Liga F

El exclusivo poker del Costa Adeje

El conjunto tinerfeño cuenta en sus filas con hasta cuatro jugadoras –Maria Jose, Patri Gavira, Pisco y Sandra Castelló– que han superado los 350 partidos ligueros en la máxima categoría, cuantía a la que no llega ningún otro club de la Liga F

Castelló, Mari Jose, Pisco y Gavira, en el Municipal de Adeje.

Castelló, Mari Jose, Pisco y Gavira, en el Municipal de Adeje. / UDCAT

Santa Cruz de Tenerife

Cuando de hablar de experiencia se trata, todas las miradas apuntan, en el Costa Adeje Tenerife Egatesa, a Mari Jose. La atacante se encuentra a menos de dos semanas de llegar a los 41 años (19 de marzo), si bien en la plantilla de Eder Maestre hay otras tres jugadoras que prácticamente atesoran la misma experiencia en la élite nacional que la de Añaza. Se trata de Patri Gavira, Raquel Peña Pisco y Sandra Castelló.

En total, cuatro futbolistas del conjunto azul y blanco que ya han superado la barrera de los 350 partidos ligueros en la máxima categoría española. Ninguno de los otros 15 clubes de la actual Liga F aglutina en sus filas tanta experiencia. Quienes más se acercan son el Sevilla (una de ellas la ex del Costa Adeje Eva Llamas) y el Barça, con tres casos cada uno. Entre los otros 13 conjuntos de la competición hay únicamente un total de siete futbolistas que cumplan este requisito.

Desde la autoridad que les otorgan sus años de carrera profesional, las cuatro veteranas del Costa Adeje hablan de su veteranía como un factor con diversas aristas y, en la mayoría de los casos, como un intangible casi más fuera de los campos y en el día a día, que en los propios partidos. "Siempre es un grado", asevera Mari Jose. En una línea parecida se expresa Castelló, que con ese poso ve más sencillo "tener un mayor rendimiento", al margen de ganar "en esa confianza necesaria para mejorar día a día". "Es esa sensación de que eres capaz de superarte a pesar de los años y disfrutar más aún del fútbol", añade la de Jávea.

De situaciones más invisibles, "de esas que no se ven", hablan Pisco y Gavira. Para la grancanaria la experiencia es aquello que permite "darle valor e importancia al cuidado en la alimentación, al descanso y sobre todo, a ese trabajo extra que hay que hacer para mantener el nivel y poder competir al máximo". "Todos estos años atrás no éramos conscientes de la verdadera importancia que eso tenía", aclara la capitana del club sureño.

Gavira se expresa en un discurso similar, pero sobre todo deja claro que no por tener más galones "el rendimiento va a ser mejor que el de una futbolista de 20". La gaditana incide en que la experiencia pasaría a un segundo plano si la deportista posee "buenas condiciones en lo deportivo y en lo humano". Y en este aspecto, Patri sí abraza la veteranía en situaciones como la de "ayudar a una compañera, en especial a aquella que está empezando, a crecer más y mejor", así como en "la toma de decisiones, en el control de diferentes aspectos, tácticos y emocionales, en momentos de partidos y entrenos", y también en servir de muleta cuando la menos baqueteada pase "por situaciones no tan buenas".

Discurso con fundamento y argumentos. Aquellos que las cuatro han adquirido gracias a ese sinfín de batallas con las que ya cuentan en una trayectoria que arrancó hace más de una década... y hasta de dos. Como Mari Jose, que se estrenó en Primera, con el Sabadell, el 6 de octubre de 2002. "Los recuerdos son maravillosos, con esos nervios del debut al lograr algo por lo que llevaba trabajando mucho tiempo, un sueño que no sabías si se iba a cumplir”, recuerda la chicharrera de aquel día saldado con derrota, si bien su desquite llegó pronto: gol y victoria a la jornada siguiente. Ya en ese momento su mayor ilusión era "disfrutar del deporte que quería", una sensación que "todavía hoy sigue siendo igual". "Amo el deporte que hago", recalca la delantera.

La siguiente en saltar al ruedo fue Pisco, en la temporada 09/10, "recién llegada a Las Palmas". Un debut "con muchísima ilusión" y en el que la grancanaria sintió "que ahí se abría el camino de conseguir y vivir cosas muy bonitas". Esa privilegiada pasarela llevó a Raquel al "Atlético de Madrid la temporada siguiente". "Allí también viví una experiencia enriquecedora que me hizo madurar personal y profesionalmente, aprendiendo muchísimo de todo el mundo", detalla. Tras cuatro año como colchonera, Pisco recaló en el Costa Adeje (14/15), de donde ya no se ha movido.

Con solo 17 años "la suerte de debutar en Primera" le correspondió a Sandra Castelló. Fue con el Levante en el estreno de la 10/11. Pese a la derrota contra el Espanyol la alicantina recuerda esa puesta de largo "como un partido especial, con muchos nervios, pero sobre todo con mucha felicidad". La de "obtener la recompensa que toda jugadora desea y después de varios años de esfuerzos y sacrificios".

Apenas unas semanas después la que se estrenaba era Gavira. La que más tardó, entre las cuatro, en alcanzar la élite. Lo hizo con 21 años, en la décima jornada de aquella 10/11 y con la elástica del Sevilla. Puesta de largo cargada de "emociones", pero también -no lo esconde la gaditana- gracias a "un cúmulo de casualidades". "Coincidió que muchas de las jugadoras se lesionaron y me pasaron directamente desde el segundo filial al primer equipo", apunta. Aquel día, admite Patri que fue presa "de los nervios". Tanto que "si echara la vista atrás, quizá no" se reconociera. Nada que ver con el temple y la firmeza que desde hace años la andaluza muestra, un partido sí y otro también, con la camiseta del Costa Adeje.

Mari Jose y su nueva chispa

En un giro de 180 grados al recorrido de sus trayectorias, es casi obligado hablar del futuro más inmediato. Algo por venir que, en la mayoría de los casos, debería estar asociado al final del camino... o no. Porque pese a estar rozando ya los 41, Mari Jose parece estar viviendo una segunda juventud. Lleva dos goles, ha participado en casi todos los partidos y parece haber recuperado la chispa de antaño.

Reverdecer que tiene "un culpable": Eder Maestre. "Él me ha dado mucha confianza. Estoy trabajando al nivel de todas y eso se nota. Nos está enseñando cosas que luego se ven en cada partido; situaciones así hacen que uno quiera aprender y superarse", afirma la de Añaza, que solo piensa en "seguir disfrutando de este momento tan maravilloso" que le "están dando el Costa Adeje y Eder Maestre". "Quiero gozar al máximo, y ya veremos cómo acaba la liga... según como acabe y cómo esté, a lo mejor Mari Jose da un paso al lado... o no”, afirma a modo de sutil quiebro a una posible retirada, y es que algo mordida "porque antes no había tantos partidos", para Pérez "sería muy bonito llegar a 400 partidos" en Primera. Le quedan 32. "Y dónde mejor que en el Costa Adeje", añade a modo de mensaje subliminal.

Esas cuatro centenas de encuentros ligueros sí parecen totalmente alcanzables para Pisco y Patri Gavira, que están a 35 y 44 duelos, respectivamente, de esa cifra redonda. "Queda cuerda para rato, sí, pero no cuánto durarán esas cuerdas", expresa entre risas la primera, sabedora de que "la Liga F cada vez se vuelve mucho más exigente", por lo que se centra en "vivir el día a día", aunque siempre "aprendiendo y exigiéndose más para llegar a la competición de la mejor manera posible". Sin una cifra obligada en la cabeza Raquel sí tiene claro que, cuando le toque, se hará "a un lado para dar paso a las nuevas generaciones".

Discurso casi calcado a la que ha sido su compañera en estas nueve últimas temporadas, una Gavira que no lleva "el control de cuántos partidos" ha jugado en la élite. "No me preocupa ni me veo obligada a cumplir ningún objetivo. Me gusta entrenar, estar preparada para competir y entiendo que eso hará que tenga más posibilidades de poder ir sumando más partidos", comenta la gaditana, también "con cuerda para rato", e igualmente "sin miedo" a echarse "a un lado para seguir ayudando de otra forma".

Castelló, la de mayor recorrido

La que más posibilidades posee, al menos sobre el papel, de disparar su contador de partidos es Sandra Castelló. A sus 31 años ya lleva 362, cifra que está aumentando con regularidad pese a lo que hace unos meses podía haber sido un lastre: cambio de aires tras 11 años en el Sporting de Huelva. Decisión que "no fue nada fácil tomar", por todo lo que significaba para ella el club onubense. "Tuve la duda de si sería capaz de adaptarme a un nuevo equipo después de tantos años en Huelva, pero gracias a todos los que me rodean ha sido más fácil de lo que pensaba", relata la alicantina, "muy feliz y agradecida a todos los que apostaron" por su fichaje en la Isla.

Por eso, reforzada anímicamente, su objetivo es "seguir sumando minutos, aprendiendo, disfrutando igual o más que el primer día y conseguir grandes cosas con el equipo". "Me considero toda una privilegiada por formar parte de este mundo, y la verdad que todavía no me imagino ese momento de echarme a un lado. Quiero seguir cumpliendo mi sueño, disfrutar de él y que dure lo máximo posible", detalla Sandra finalmente.

Ellas disfrutan como unas chiquillas del fútbol, pero el Costa Adeje también saca partido de esa ilusión de veteranas con la ilusión intacta.

María Estella, con solo 30 años, ya toca a la puerta del selecto club

A ese selecto club de cuatro jugadoras con más de 350 partidos se puede unir otra, en fechas venideras, otra integrante del Costa Adeje: María Estella. Pese a tener solo 30 años, la catalana cuenta en su hoja de servicios con 330 duelos en la élite, notable cifra que se explica por su debut en la máxima categoría cuando todavía no había alcanzado la mayoría de edad, y también por una continuidad que le lleva a cumplir en la actualidad su decimoquinto curso seguido en Primera. Los diez más recientes, en la Isla, donde el domingo llegó a los 200 partidos ligueros.

Para que esta particular nómina engorde algo más sí habría que esperar un buen tiempo, si bien varias de las pupilas de Eder Maestre tienen por delante un amplio recorrido deportivo para ello. Es el caso de Cinta, cuyo contador de partidos está en 226 con solo 25 años; o también el de Natalia Ramos, en 216 a sus 26. Igiualmente llaman la atención los 134 compromisos ligueros que atesora Bicho a sus 21 años, o los 116 de Paola Hernández, que a sus 21 trata de apurar la recuperación de una grave lesión de rodilla para volver a confirmar esa calidad que le permitió debutar en la Liga F con solo 15 años.

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