Pisco, la defensa que susurra al gol

La veterana grancanaria, pese a jugar de lateral, ha marcado en cada una de las 15 temporadas en las que ha militado en la máxima categoría nacional. El hecho que se sea la encargada de lanzar los penaltis ayuda, pero también su ambición y su pasado como jugadora más adelantada en el campo.

Pisco lanza el penalti, ante el Espanyol, con el que marcó su primer gol de este curso.

Pisco lanza el penalti, ante el Espanyol, con el que marcó su primer gol de este curso. / TONY CUADRADO

Santa Cruz de Tenerife

En la temporada 20/21 ya acabó como la máxima asistente (rondó la decena) de toda la competición; y en el curso 22/23 amplió su abanico de virtudes convirtiéndose en la futbolista que –y pese a su posición como lateral– más balones recuperó dentro de la Liga F. Ahora, Pisco añade otra muesca a su rica estadística: marcar en todas y cada una de las 15 temporadas en las que ha militado en la máxima categoría del fútbol nacional femenino, las diez últimas en la UD Costa Adeje.

Alcanzar esta continuidad no es algo baladí dentro de la actual Liga F. De hecho, en la presente temporada este lapso solo lo supera su compañera Mari Jose, que también tiene pleno en las 16 campañas en las que ha militado en la élite nacional. Con 15, el mismo periodo de tiempo que Pisco, aparece una tal Alexia Putellas.

Esta cita de cada año con el gol sigue siendo posible gracias al tanto que la grancanaria anotó en el último duelo contra el RCD Espanyol. Un acierto que llegaba por medio de un penalti, una de las especialidades de Pisco, que siempre ha mantenido un especial idilio a la hora de mirar a la portería contraria. Quizá porque en sus orígenes como futbolista empezó «como media punta» cuando todavía militaba en la UD Las Palmas, pasando luego a la demarcación de «extremo izquierdo» en su periplo «en el Atlético de Madrid».

Inesperado cambio de puesto

También mantuvo ese sitio escorado y a la vez adelantado cuando aterrizó en el entonces Granadilla que buscaba el ascenso. Ahí, un infortunio la reconvirtió. «Estaba como extremo, pero la lateral izquierda, Yanira, se lesionó justo antes de los playoff, y a Sergio [Batista, el presidente] le entró un poco el agobio, pero yo le dije que me hacía cargo... y ahí me quedé», recuerda la grancanaria sobre aquella variación en su demarcación.

Un cambio que se quedó para siempre, como también ha perdurado de manera indeleble el instinto de Pisco para buscar el marco contrario. Se explica así también su alto número de asistencias, hasta el punto de que esos pases la «satisfacen incluso más que meter un gol». Producción que vivió su culmen en la 20/21, «la primera de Francis Díaz en el equipo» sureño. «Todo lo que pueda hacer para ayudar al equipo será satisfactorio», comenta la ahora pupila de Eder Maestre.

Esa capacidad, la de servir en bandeja balones a sus compañeras, solo se puede explicar por ir en un pack indivisible con otra cualidad, la de un exquisito golpeo del esférico. Por eso la lateral se ha convertido, desde hace años, en la referente a balón parado del Costa Adeje. Casi siempre opción número uno para ejecutar las faltas, los saques de esquinas y, por supuesto, los penaltis. Un estatus que también se mantiene este curso en el club sureño, si bien extrañó que tras anotar en la primera parte contra el Espanyol, fuera Babajide la que probara suerte en la pena máxima de la segunda mitad. «Hablamos en el descanso que si había un segundo penalti lo lanzara Rinsola, para despistar a la portera. Yo soy la primera en el orden, Rinsola la segunda, y Jassina la tercera», explica la lateral.

Cuestión de practicar

Esa presencia habitual desde los 11 metros se la toma muy en serio Pisco. «Desde pequeña ya me gustaba lanzarlos», rememora la grancanaria, que gracias a la colaboración de quienes la rodean, ha tratado de perfeccionar su técnica en estos últimos años. En este sentido la jugadora del Costa Adeje pone en valor a «Daniel Castilla», otrora «entrenador de porteras» del club. «Cuando había fallado algunos y no estaba con la mayor de las confianzas, me enseñó a mirar a la portera y no al lado al que iba a tirar».

Una teoría que ha llevado a Pisco a «tener más éxito» en sus penaltis, si bien dicha mejora también conlleva una obligada práctica, incluso convirtiendo una casi frustración en algo positivo. «Los ensayo mucho, sobre todo con Noelia Ramos, que es una portera que me saca de quicio en los entrenos», explica la veterana defensa del Costa Adeje.

Cuestionada por cuál ha sido su gol preferido, la grancanaria se queda con su duelo ante el Atlético de Madrid hace exactamente cuatro años en Tenerife, saldado con empate a dos... en un doblete de Pisco. «El primero fue una falta directa y luego un penalti. No ganamos, pero fueron unos goles y un resultado que tanto a mí como al equipo nos ayudaron a crecer y a ser optimistas», resalta de esos tantos que mantiene en un lugar privilegiado de su retina.

Una vez abierta la lata este curso, Pisco no renuncia a seguir marcando en las seis jornadas que restan de la 24/25. Lo puede hacer dentro de una semana contra el propio Atletico, e incluso este mismo domingo, ante el Granada. Lo importante, para ella, ayudar a que el Costa Adeje mantenga «la misma ambición» para que sea capaz de repetir «todas esas buenas cosas que ha sido capaz de hacer hasta ahora». n

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents