana, "diversos problemas me han permitido ser un hijo pródigo y reencontrarme con la persona de Jesús".

En el belén de Candelaria se descubre a un íntimo Alfredo Arencibia. El mayor de seis hermanos, madrugaba para ayudar a su padre -que antes fue guardia municipal- en el puesto de ultramarinos que tenía en el mercado de Las Palmas y por la tarde noche estudiaba. El sacerdote Santiago Díaz Peñate marcó su vida, admite. Entonces solo estaba la Juventud Obrera Católica y la Juventud Independiente Católica, en la que militaba. "No existían partidos políticos y quienes se manifestaban acababan en la cárcel".

¿Hay que ser creyente para hacer belenista?

No, puede ser que la gente quiera recrear. Aunque uno sea creyente por el bautismo y porque has crecido en una familia cristiana, te permite que puedas caer en la cuenta del significado real de esta representación o recuerdo del nacimiento del hijo de Dios.

¿Hacer el belén le ha ayudado a ser más creyente?

Hacer el belén me ha ayudado a tomar más conciencia. Si lo entiendes y lo aceptas como un hecho real y cierto, sigue siendo un gran misterio y también un acto de amor, de que Dios mande a su Hijo al mundo para salvar a la humanidad. Iniciar este proyecto, mantenerlo y luego asumirlo en primera persona por el compromiso de hacer el belén cada año me ha permitido tomar conciencia de que no solo es un hecho cultural. Desde hace tres año se pasó de realizar el Belén como un mero elemento de decoración a insertarlo dentro del contexto evangélico. Lo ideal es que Jesús nazca en el corazón de las personas, y eso es un proceso personal.

¿Se puede ser hombre de izquierdas y creyente a la vez?

El error ha sido vincular la creencia en Dios con ser de derecha o de izquierda. La síntesis del mensaje cristiano es el amor; se puede ser cristiano de derecha y cristiano de izquierda. Jesús en sus parábolas habla de reparto, de igualdad, de no hacer a tu hermano lo que no quieres que te hagan, un mensaje que se asocia más a la izquierda. También puedo aceptar planteamientos de la izquierda o no; nadie me obliga a comulgar con ruedas de molino. Si yo no estoy de acuerdo con el aborto, como defiende el PSOE, soy libre. Es un ejemplo.

¿Está de acuerdo con el aborto?

En el plano humano y cristiano respeto y defiendo el derecho a la vida. Otra cosa es entender el drama humano en el que viven las personas que llegan a esa situación y el daño psicológico y espiritual con el que tienen que vivir de por vida por decisiones equivocadas. Amarse y perdonarse a sí mismo para sanar las malas decisiones que hemos tomado en la vida es un proceso que nadie puede hacer por nadie, pero en la que todos podemos ayudar. El amor es lo único que nos salva. El aborto es la solución cómoda de una sociedad materialista que ha perdido la fe en el ser humano. Yo no lo aconsejaría nunca a ninguna hija o amiga. Con la única persona que tenemos que vivir toda la vida es con nosotros mismos y nuestras decisiones.

¿Política está reñida con religión?

La política y la ley son la organización humana que nos damos, pero el amor supera a la ley. El que ama no necesita la ley, eso lo dice Jesús con otras palabras en el evangelio, cuando dice dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

¿Ha vivido una conversión?

He estado siempre manejando el principio de justicia, de verdad... Una de las cosas que me sorprendía habitualmente en la política -porque nunca he sido un político al uso- es cómo la mentira era un elemento habitual de relación en general, sobretodo en la manipulación política. Soy incapaz de decir mentiras para defender un criterio o una posición política.

¿Hacer el belén le ha llevado a un descendimiento personal?

Por supuesto. Estamos hablando de la salvación. El problema es que a veces nos podemos llevar por la manipulación que tanto la política como la propia historia han hecho de la religión. El belén es una manera de decir que estoy celebrando la Navidad y encontrándome con la verdadera esperanza. Este concepto está ahora manipulado y deformado porque lo vinculo a tener cosas. No me niego a esa felicidad porque participo y vivo con los demás, pero es mucho más.

Maestro, psicólogo, orientador escolar de Primaria... ¿Le faltó estudiar Teología?

No. Pero sí tuve la suerte de conocer al cura Santiago Díaz Peñate en los grupos de Acción Católica cuando estudiaba en Las Palmas.

Después de esta experiencia, ¿volvería a la primera fila política?

Volvería con otro planteamiento humano que ya está marcado por un sentimiento de igualdad que ha presidido casi 24 años de servicio público. Nosotros (en referencia al grupo de gobierno socialista) siempre hemos defendido posiciones de justicia social e igualdad, desde un trato igualitario y justo para todos los candelarieros.

¿En qué se parece este Arencibia al que comenzó el política?

No ha habido una gran diferencia del Alfredo que empezó en 1994 con un grupo de personas que estaban ilusionadas porque lo que buscábamos era la justicia y el respeto a la dignidad de las personas.

¿Hace el belén como una iniciativa política o como algo personal?

No es una iniciativa política. Es más una vinculación con mi creencia personal y con lo que uno ha vivido. A veces hay una dificultad conceptual: la Navidad está vinculada a la esperanza y al nacimiento de Jesús. A partir de ahí se ha ido deformando desgraciadamente. Pero no tenemos que renunciar a esa Navidad, sino transformarla y recuperar la auténtica Navidad, el encuentro con la esperanza para todos. Al final de la vida lo importante es cuánta esperanza has tenido, con cuánto amor has vivido. En el belén colocamos un san José porque teníamos una fe absoluta en que nos iba a ayudar a encontrar la fórmula para resolver problemas. Hay dos maneras de enfrentar la vida: o dando la espalda a Jesús, o de cara a él, confiado en que te va a ayudar a compartir la carga. Pasa de ser un concepto a convertirse en una experiencia. En esa tarea estoy cada día: ser mejor persona cada día.

¿Se considera belenista?

No, me considero una persona que desde la cultura en la que ha vivido en familia siempre ha tenido presente el misterio del nacimiento. Quizás me ha influido más el encuentro con el niño Jesús que tiene mi madre en la mesa de noche de su habitación.

¿Quién le propuso hacer un belén?

Nadie me dio la idea; lo vas aprendiendo. Creo que san José estuvo ahí, y hemos resuelto gracias a él los inconvenientes técnicos surgidos. No es fácil colocar una cúpula con mil puntos de fibra óptica sin un tornillo. Tras un estudio de tres meses se ha aprovechado la gravedad para crear doce barrancos y cascadas echando agua.

¿Jugó alguna importancia Jesús Mendoza en el proyecto?

Jesús Mendoza siempre iba a bendecir el belén. Entre nosotros siempre existió una gran complicidad. Como persona muy vinculada a la tierra y a su gente le gustaba el proyecto.

¿Por qué un belén con casas de Candelaria?

Por vincularlo al sitio donde se representa. Jesús vino a salvar el mundo y lo vinculamos al contexto donde lo recreamos. Es un hecho diferenciado, que no copiamos nada, pero mantiene la parte del nacimiento y todo lo que rodea el misterio.

Alguien que vaya al belén a tomar ideas se puede ir a su casa con frustración por lo grande que es.

La gente lo que tiene que hacer es trabajar la creatividad. Se puede hacer con papel craft arrugado y previamente manchado con betún marrón, negro y blanco, que le da un aspecto de cueva impresionante. En una casa puedes utilizar una caja de cartón con ese papel y con unas grapas puedes hacer una cueva preciosa y luego comprar la Virgen, san José y el niño, con un poquito de serrín y cualquier elemento cogido de la naturaleza. También es verdad que el belén se ha convertido en sí mismo, pero todo se puede hacer.